Ocres y mariscos, elementos determinantes en la evolución humana

Más de 250.000 años llevan los humanos empleando conjuntamente ocre rojo y conchas marinas con fines ornamentales y artísticos.

Foto: EFE
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Más de 250.000 años llevan los humanos empleando conjuntamente ocre rojo y conchas marinas con fines ornamentales y artísticos.

Pero junto a la parte ornamental, estos dos elementos, como parte de la dieta, han tenido una importancia directa en la evolución humana, según un estudio del investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Carlos Duarte, recientemente publicado en la revista Trends in Ecology & Evolution. Según el científico, la ingesta accidental de pigmentos ocres y una alimentación que incluía moluscos y otros mariscos habrían aportado los nutrientes esenciales para el desarrollo temprano del cerebro y habrían mejorado la adecuación biológica.

El marisco es rico en ácido docosahexaenoico, un ácido graso esencial de la serie omega-3, que desempeña un importante papel en el desarrollo del sistema nervioso, el cerebro y la visión, mientras que los pigmentos ocres rojos suministran hierro, fundamental para la salud reproductiva y el desarrollo cerebral. “Por un lado, el marisco permitió hace unos 200.000 años que los humanos hicieran frente a un periodo climático adverso y, por otro, supuso disponer de una fuente de alimentación fiable en un momento que coincidió con la dispersión de nuestra especie por la costa”, asegura Duarte.

El investigador del CSIC sugiere que el uso del ocre rojo en polvo, mezclado con marisco u otros alimentos, habría tenido un impacto similar en la salud reproductiva y cerebral y, por tanto, también en la evolución humana.“La manipulación de estos materiales habría supuesto un aporte extra de hierro, fundamental para el cerebro en situaciones donde escasea este nutriente, como por ejemplo, en el caso de mujeres embarazadas con una dieta basada en marisco.

Pensamiento simbólico y expresión artística

El material en polvo se mezclaba con aceite animal y grasa para conferirle adherencia y era aplicado con las manos. Los artistas, con los dedos cubiertos por el pigmento, se alimentaban de hierro accidentalmente, seleccionando así evolutivamente individuos con inclinaciones al pensamiento simbólico y la expresión artística. “Yendo un paso más allá, imagino que estos artistas eran mujeres en estado de gestación, que disponían de tiempo para pulverizar y mezclar estos componentes y decorar sus cuerpos y cuevas”, destaca.

Según el científico del CSIC, el hecho de que el uso combinado del ocre rojo y las conchas se haya mantenido en tantas culturas del planeta supone que estas dos fuentes de nutrientes esenciales tuvieron un impacto positivo en la evolución de la especie. Para este investigador, “el uso de ocre rojo y las conchas no se restringe a culturas indígenas, sino que las mujeres occidentales siguen usando ocre rojo y conchas, pues este pigmento es la base de este color en los cosméticos actuales y portan frecuentemente ornamentos producidos con conchas”.

“Una alimentación rica en productos de origen marino y una dieta adecuada en hierro siguen jugando un papel clave en la salud mental y reproductiva de nuestra especie, que se ha de cuidar particularmente durante el embarazo“, sostiene Duarte. “Este papel es tan importante o más aún que el que jugó hace 200.000 años pues estamos en un momento en el que el deterioro de nuestra dieta está llevando a la proliferación de problemas de salud mental y reproductiva también en la sociedad occidental”, agrega. EFE