El mayor depredador del Cretácico sabía nadar

Un equipo internacional de científicos ha descubierto que el Spinosaurus aegyptiacus, un depredador mayor que el Tyrannosaurus rex, sabía nadar.

Un equipo internacional de científicos ha descubierto que el Spinosaurus aegyptiacus, un depredador mayor que el Tyrannosaurus rex, sabía nadar.

El análisis digitalizado de huesos fósiles de esta especie reveló que tuvo una serie de “adaptaciones únicas” que le permitieron no solo desenvolverse en el entorno acuático, sino también en el terrestre, como publicó hoy el equipo liderado por el paleontólogo Nizar Ibrahim de la Universidad de Chicago, en la revista Science.

Con más de 15 metros de largo, unas extremidades relativamente pequeñas para sus dimensiones, una mandíbula estrecha y alargada con dientes afilados, el Spinosaurus aegyptiacus ha resultado ser el primer dinosaurio de su especie capaz de vivir y cazar en el agua.

El Spinosaurus aegyptiacus podía retraer sus fosas nasales a una posición encima de la cabeza para facilitar la respiración cuando estaba parcialmente sumergido y tenía unas patas planas, posiblemente palmeadas, con las que creen que se ayudaba a propulsarse en el agua.

Contaba con unas aberturas neurovasculares en el extremo del hocico, similares a los que tienen los cocodrilos, con receptores de presión que les permiten detectar el movimiento en el agua, y la estructura de su cola le permitía doblarla para hacer una ola, parecida a las que ayudan a impulsarse a algunos peces óseos.

El dinosaurio tenía unos huesos particularmente densos, sin las cavidades de la médula típicas de los dinosaurios depredadores, asemejándolos más a otros animales acuáticos.

El equipo, que completan Paul Sereno, de la Universidad de Chicago; Cristiano dal Sasso y Simone Maganuco del Museo de Historia Natural de Milán (Italia); y Samir Zouhri de la Universidad Hassan II de Casablanca (Marruecos), cree que es una “rareza” que dará que hablar.

“El animal que hemos reconstruido es tan extraño que va a obligar a los expertos a repensar muchas cosas que creían que sabían acerca de los dinosaurios”, indicó en una teleconferencia Nizar Ibrahim.

Enterrado en el Sáhara

El Spinosaurus aegyptiacus fue descubierto a principios del siglo XX en el desierto del Sahara, en Egipto, pero el estudio de su morfología no pudo completarse puesto que los fósiles fueron destruidos en un bombardeo durante la II Guerra Mundial.

Sin embargo, el hallazgo a partir de 2008 de una serie de fósiles mucho más completos encontrados en la región de Kem Kem, en Marruecos, que incluyen partes de un cráneo, la columna axial, la franja pélvica y restos de extremidades, ha permitido volver a estudiar esta especie con más elementos.

Los investigadores los usaron para crear un modelo digital de un Spinosaurus aegyptiacus adulto, que tendría más de 15 metros de longitud, pasaba gran parte de su tiempo en el agua, alimentándose de tiburones y peces, y necesitaba sus cuatro extremidades para andar cuando estaba en la tierra.

“Lo que nos sorprendió más de su tamaño fueron sus inusuales proporciones. Hemos visto esas proporciones de extremidades en ballenas primitivas, no en dinosaurios depredadores”, indicó Sereno.

Para documentar estas adaptaciones acuáticas desconocidas hasta ahora, también analizaron estructuras óseas parciales de otros Spinosaurus distribuidos en museos y colecciones privadas de todo el mundo, así como imágenes conservadas del primer Spinosaurus descubierto por el paleontólogo alemán Ernst Freiherr Stromer.

“En las últimas dos décadas, varios hallazgos mostraron que algunos dinosaurios dieron origen a los pájaros, los Spinosaurus representan un proceso evolutivo igual de extraño”, señaló Dal Sasso.

Este hallazgo “revela que los dinosaurios depredadores se adaptaron a la vida semiacuática e invadieron los ríos en el Cretácico en el Norte de África”, agregó.

Los expertos creen que podría ser un depredador abundante en el sistema fluvial del Norte de África pero desconocen si era un animal solitario o no. Los investigadores quieren ahora aprender más sobre el movimiento natatorio del depredador.

La investigación será el tema principal del número de octubre de la revista de National Geographic, que ha dedicado al depredador una exposición en su sede en Washington. EFE