El desafío de revivir a los tontos más tontos del cine

Su estupidez les convirtió en un taquillazo y un filme recurrente en la pequeña pantalla, pero eso no le bastó a los "Tontos y más tontos" para que Warner Bros les dejara explorar los límites del absurdo en una secuela.

Su estupidez les convirtió en un taquillazo y un filme recurrente en la pequeña pantalla, pero eso no le bastó a los "Tontos y más tontos" para que Warner Bros les dejara explorar los límites del absurdo en una secuela.

"Dumb and Dumber To" es, como su título indica, más de lo mismo.

Se trata de una "road movie" al sinsentido, al igual que su predecesora, que hilvana bromas para contar una historia en la que sus protagonistas, los irrefrenables Lloyd Christmas (Jim Carrey) y Harry Dumme (Jeff Daniels) buscan, a su manera, solución a un asunto serio.

"Para la audiencia será como volver a ver a dos viejos amigos, no hay ningún mensaje, no hay nada de nada, simplemente es divertido", dijo Peter Farrelly, cerebro de esta saga junto con su hermano Bobby, en un encuentro con la prensa en Los Ángeles en el que participó Efe.

Los Farrelly dedicaron un año de su vida a preparar el guion, se recluyeron parte del tiempo para tal cometido, y lo terminaron a finales de 2012, cuando Carrey y Daniels dieron su visto bueno.

Carrey, al igual que hiciera en la cinta de 1994, colaboró en el desarrollo.

"La primera película funcionó y dejó el listón muy alto. Preferíamos no hacer la secuela si no iba a estar a la altura", comentó Peter Farrelly.

Ese sentido de la responsabilidad era compartido por todo el reparto, consciente de las expectativas que iba a generar en el público el regreso de "Dumb and Dumber", cuyo humor soez, ingenuo y desenfadado recaudó casi 250 millones de dólares en los cines de todo el mundo en 1994.

Contrario a lo que suele ocurrir con las comedias, que viajan peor que los dramas, ya que cada país suele reirse de sus propios chistes, aquel largometraje logró la mitad de sus ingresos en salas fuera de Estados Unidos, y el equipo del nuevo filme quiso replicar esa misma fórmula cómica con precisión cirujana.

"Yo no soy un tipo al que le vayan las secuelas, no creo que haya que hacer secuelas de todo, pero (en estos años) seguía escuchando la voz de los fans", dijo Carrey, para quien esta película resuelve una deuda pendiente con su público.

Daniels, actor de pedigrí dramático, no dudó en volver a romper con todos los estereotipos asociados con él, y reforzados recientemente por su papel de periodista riguroso en la serie "The Newsroom", para reencarnar a Dumme.

Para él era una cuestión personal: "He ido a visitar al hospital a soldados -comentó- que tres días antes habían perdido una pierna, un brazo, y tú, que eres el famoso, ¿qué puedes hacer? Todos querían hablar de 'Dumb and Dumber' porque les hacía reír".

"A mí eso me llegó y lo echaré en cara de cualquier crítico. Yo esperaba poder hacer la secuela alguna vez, porque cumple una función", declaró Daniels.

De hecho, "Dumb and Dumber To" estuvo muy cerca de no hacerse nunca.

En la década de 1990 aún no había comenzado la fiebre por las secuelas que vive Hollywood hoy en día y, según reconoció Bobby Farrelly, en aquellos años las agendas de unos y otros no se alineaban para sacar adelante la segunda parte del filme.

Las empresas con los derechos del largometraje, New Line Cinema y Warner Bros., tampoco mostraron interés en convertir la película en franquicia.

El proyecto, sin embargo, nunca llegó a morir del todo y, entre 2010 y 2011, comenzó a tomar forma la idea.

Se presentó al estudio y la recepción inicial fue positiva. En marzo de 2012 se anunció el proyecto, pero Warner decidió en 2013 que no merecía la pena.

"Al estudio le preocupaba que la gente no recordara 'Dumb and Dumber'", apuntó Peter Farrelly, asombrado por las dudas de Warner y quien, por aquel entonces, vio que todo el trabajo se podría quedar en papel mojado.

Fue gracias al impulso de los productores Riza Aziz y Joey McFarland que el largometraje tuvo una segunda oportunidad.

Se planteó rodar la cinta de forma independiente y confiar en que Warner la distribuiría, pero el estudio tampoco accedió, aunque ese gigante de Hollywood, en un gesto poco usual en la industria, se desprendió de sus derechos sobre el filme para que los productores pudieran sacarlo adelante por su cuenta.

Así aterrizó "Dumb and Dumber To" en Universal, aunque estos líos de oficina, estudios, agentes y contratos quedan entre bastidores y pasarán desapercibidos al espectador, como seguramente también la inesperada participación de Bill Murray en esta cinta, quien hace un cameo a lo "Breaking Bad". EFE