El Gran Poder impone su ritmo y derrocha alegría, color y fe

La fastuosa entrada del Gran Poder arrancó a las siete de la mañana y por más dieciocho horas despliega su devoción al ritmo de las melodías de diferentes y numerosas bandas que recorrieron al menos 10 céntricas calles y avenidas de la ciudad de La Paz.

La 'morenada', danza tradicional de esa entrada folclórica y una de las más preferidas, lucia sus mejores galas tanto en mujeres como en varones con la exhibición de lujosas máscaras y joyas, detalle que demuestra su poder económico.

Otra de las danzas de mayor incidencia fue el 'caporal' que al ritmo de cascabeles contagió la alegría a los miles de espectadores que se dieron cita para observar esa expresión cultural.

Asimismo, danzas autóctonas como los Tobas, Incas, Suri Sicuri, Pujllay y el Thinku, entre otros, transmitieron su fuerza y agilidad durante todo su recorrido.

La belleza femenina, como siempre, fue uno de los detalles más importantes para mostrar la majestuosidad de esa entrada, que cada año genera un movimiento económico de más de 30 millones de dólares.

Una de las características de esta versión fue la utilización del plástico en todos los trajes, dejando atrás el uso de partes de animales silvestres, como en anteriores años y mismo que fue prohibido por los diferentes niveles de gobierno.

La Fiesta del Gran Poder, como se la conoce popularmente, mueve, además de muchos dólares y bolivianos, miles de metros de tejidos artesanales con motivos andinos, de telas de rayón, algodón y popelina, de textiles multicolores de industria china, paño inglés, sombreros Borsalino y curtidos de vacuno bien lustrados con que se visten y enzapatan hombres y mujeres andinos, además de pendrería de exportación.

Asimismo, se ejecutaba la campaña para evitar el excesivo consumo de alcohol.
ABI