Estudio científico sobre coca condicionará extensión de cultivos en Bolivia

Un estudio sobre el potencial uso farmacéutico y alimenticio de la hoja de coca ayudará a fijar cuántas miles de hectáreas de la planta se necesitan en Bolivia.

Hugo Moldiz, ministro de Gobierno. Foto: EFE
Hugo Moldiz, ministro de Gobierno. Foto: EFE

Un estudio sobre el potencial uso farmacéutico y alimenticio de la hoja de coca ayudará a fijar cuántas miles de hectáreas de la planta se necesitan en Bolivia.

El ministro de Gobierno, Hugo Moldiz, declaró a medios internacionales que el Gobierno calcula que son necesarias unas 5.000 hectáreas para ese tipo de proyectos de industrialización, pero esa cifra está condicionada al estudio científico sobre las propiedades de la hoja.

El citado estudio lo realiza en otro país una institución sobre la que Moldiz no quiso dar detalles.

Los resultados preliminares de la investigación ya están disponibles, y en unos dos meses se tendrá la información completa "para establecer con mayor precisión la cantidad de hoja de coca" que debería existir en Bolivia, indicó el ministro.

La coca, que en Bolivia tiene rango de patrimonio constitucional por su importancia cultural, contiene alcaloides que mezclados con químicos se convierten en la materia prima para elaborar la cocaína.

El ministro recordó que otros estudios financiados por la Unión Europea (UE) establecieron en 2013 que son necesarias alrededor de 14.000 hectáreas para usos y consumos legales de la hoja.

En concreto, esos estudios de la UE, que consistieron en doce encuestas, fijaron en 14.705 hectáreas los cultivos precisos para atender la tradición del masticado o "acullicu", proyectos industriales pequeños y usos en ceremonias andinas o sociales.

Según Moldiz, adicionalmente, son necesarias 5.000 hectáreas para sostener la industrialización, sobre todo farmacéutica, con lo que el país tendría finalmente unas 20.000 hectáreas.

Datos difundidos el año pasado por Naciones Unidas indican que Bolivia tenía alrededor de 23.000 hectáreas de cultivos de hoja de coca, por lo que se habría producido una reducción de la superficie de la planta hasta esas 20.000 hectáreas.

En la presentación de ese informe, en junio pasado, las autoridades antidroga de Bolivia reconocieron que casi la mitad de esa producción era desviada al narcotráfico.

Naciones Unidas también ha reconocido a Bolivia el derecho de mantener cocales con usos legales principalmente por la práctica de la masticación en sus sectores sociales e indígenas.

Sin embargo, ese organismo internacional mantiene a la hoja de coca en la lista de estupefacientes de la Convención antidroga de 1961 y su exportación está vetada por el organismo.

La legislación antidroga de Bolivia establece que legalmente son necesarias 12.000 hectáreas de coca, pero esa norma será modificada.

El ministro boliviano explicó hoy que la reforma establecerá una ley general de la hoja de coca con las áreas de cultivo delimitadas con precisión, y otra parte se referirá al control de las sustancias controladas, para endurecer la lucha contra el narcotráfico.

El presidente Evo Morales ha anunciado varias veces el aumento del límite legal de las plantaciones de la hoja con fines de industrialización, unos proyectos industriales que están en sus planes desde que llegó al Gobierno en 2006 pero aún no se concretaron.

Morales mantiene desde 1996 el cargo de presidente de la federación de cocaleros de la región del Chapare (centro), si bien varias veces ha explicado que en la actualidad se trata de una designación simbólica.  EFE

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