La epidural no prolonga el parto, según estudio

La administración de tranquilizantes por vía eperidural durante el parto no enlentece el trabajo de la embarazada, señala un estudio estadounidenses.

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La administración de tranquilizantes por vía eperidural durante el parto no enlentece el trabajo de la embarazada, señala un estudio estadounidenses.

La investigación revelada por la revista Obstetrics and Gynecology, sugiere que la práctica, habitual en los hospitales, de interrumpir la eperidural o reducir sus efectos al fin del trabajo de parto, podría ser "obsoleta e imprudente".

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La eperidural, administración de tranquilizantes a las zonas nerviosas que rodean a la columna vertebral a través de un catéter, es ampliamente utilizada en el mundo entero desde los años 1970 para reducir los dolores de la mujer embarazada durante el alumbramiento.

Para este estudio, 400 mujeres, todas ellas en buen estado de salud y parturientas por primera vez, aceptaron iniciar el trabajo de parto bajo eperidural para luego, eventualmente y sin saberlo, continuar con ella o recibir placebos de solución salina.

Ninguno de los participantes en el experimento (futuras madres, investigadores, obstetras, parteras) sabía lo que la parturienta recibía a través del catéter, según el método llamado "doble ciego", con el fin de asegurar la confiabilidad y la imparcialidad del estudio. 

Cuanto más dura el trabajo de parto más riesgos tiene, sobre todo para la salud del bebé. Para evitar esas complicaciones, los obstetras deciden a menudo interrumpir la eperidural. 

Los resultados del estudio indican que, con eperidural o sin eperidural, la duración del parto es similar: 52 minutos para las mujeres a las que les fue administrada la peridural y 51 para aquellas que recibieron la solución salina, una diferencia de 3,3%.

La eperidural tampoco tiene efectos sobre la salud del recién nacido, la tasa de partos por vía natural, la posición del bebé al nacer y toda otra medida del bienestar del niño, señala el estudio. 

La prueba debió ser interrumpida en 38 casos (21 de mujeres con eperidural y 17 de parturientas tratadas con placebo) por diversas complicaciones. 

Como estaba previsto, las mujeres que dejaron de recibir la eperidural tuvieron un fin de parto más doloroso.

"No vimos efecto negativo, pero la analgesia eperidural durante la segunda etapa del parto sigue siendo controvertida y merece estudios complementarios", comentó el autor principal de la investigación, Philip Hess, director del servicio de anestesia obstétrica del centro médico Beth Israel Deaconess de Boston y profesor asociado de la Escuela de Medicina de Harvard.

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AFP