América Latina despide con dolor al escritor que puso voz a los sin voz

Centenares de ciudadanos y rostros políticos y culturales, entre ellos el vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza y el cantautor español Joan Manuel Serrat, dieron su último adiós a Eduardo Galeano, el escritor uruguayo que puso "voz a los sin voz" y expuso la "cruda realidad" de América Latina.

Eduardo Germán María Hughes Galeano (1940 - 2015). Foto: EFE
Eduardo Germán María Hughes Galeano (1940 - 2015). Foto: EFE

Centenares de ciudadanos y rostros políticos y culturales, entre ellos el vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza y el cantautor español Joan Manuel Serrat, dieron su último adiós a Eduardo Galeano, el escritor uruguayo que puso "voz a los sin voz" y expuso la "cruda realidad" de América Latina.

El Parlamento de Uruguay actuó de solemne escenario del último capitulo escrito por uno de los autores más celebres del país suramericano, que con 74 años falleció ayer tras seis décadas de trayectoria y considerado uno de los escritores más influyentes y comprometidos de la literatura latinoamericana.

También fue periodista, y deja para la humanidad "un montón de historias lindas", expresó a Efe Valentina, sobrina del autor, una de los numerosos familiares que permanecieron con emoción junto al féretro, recibiendo los incontables gestos de cariño de los amigos de Galeano y de las tantas personas identificadas con sus relatos.

"Comparto la afirmación de que era la reserva moral de la izquierda. Estoy de acuerdo. Y no creo que esté agotada, sino que era un representante de ésta", explicó Serrat a la prensa sobre su amigo personal desde hace décadas y tras viajar desde Salta (Argentina), donde cantó anoche.

"Siento mucho no poder volver a tomar vino con él, ni charlar de cosas cotidianas, ni hablar de fútbol, de literatura o política, pero agradezco a la vida los años que me ha permitido hacerlo", agregó el cantautor, quien definió a Galeano como un "gran referente" con ideas "muy claras pero no ortodoxas".

Tampoco quiso faltar a la despedida el vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, acompañado de su esposa, Rosa Virginia Chávez, que llegaron al país suramericano para expresar sus condolencias a la familia del escritor y a Uruguay en su conjunto.

"De Galeano aprendimos mucho y siempre sentimos su compañía, su solidaridad con la revolución bolivariana, con el comandante Hugo Chávez y el presidente Nicolás Maduro", expresó Arreaza, quien entregó a la familia una carta del mandatario venezolano y señaló que "la siembra de Galeano apenas comienza y su lectura será infinita y eterna para nuestros pueblos".

España estuvo presente con la visita de su embajador, Roberto Varela y Argentina lo hizo a través de su ministra de Cultura, Teresa Parodi.

"Galeano ha sido un espejo donde nos miramos y donde vamos a seguir mirándonos por siempre. Nos vamos a seguir tuteando con él. Es imposible pensar de otra manera una relación con alguien tan importante", destacó Parodi.

Galeano, autor en 1971 de "Las venas abiertas de América Latina", uno de los libros más vendidos y conocidos del continente, nació en Montevideo en 1940 y falleció este lunes en un centro hospitalario de la capital uruguaya, tras no superar el cáncer de pulmón que sufría desde hace años.

Este miércoles sus restos mortales serán cremados en Montevideo.

"Siento un profundo respeto y no estar aquí sería un pecado.", explicó a Efe Estrella, antigua vecina del literato y la primera ciudadana en acceder al Salón de los Pasos Perdidos, en el que durante siete horas se velaron sus restos.

Para ella, Galeano "trataba de vivir en forma silenciosa para con todo el mundo" y era "un galán, todo un caballero", que será recordado por la generación que le toco vivir y por lo que escribió.

El coche fúnebre fue recibido con honores por la Guardia de Honor de un batallón de infantería, que escoltó el féretro de Galeano hasta el centro del salón, donde a los pocos minutos ya reposaba cubierto por una bandera de Uruguay y rodeado de coronas de flores del Gobierno argentino, del venezolano, y de la embajada española.

"Nos ayudó a pensar a mi generación. Nos abrió los ojos. Nos hizo saber y entender la injusticia del continente y del mundo y a ponernos del lado de los oprimidos", explicó entre lágrimas Jorge, otro ciudadano uruguayo, tras acceder a la capilla ardiente.

También los principales representantes del Gobierno uruguayo, encabezados por el presidente del país, Tabaré Vázquez, fueron pasando poco a poco a velar el féretro y saludar con cariño a los familiares.

"Él ha sido un claro expositor de la cruda realidad de nuestra América Latina, tan heterogénea, uno de los subcontinentes mas ricos del mundo, pero donde la pobreza y desigualdad social son enormes y el fue un gladiador para ponerle voz a los mas humildes que no tenían voz", destacó el mandatario.

En su opinión, Galeano "escribió como vivió y vivió como escribió" y deja "una lección de vida, de ética y de coherencia enormes".

En la mañana del martes, la Cámara de Senadores guardó un minuto de silencio por el fallecido escritor y una figura del deporte como el exjugador argentino Diego Armando Maradona mostró su pesar desde el país vecino, donde dio las gracias a Galeano por sus enseñanzas, entre ellas la de haberle enseñado "a leer el fútbol".

No obstante, los mandatarios de Ecuador, Brasil, Bolivia, Cuba y El Salvador, así como figuras literarias de todo ámbito, expresaron ayer su pésame por diferentes plataformas una vez se conoció la noticia del fallecimiento.

Otro ciudadano, cuyos padres murieron durante la dictadura cívico militar de Uruguay (1973-1985), tiempo en el que el escritor se exilió a Argentina primero y a España después, afirmó, una vez pudo despedirse frente al féretro, que conoció al autor hace 15 años.

"Y me enseño cosas que no tengo palabras para decirlo. Es un buen representante de los que sufrieron en Uruguay y América", añade.

Jóvenes y mayores, con flores, con cartas, que hicieron fila una y varias veces formaron parte de la emotiva jornada.

Isabel, una joven mexicana que vive en Uruguay por un intercambio, depositó junto al féretro una bandera de su país con una popular frase del escritor.

"No hay que estar tristes. A él no le gustaría que estuviéramos así. Nos ha cambiado la vida a muchos. En lo personal a mí con sus frases y con el apoyo que ha tenido a nuestro Estado", explicó.

Al finalizar el velorio, a las 22.00 hora local (01.00 GMT), el público que aún permanecía en el Salón de los Pasos Perdidos, despidió al escritor con emotivos aplausos. EFE

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