Obreros y campesinos sólo darán tregua condicionada

Martes, 21 / Oct / 2003
 
(La Paz - La Razón)
Bolivia.com
Aunque el Presidente de la República consiguió levantar todas las movilizaciones sólo con discursos, los sectores sociales aseguran que están listos para volver a las calles si es que el Primer Mandatario no atiende sus demandas.

Tenemos que pensar en llegar al poder político ya sea por la vía legal o la más revolucionaria. Estamos maquinando por la vía revolucionaria”. Quispe

Desde que se posesionó el pasado viernes, el Presidente se ha empeñado en desinflar el conflicto social que vivió el país por seis semanas y para ello ha convocado a todos los sectores a un diálogo abierto. Pero hasta ahora el Gobierno ha recibido sólo una tregua condicionada de todos los sectores, que ya aumentan demandas a sus pliegos petitorios.

El único sector que ha levantado sus medidas sin ninguna condición ha sido el de los cocaleros de Yungas. La dirigencia de esa zona consideró que era importante darle espacio al Mandatario, para que comience a trabajar cuanto antes.

Los demás han empezado a poner condiciones a la suspensión de la protesta. El ejemplo claro fue Felipe Quispe. Ayer los campesinos realizaban un cabildo en la plaza San Francisco, al que se sumó el presidente Mesa.

Allí, el Jefe de Estado les pidió que le den un tiempo y un espacio para iniciar su trabajo, que incluirá el análisis de las demandas campesinas.

Y aunque los campesinos admitieron la tregua que pidió el Presidente –le dieron 90 días para que proponga soluciones–, Felipe Quispe aseguró que ella tiene condiciones. “Si el Presidente abroga el Código Tributario, es nuestro amigo. Si el Presidente anula la Ley de Seguridad Ciudadana, comerá chairo y pesk'e con nosotros; si no aprueba el ALCA, será nuestro Presidente”, dijo el dirigente campesino.

Es más, Quispe asegura que el movimiento campesino no ha renunciado a la idea de tomar el poder político por cualquier vía. “Para eso nos hemos movilizado. Tenemos que pensar en llegar al poder político, ya sea por la vía legal o por la vía más revolucionaria. Estamos maquinando por ese lado, no estamos tranquilos porque no podemos perder nuestro territorio toda la vida; algún día tenemos que recuperarlo”, declaró por ejemplo Quispe al diario La Nación de Chile.

Las demandas de los sectores movilizados hasta el viernes son más o menos las mismas, primero están las que ellos llamaron como nacio- nales, cuya principal bandera es que el gas se industrialice en Bolivia y no se exporte. A ella se agregan pedidos sectoriales, como el de la pausa en la erradicación, la autonomía plena de la Universidad Pública de El Alto o el cumplimiento del convenio de la Isla del Sol con la CSUTCB.

Y los sectores que representan esas demandas –además de Felipe Quispe– han puesto cada uno sus condiciones para darle un respiro al Mandatario. El MAS está interesado en el referéndum sobre el gas, la Constituyente y la modificación de la Ley de Hidrocarburos. Pero el senador Filemón Escóbar aseguró el fin de semana pasado que el Ejecutivo debe también plantear una pausa en la erradicación.

“El anterior Presidente ya aceptó esa propuesta, pero no se pudo aplicar porque los Estados Unidos le dijeron no. Pero ahora podemos hacerlo”, dijo Escóbar.

Los alteños dicen, por su parte, que el recibimiento que le dieron al Jefe de Estado el pasado sábado fue sólo la muestra de que esa ciudad le agradecía “por no haberse puesto al lado del masacrador en medio del conflicto” –tal como dice el dirigente Roberto de la Cruz–, pero que el probable respaldo de El Alto al Presidente depende de cómo cumpla las “demandas nacionales” ya mencionadas y otras regionales como la autonomía o el traslado del aeropuerto internacional.

“Hemos hecho un repliegue táctico, hemos tomado un respiro profundo para recargar fuerzas, pero la revuelta continúa”, dijo Roberto de la Cruz.

De ese modo, y aunque El Alto no ha fijado plazos fatales para el Mandatario, queda claro que la luna de miel de éste con esa ciudad no será prolongada.

A todos el Gobierno ha respondido, por ahora, con varios discursos del Presidente desde el momento de su posesión, además de intervenciones de sus ministros, en las que se dice que el Ejecutivo atenderá todas las demandas en la medida de sus posibilidades, sin comprometer lo que no podrá cumplir, pero sin fijar límites inflexibles para ellas.

Incluso, para allanar el camino del diálogo, el Ejecutivo le dio pleno reconocimiento al secretario ejecutivo de la COB, Jaime Solares, que había sido ignorado por la anterior administración y al que nunca admitieron su condición de interlocutor.

El Mandatario se ha reunido con Solares para recibir el pliego de demandas planteadas por la organización laboral, ya que —según el ministro de Trabajo, Luis Fernández— “se ganó su legitimidad en las calles”.

Mientras suman y siguen las condiciones, los ministros han empezado a recibir sus despachos y a enterarse —en gran parte de los casos— acerca de en qué consistirá su trabajo.
Pero el propio Presidente ha prometido un rápido trabajo para implementar sus planes, que hasta ahora no ha empezado.

Los discursos de mesa

Viernes • “El Estado no puede dar una respuesta eficiente y efectiva a todas las demandas legítimas del pueblo, le pido con toda humildad al pueblo de Bolivia que nos dé un tiempo para trabajar. La situación del país es crítica, pero sepan que no estoy en la lógica de decir que no me muevo un milímetro”.

Sábado • “Estamos atravesando una crisis muy seria, tenemos un déficit fiscal muy alto y un Tesoro General de la Nación con pocas posibilidades de responder a demandas económicas. Entonces, este es un momento de sacrificio”.

Domingo • “El abismo está allí todavía y cualquier equivocación, cualquier proceso de mezquindad, cualquier negativa a poner el hombro, cualquier zancadilla, puede hacer que caigamos en el abismo”.

Lunes • “Que el país vea que el mundo aymara es heroico cuando combate, pero que también es generoso. Quiero que entiendan que la situación en la que estamos viviendo es muy difícil, es muy dura, y quiero que ustedes sepan que voy a trabajar para que desde el Gobierno me vean austero”.
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