Lagos de alta montaña son sensores y receptores de la contaminación global

Los elementos tóxicos, desde metales hasta pesticidas, que circulan en la atmósfera se depositan en los lagos de alta montaña y son estudiados por el Observatorio Limnológico de los Pirineos.

Bolivia.com - Tecnología
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Los elementos tóxicos, desde metales hasta pesticidas, que circulan en la atmósfera se depositan en los lagos de alta montaña y son estudiados por el Observatorio Limnológico de los Pirineos.

Los lagos de alta montaña de los Pirineos son importantes sensores de la contaminación global porque su aislamiento de la actividad humana les hace ser receptores, paradójicamente, de la contaminación atmosférica que circula en todo el globo terráqueo y que tiene origen antrópico.

El biólogo Lluis Camarero es investigador del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB), perteneciente el Consejo Superior de Investigación Científica, en España, y trabaja en el monitoreo de los más de mil lagos ubicados en esa región montañosa. Se trata de lagos de alta montaña, ubicados por encima del límite del bosque, de entre 200 a 500 metros de diámetro, más o menos media hectárea de extensión.

"La idea es que como están en zona de montaña donde no hay vertidos de aguas ni nada que impacte el lago (directamente), pues es más fácil detectar otros impactos que llegan por vía atmosférica porque no quedan enmascarados por estos efectos locales", dice Camarero, cuyos estudios se desarrollan en esta frontera entre España y Francia. Y vía atmosférica llegan y se depositan en los lagos elementos tóxicos, entre ellos los metales, contaminantes orgánicos tipo pesticidas y compuestos industriales tóxicos, como el nitrógeno reactivo que circula por toda la atmósfera.

Camarero presentó los resultados de sus investigaciones en la Primera Conferencia Internacional de "Observatorios de lagos transfronterizos", realizada la pasada semana en la ciudad de La Paz, mostrando que los ecosistemas de montaña pueden servir de indicadores de los cambios globales, y dentro de ellos con mayor precisión los lagos. Las partículas contaminantes, naturales o antropogénicas, están originalmente en la parte baja de la atmósfera, pero pueden subir a escalas más altas y a partir de ahí circular a escala global.

"Las montañas por tanto son sistemas que están interceptando esta influencia a nivel regional o global… Si lo miramos desde un punto de vista de sensor, lo que tenemos en este sistema es una especie de antena que sería la cuenca de atracción del lago y que es la que recibe estas entradas atmosféricas, materia o energía, el clima o todos estos compuestos que están en la atmósfera y que pueden depositarse en la cuenca", dice Camarero. Una vez depositada en la cuenca, el agua circula a través de ríos y canales, entra en contacto con el suelo y la vegetación, hasta ocurrir procesos que dejan señales químicas que se depositan finalmente en los sedimentos de los cuerpos de agua.

Los estudios de biogeoquímica de las aguas (que empezaron en 1975), con base en seguimientos intensivos con frecuencia semanal en algunos lagos y ríos, junto a mediciones climatológicas y de la química atmosférica, muestran una dinámica de incremento de toxicidad. El biólogo explicó que un descubrimiento sorpresivo en los Pirineos es la contaminación por metales pesados, no solo la actual sino bastante antigua, que comienza en el 700 antes de Cristo y tiene el nivel más alto en el 700 después de Cristo, incluso superior al rango de contaminación actual que se esperaría por el empleo de las gasolinas con plomo o la minería. "Esto está en consonancia con otros registros en Europa. Sabemos que desde registros de actividades siderúrgicas, en épocas griegas y romanas, se dio una contaminación a nivel continental en Europa por metales, esto es reflejo de esta contaminación antigua", dijo.

La preocupación actual de los científicos es el incremento en el nivel de nitrógeno reactivo, que está provocando un problema ambiental parecido al del carbono. La actividad humana ha duplicado la cantidad de nitrógeno reactivo circulando en la atmósfera, lo que de alguna manera significa una fertilización a la atmosfera con todas las implicaciones que ello tiene, es decir que produce la eutrofización (aumento inusitado de elementos fertilizantes, causando pérdida de biodiversidad) de los cuerpos de agua.

El estudio de los lagos en los Pirineos se enfoca en detectar el cambio ambiental global, mostrando una alta toxicidad de la naturaleza por la introducción de moléculas creadas por la actividad humana y alteraciones en los ciclos naturales globales de algunos elementos importantes en el funcionamiento de la biósfera. [Contacto con Lluis Camarero: camarero@ceab.csic.es]

Fuente: PIEB