50 años del Museo de la Revolución Nacional

Fue concebido por Paz Estenssoro como un monumento a Busch y testimonio de la revolución de 1952. La ciudad de La Paz recordará la fecha en un acto el viernes 22.

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Fue concebido por Paz Estenssoro como un monumento a Busch y testimonio de la revolución de 1952. La ciudad de La Paz recordará la fecha en un acto el viernes 22.

Dando cumplimiento a una orden del entonces presidente, Víctor Paz Estenssoro, miembros de las Fuerzas Armadas, excombatientes de la Guerra del Chaco, organizaciones territoriales y militantes del Movimiento Nacionalista Revolucionario, protagonizaron un desfile en la Plaza Villarroel recordando 25 años de la muerte de Germán Busch. Era un 24 de agosto de 1964 y en cuya memoria, el gobierno mandó construir un monumento que hoy se lo conoce como el Museo de la Revolución Nacional.

Han transcurrido 50 años desde esa histórica fecha y la infraestructura se mantiene como un importante referente del reconocimiento del pueblo paceño hacia los mártires de los anales del país. Paz Estenssoro instruyó la edificación del entonces monumento con el propósito de reconocer el proceso de la lucha revolucionaria encarada por hombres y mujeres del campo y las minas.

La prensa escrita de esa época reseña algunos pasajes de la edificación del actual museo. En enero de 1953, el ministerio de Educación y Bellas Artes emitió las bases de un concurso de proyectos de diseño y construcción. El presidente Paz y el entonces alcalde Juan Gutiérrez Granier, evaluaron las propuestas adjudicando el mismo a los arquitectos Hugo Almaraz y Emilio Villanueva.

Desde un principio se optó por la Plaza Villarroel debido a la amplitud del terreno que permitiría, en un futuro, dar cabida a grandes concentraciones populares. Así el lugar adoptó el nombre de Campo de Marte.

La construcción, que se inclinó por un diseño arraigado en la arquitectura prehispánica, lleno de fuerza expresiva y con materiales adecuadamente empleados como la piedra, mosaico, bronce y mármol, presenta una acertada volumetría y sobria decoración. Almaraz propuso llenar de color el interior y como  un reconocimiento a la participación del pueblo en las revueltas que dieron un giro a la historia boliviana (1952), el diseño reservó sus amplias paredes internas a murales de gran formato realizados por Miguel Alandia Pantoja y Walter Solón Romero; las obras de arte reflejaban las reformas impulsadas por el MNR, entre ellas la nacionalización de las minas además de las reformas agraria y educativa.

Los enormes murales en cuya plasmación intervino también el pintor cruceño Lorgio Vaca, forjan una síntesis de la historia boliviana y del sentimiento de sus protagonistas hace más de medio siglo. Las obras, impresionantes por el formato y realización técnica, han “sobrevivido” a una serie de vicisitudes debido –precisamente– al contenido político, social, económico y cultural con que fueron concebidas.

“El espacio logrado es de gran efecto, sin caer en lo escenográfico; es una muestra de buena arquitectura enriquecida por el color. El sobrio empleo de superficies con tonos grises y pardos, además de volúmenes apenas acusados, dan paso al recogimiento”, señala una parte del libro 100 años de arquitectura paceña. La parte externa del monumento expone una pirámide de soporte a la estructura principal, fue siempre objeto de buen mantenimiento cromático por parte del municipio

Muchos expertos coinciden en que la monumental obra fue la obra capital de Almaraz, un ejemplo del valioso ejemplo de crear una arquitectural nacional. El sótano fue convertido en mausoleo respetando el diseño de Almaraz y Villanueva. Ahí están depositados los restos de los ex presidentes Germán Busch, Gualberto Villarroel y Juan José Torres, además del líder sindical minero Juan Lechín Oquendo.

El politólogo Carlos Cordero es el custodio del monumento que desde 1994 se ha convertido en el Museo de la Revolución Nacional. Allí se realizan actividades permanentes del ámbito cultural. Una reciente fue la exposición fotográfica sobre la Guerra del Chaco, el público tuvo la oportunidad de conocer diferentes facetas de dicha contienda a través de imágenes inéditas. Seminarios, Foros y visitas guiadas al mausoleo, hacen de este repositorio uno de los referentes culturales de ese sector de la ciudad. (OMC/GAMLP)

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