Andrea Paredes: La sensualidad de una bailarina paceña

Entretenimiento - Martes, 28 / Oct / 2008
 
Bolivia.com
(Lapaz.bo): Estudió con la coreógrafa de Shakira, obtuvo el segundo lugar en una competencia internacional y dirige su propio estudio de danza.

El ondulante vaivén de las lentejuelas, haciendo simetría con la música de Medio Oriente, van dibujando sensualidad en movimientos que se convierten en poesía al ser coronados con la sonrisa y penetrante mirada de Andrea Claudia Paredes; bailarina de danza árabe que alcanzó el segundo lugar en la competencia de Miami Bellydance Convention.

A sus 21 años describe entre risas, el gozo y sorpresa al ser elegida entre las mejores de la categoría “rasing star” o “nuevas estrellas” del baile del vientre y ser la única boliviana en participar y competir entre 500 representantes de todo el mundo.

“Me moría de la emoción porque no sabía si llorar o reír. Me puse a gritar, por que llegar a estar ahí ya era mucho y más aún estar entre las 10 clasificadas. El público era árabe, los jurados eran difíciles y no había un solo estilo de danza árabe sino había varios. Me presente con un mix de baladi, jazz árabe y árabe moderno” recuerda la bailarina.

Pero éste es sólo una parte de la historia. Una historia que comienza hace once años en el ballet de Mariela Gonzáles y Jaime Méndez. Donde Andrea, entre zapatillas y tutus, tomaba clases de ballet clásico hasta que, cinco años más tarde, en la presentación “Danzando alrededor del mundo” nacería el interés por el baile del vientre.

“Para esa presentación me tocó hacer danza del medio oriente y ese momento descubrí esa magia que era muy diferente, porque el ballet clásico es muy dulce y la danza árabe es fuego”, explica poniendo en cada verso el ímpetu y constancia que la caracterizan.

Becas en los Estados Unidos, seminarios y clases con Boshenka, coreógrafa de Shakira, Fatal Mujer, maestra egipcia, Sonia, Jilliana y otras Bellydance Superstars la convirtieron en maestra de este estilo de baile y transmisora de sus conocimientos a 50 alumnas, desde niñas de cinco años hasta mayores de 75, en su estudio de danza Shalabia de la zona Sur de La Paz.

“Lo fundamental para practicar esta danza es tener ganas, paciencia y romper barreras. Barreras por la misma vestimenta, por el baile que es un poco atrevido. Necesitas desafiarte a ti mismo, a todo lo que puedas hacer”, comenta dejando escapar picardía entre sus ojos.

La práctica de su pasión la divide entre sus estudios del último semestre de arquitectura en la Universidad Nuestra Señora de La Paz y tres horas de preparación personal, además de cinco horas de clases enseñando estilos como sable, bastón, candelabros, alas, velo y otros.

Engalanada con su bedlah en árabe, que significa “uniforme”, que consiste en un top con lentejuelas y bordados de colores hechiceros y una falda tubo con mostacillas comienza a hipnotizar con sus movimientos que hacen de preámbulo a la presentación de Orientalia los primeros días de noviembre en el Teatro Municipal.
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