Maradona defiende el fútbol en la altura

Sábado, 06 / Mar / 2004
 
(Santa Cruz - El Nuevo Día)
Bolivia.com
El Pibe de Oro llegó ayer por la mañana a Santa Cruz, dialogó con los medios y luego se fue a Cochabamba donde jugó golf en horas de la tarde, lejos de las grabadoras y de quienes buscaban autógrafos.

Verlo aparecer por unas puertas de la sala VIP fue emocionante; conversar con él y hacerle una nota fue simplemente espectacular. Un deseo se hizo realidad, más allá de conocerlo en una etapa diferente (se retiró de las canchas en 1997 luego de jugar en Boca Juniors, el club de sus amores).

El Nuevo Día conversó ayer cara a cara con uno de los más grandes futbolistas que dio este deporte.

Diego Maradona estuvo en Santa Cruz de 6.15 a 8.30. Llega al país por segunda vez, pues la primera había sido en 1979 para jugar un amistoso en La Paz entre Argentinos Juniors y Bolívar, y a los pocos días de haberse consagrado campeón mundial juvenil.

Fiel a su estilo de vestir cuando va a zonas de climas agradables, el “10” se vino con ropa liviana. A su llegada vestía polera de color roja, bermudas y zapatillas, parecido a como se presentó en Italia y China, aunque la distinción se dio en los relojes, con manillas de diferentes colores (roja y azul) que usa en sus dos muñecas.

Sus tatuajes son llamativos, sobre todo el rostro del desaparecido guerrillero argentino Ernesto Ché Guevara, uno de sus ídolos, que tiene dibujado en el antebrazo derecho.

Verlo de buen humor ayudó a entrar rápidamente en confianza. ¿Es la de Etcheverry? preguntó cuando los personeros de Entel le obsequiaron una camiseta con los colores de la Selección y que en las espaldas estaba estampado el número 10 y el nombre de Maradona.

Que mencione a una de las glorias que tiene el fútbol nacional no fue casualidad. Él mismo confesó que le tiene un especial cariño por el talento y la amistad que lo une.

¿Estará con nosotros el sábado? consultó, y al saber que así será, gritó: ¡Vamos Marquito! “Lo vi el otro día en la despedida de Valderrama en Colombia. En el avión nos juntamos Zamorano, él y yo”.

En cierta forma, esto fue el preludio de la conversación que tuvo la ex figura de Boca, Barcelona de España y Nápoles de Italia. Duró poco, pero lo suficiente para ser sustanciosa y entretenida.

Diego, ¿es cierto que en 1994 estuviste cerca de fichar en Bolívar? Sí, así fue. Me llamó el Pato (José Omar Pastoriza). Yo quería venir a jugar en Bolívar; ¿cómo no voy a querer?, y además aclaro que no le tengo miedo a la altura.

Esta respuesta originó un bullicioso aplauso de los presentes, pero el “10” siguió hablando. “Si Dios metió a Bolivia en este lugar, hay que respetarlo; así de simple.

Cada uno juega en su tierra, y punto, basta. No estoy de acuerdo con los que dicen que a Bolivia hay que sacarla de los torneos porque juega en la altura; sacarla por qué, y si yo te saco de tu casa, qué pasa.

Entonces, ¿por qué hay una especie de psicosis, sobre todo de los argentinos, cuando les toca jugar en la altura? Es miedo y dicen que el miedo no es zonzo. Pasarella tiene su historia con esto de la altura cuando dirigió Argentina en las Eliminatorias del 97.

Pasarella fue la voz cantante de la Selección, pero de todas maneras no es el dueño de la verdad.

¿Cómo te llevaste con él durante tu carrera? Muy mal (risas), aunque mejor dejémoslo ahí.

Se dijo que en el Mundial del 86 se molestó con vos, ¿qué pasó? Se enojó por la capitanía en la Selección. En ese torneo yo era el capitán y no él.

Diego, ¿por qué crees que no aparecen más jugadores con el talento que tuvo Pelé y vos? Yo le pido a Dios que el fútbol siga rodando y que tengamos la ilusión de esperar otro gran jugador o un jugador que divierta; en la actualidad no aparecen, pero hay buenos jugadores como es el caso de Zidane, de Ronaldo, que llenan la pantalla de la tele, eso es importante.

A tu criterio, ¿cuál es el mejor referente del fútbol argentino de hoy? Saviola (Barcelona), Tévez (Boca Juniors) y Aimar; los tres mantienen un nivel muy bueno.

¿Sientes que al fútbol actual le falta más jugadores con carisma? El negocio creo que está ahora por encima de la calidad, la pasión, la entrega dentro de la cancha. Pero bueno, esto está así y parece que todo está bien. Para muchos de nosotros hay cosas que el negocio no lo puede superar, pero bueno, lo decís y parece que uno está diciendo barbaridades o que uno sangra por la herida porque no puede jugar más. Pero yo, íntimamente sé que el negocio no puede superar ciertas cosas que me llevaron a divertirme dentro de la cancha.

Pero hoy vienes a divertirte junto a un amigo quien se dice ocupó tu puesto en el Mundial de 1978. No hay que mezclar estas cosas, aunque aclaro que Daniel jugó ese Mundial por méritos propios. Yo fui, soy y seré amigo de él para siempre por el hecho de que defiende las cosas que defiende la gente; además, entre nosotros no hay secretos. La amistad que cultivamos pasa por el fútbol y la consolidamos en concentraciones y partidos. Ahora eso hace posible que esté acá y que nuestro vínculo siga creciendo.

Aunque esa amistad está firme, no niegues que te dolió cuando te enteraste de que él se quedó en el equipo y vos quedaste fuera. Incluso creo que saliste de la concentración llorando. Sí, me fui llorando desde la concentración hasta mi casa, pero pasó rápido porque el fútbol te da revancha; a los pocos días de ese episodio, tuve la posibilidad de jugar contra Chacarita en el que anoté tres goles.




Cambiando de tema, ¿qué opinión te merece el fútbol boliviano de ahora? Mirá, lo demuestran los resultados. Hace poco perdió acá mi boquita (Boca Juniors de Argentina) y eso no se lo perdono a Bolívar (ríe); el fútbol boliviano sigue creciendo, pero lo importante es lo que hablábamos antes: que dejen que cada uno crezca en su tierra, en su hábitat; en otras palabras, donde uno nació. No se puede sacar a Bolivia de jugar en La Paz las Eliminatorias porque se arriesga una clasificación al mundial de Brasil o Argentina. No lo creo justo. Es así, tenemos que respetarlo.

Diego, fuiste y eres un gran defensor de los jugadores, ¿consideras que sigue siendo mal tratado el futbolista por quienes administran este gran deporte? Yo creo que se está equiparando la cosa, pues el jugador se está entregando al negocio porque le conviene y porque todo lo que envuelve a su profesión lo llevan a esto. Yo luché para que esto no sucediera y que la gente se divierta en el estadio y los jugadores dentro de la cancha, pero hoy por hoy es mucho más importante la televisión que te pone horario y te cambia fecha.

Yo entiendo a la televisión, pero ella también debe entender que no existiría en nuestro deporte si los jugadores no tuvieran convocatoria. Entonces, creo que los jugadores se están dejando llevar por esto y es comprensible porque están ganando buen dinero.

En cierta ocasión te peleaste por este tema con la FIFA. Fue a morir. Sabes lo que pasa: no se puede estar al lado de alguien, como hacen otros, que realmente le hacen mal al fútbol. O sea un tipo que nunca jugó al fútbol, que no siente el hecho de correr tras una pelota, no creo que pueda mandarme a mí.

¿Esto lo dices por Blatter (presidente de la FIFA) que jamás jugó fútbol y por Pelé, que el jueves dio una nómina de los 125 jugadores más grandes de la historia del fútbol? ¿Quien dio esa lista? Pelé ¿Y por qué Pelé? Yo también voy a confeccionar una lista de los 125 más destacados. Dejame hacer la lista y la voy a hacer conocer. Claro, ahora Pelé hace eso porque es amigo de Blatter (lanza una carcajada). A mí no me va lo oficial como hace Pelé, que se mete la corbata americana para ir a ver a Blatter. Al estar al lado de él piensa que es la voz cantante de los futbolistas y no lo es. Carlos Jordán. El Nuevo Día
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