Juicio a Pistorius pone en el candelero a su abogado, la familia y el fiscal

Siete semanas después de su comienzo, el juicio al atleta paralímpico sudafricano Oscar Pistorius por la muerte de su novia, la modelo Reeva Steenkamp, ha puesto en el candelero a unos protagonistas del proceso desconocidos. 

El atleta paralímpico sudafricano Oscar Pistorius. Foto: EFE
El atleta paralímpico sudafricano Oscar Pistorius. Foto: EFE

Siete semanas después de su comienzo, el juicio al atleta paralímpico sudafricano Oscar Pistorius por la muerte de su novia, la modelo Reeva Steenkamp, ha puesto en el candelero a unos protagonistas del proceso desconocidos. 

Muchos días, desde que empezaran sus incisivos interrogatorios a los testigos de la acusación, el abogado de la defensa, Barry Roux, ha salido del Tribunal Superior de Pretoria como una estrella del deporte o el cine, perseguido por adolescentes para fotografiarse con él y adoptado como modelo por jóvenes aspirantes a abogados.

Siempre tranquilo, de buen humor y enfundado en su toga, el letrado se para brevemente junto a sus nuevos seguidores, se deja retratar y encuentra siempre una expresión breve y amable para seguir caminando.

"¡No lo hagas!", le contestó sonriente a la salida de un tribunal a una joven que le había confesado su deseo de estudiar Derecho después de ver una de sus actuaciones.

Las machaconas expresiones utilizadas por Roux en sus intervenciones se han convertido en tema destacado en la red social Twitter, y han inspirado un popular "rap" en el que se le imita en una conocida radio local.

El abogado es uno de los más prestigiosos del país y salvó de la cárcel al conductor que mató en 2010 a la nieta del mismísimo expresidente Nelson Mandela, pero nunca, antes de que su carrera se cruzara con Pistorius, había despertado tanto interés y popularidad.

La prensa especula sobre sus honorarios, que no bajarían de los 3.000 euros al día, y ha contado cómo, tras una semana de juicio, voló a Ciudad del Cabo para participar en una carrera ciclista de más de 100 kilómetros.

Con Pistorius sin patrocinadores desde que matara a tiros a su novia el 14 de febrero del año pasado, el que paga la cuenta de la defensa es el ya célebre tío Arnold, que lidera cada día al clan familiar en el tribunal, abraza al deportista cuando más lo necesita y departe regularmente en los recesos con la prensa anglosajona.

"Lo has hecho bien, hijo. Lo has hecho muy bien", le dijo Arnold a Oscar este martes, después de que el fiscal Gerrie Nel -apodado "pit bull", como se conoce a esa agresiva raza canina, por su extrema dureza- concluyera su interrogatorio al atleta.

Arnold es un padre para el atleta y sus hermanos desde la muerte de la madre del deportista, cuando éste tenía 15 años.

El padre biológico del velocista, Henke, hermano de Arnold, no acude al tribunal y tiene fama de bebedor y mujeriego, prácticas que chocan con las estrictas costumbres del resto de la familia.

Además, como ha declarado el propio corredor desde el estrado judicial, su padre nunca estuvo en su lugar cuando más le necesitaba.

Tanto Arnold Pistorius -un empresario de éxito y fuertes convicciones calvinistas que vive en una antigua iglesia, en la que vive también Oscar desde el crimen-, como el resto de la familia, han asistido estas últimas dos semanas con evidente disgusto al violento interrogatorio de Nel al velocista.

Tras los momentos más duros, la hermana menor del atleta, Aimee, le consuela del llanto y la angustia delante de toda la sala, como una "Virgen Dolorosa" moderna entregada a aliviar el calvario del ídolo caído.

El responsable de ese calvario ha sido en los últimos días Gerrie Nel, con sus agresivos reproches morales y las acusaciones de "mentiroso" lanzadas en cada momento contra el acusado, que sostiene que acabó con la vida de su pareja por error, al confundirla con un ladrón que había entrado en su casa.

Nel impresionó la semana pasada al tribunal y a toda Sudáfrica con el comienzo de su interrogatorio al atleta, exigiéndole que dijera que "disparó y mató" a su novia.

El fiscal fue aún más lejos y le pidió que asumiera la "responsabilidad" y mirara una foto de la cabeza herida de muerte de la víctima proyectada en la sala.

Nel -una figura quijotesca que, tras las sesiones en el tribunal, enseña lucha libre a niños- no mostró piedad alguna con el deportista.

"¿Por qué es tan sensible ahora?", preguntó a Pistorius cada vez que rompía a llorar al recordar la noche del asesinato.

Nel fue uno de los artífices del grupo de la Fiscalía sudafricana de operaciones especiales "Scorpions", conocido mundialmente por su eficacia contra el crimen a alto nivel y abolido en 2008 por el Gobierno, tras menos de una década de existencia, por su lucha sin cuartel contra la corrupción.

No en vano, Nel fue el fiscal que consiguió en 2010 la condena a 15 años de cárcel por tráfico de influencias del que fuera todopoderoso jefe de la Policía sudafricana y presidente de la Interpol Jackie Selebi.

El celo con que llevó ese caso le costó en 2008 ser arrestado sin cargos delante de su esposa y sus hijos cuando volvía a su casa de Pretoria tras unas vacaciones, en una operación que poco después se reveló política, según varios libros dedicados al "caso Selebi".

Una figura más discreta en el juicio a Pistorius es la jueza Thokozile Masipa, que se apasionó por la Justicia siendo reportera de tribunales para el diario local "Sowetan".

Hasta la fecha, Masipa, una de las primeras jueces negras de Sudáfrica, ha intervenido muy discretamente en el proceso.

La magistrada carece, de momento, de la popularidad de Roux, Arnold o Nel, pero será ella quien decida, en las próximas semanas, la suerte del verdadero protagonista de este mediático juicio. EFE

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