Evo Morales: su expareja es acusada de "estafadora profesional"

La boliviana Gabriela Zapata, expareja del presidente Evo Morales, fue una "estafadora profesional" que recibió dinero de empresas, entre ellas de una compañía asiática, a cambio de ofrecerles contratos con el Estado que no se concretaron, afirmó hoy el ministro de Defensa, Reymi Ferreira.

La autoridad habló del tema en una entrevista con la radio estatal para adelantar parte del contenido de su libro "Caso Zapata", que será presentado en las próximas horas en la Feria Internacional del Libro de La Paz.

Según Ferreira, la obra desgrana el caso Zapata, el "lavado de cerebro" y "la manipulación" que, a su juicio, hubo de parte de algunos medios para utilizar el tema en contra del gobernante.

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Reveló que entre los testimonios de las personas estafadas por el caso hay gente que dice haber entregado a Zapata 10.000 dólares y empresas que le dieron 100.000 o 200.000 dólares a cambio de ganar una adjudicación para obras, pero las mismas perdieron.

"Por ejemplo, hay una empresa que le pagó a la señora Zapata 200.000 dólares porque ella le garantizó que le iba a dar el contrato del tren urbano en Cochabamba, (pero) lo ganó una empresa española y no esa empresa asiática", declaró el ministro boliviano.

Ferreira agregó que la firma asiática, cuyo nombre no reveló, perdió ese contrato y pidió a Zapata el dinero, pero ella devolvió solo 150.000 dólares.

"Así era su modus operandi, era una estafadora profesional", sostuvo sobre Zapata, a quien llamó "inescrupulosa, manipuladora".

El Gobierno contrató en 2015 a la española Joca para el diseño e instalación del tren de Cochabamba y en su momento la firma defendió la legalidad de su elección como constructora de la obra.

Según Ferreira, el presidente de Bolivia "fue víctima" de la mujer porque ella usaba de forma abusiva como "carta de presentación" ante embajadas y las empresas privadas el certificado de nacimiento del supuesto hijo que tuvo con el mandatario en 2007.

Durante el desarrollo de las investigaciones, Zapata insistió en que ese niño estaba con vida, aunque después se retractó afirmando que había muerto, tal como el mandatario sostuvo.

Zapata está recluida desde febrero pasado acusada de los cargos de legitimación de ganancias ilícitas, asociación delictiva, falsedad ideológica, uso de instrumento falsificado, contribuciones y ventajas ilegítimas, y uso indebido de bienes del Estado.

En cambio, fue sobreseída de las denuncias de enriquecimiento ilícito de particulares con afectación al Estado, uso indebido de influencias en grado de complicidad, falsedad material y ejercicio indebido de la profesión, ya que no era abogada como ella aseguraba.

La mujer, quien fue pareja del presidente Morales entre 2005 y 2007, fue investigada por usar oficinas del Ministerio de la Presidencia para sacar provecho personal de citas con inversores, supuestamente sin que se enteren altos funcionarios del Gobierno.

Durante la investigación, los fiscales detectaron, además, movimientos sospechosos sobre sumas altas en las cuentas bancarias de Zapata, quien aseguró que trabajaba como gerente comercial de la estatal china Camce, que se adjudicó varios contratos con el Estado.

Según Ferreira, su libro también sostiene que Zapata realmente "nunca trabajó en Camce", que era pareja de un ejecutivo de esa firma asiática en Bolivia y que fue contratada para que represente a la compañía en un juicio que planteó en su contra el Estado.

Concluyó que la sociedad boliviana fue "víctima" de Zapata con un tema que fue aprovechado por los opositores para atacar a Morales.

La oposición denunció en su momento un supuesto tráfico de influencias a favor de Camce y una posible implicación de Morales, pero una comisión del Parlamento, que controla el oficialismo, lo exculpó y concluyó que las adjudicaciones fueron legales. 

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