La misión argentina mintió sobre el hallazgo en Tarija

Cultura - Miércoles, 28 / May / 2003
 
(La Paz - La Razón)
Bolivia.com
Las obras prehispá-nicas fueron descu-biertas en Tarija por miembros de la Siarb que las mostraron a Rodolfo Raffino. éste se atribuyó la hazaña al volver a su país.

No es la primera vez que el investigador argentino Rodolfo Raffino informa de descubrimientos que en Bolivia ya están documentados. Pasó hace "cuatro o cinco años", según dijo ayer el jefe de la Unidad Nacional de Arqueología de Bolivia, Javier Escalante, con el tambo inca de Sevaruyo. Raffino promocionó este sitio en su país como hallazgo suyo, cuando desde la década del 40 fue investigado por Edgar Ibarra Grasso.

Lo mismo hizo el 2001 con el puente incaico de Ñoquera, aunque se disculpó atribuyendo a una mala interpretación periodística.

El último anuncio, que Escalante, alertado por la Sociedad de Investigación de Arte Rupestre de Bolivia (Siarb), califica de falto de ética profesional, es el referido a un puente inca al sur de Tarija.

Ocurre que en Bolivia, Carlos y Lilo Methfessel —miembros de la Siarb— descubrieron el 23 de marzo último un camino prehispánico —no inca propiamente, sino reutilizado por esta cultura— ubicado en la bajada de la cumbre de Sama al pueblo de Iscayachi. El informe preliminar fue enviado al director del Museo Arqueológico dependiente de la Universidad Juan Misael Saracho el 25 de marzo y la noticia se publicó en el diario tarijeño El País el 3 de mayo.

Raffino, que es director del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, y una misión argentina habrían llegado a Tarija al enterarse de las novedades. "Lo que (Raffino) hace es turismo arqueológico", dice Escalante, o sea que no viene en plan explícito de investigar y por ello no solicita permiso como establecen las leyes nacionales.

Los Methfessel guiaron a los colegas y les mostraron sus últimos hallazgos, donde se hicieron fotografías. Lo que no sospecharon es que éste, nada más volver a Argentina, presentó fotos y declaró ante la prensa ser el autor de la hazaña, como consta en el diario La Nación Line, de donde también los medios bolivianos tomaron la noticia.

La Razón no reprodujo tal cual la nota, sino que acudió, el 21 de mayo, a la UNAR para confrontarla. Escalante pidió entonces cautela, pues no pocas veces los extranjeros llaman inca a obras que tienen un origen más antiguo, por ejemplo tiwanakota. Y afirmó que oficialmente se desconocía la presencia de Raffino. Sobre el puente afirmó no estar al tanto, pero como salvedad citó que la ausencia de una representación regional de la unidad en el sur limitaba la disponibilidad de información.

Matías Strecker, secretario general de la Siarb, presentó un reclamo formal ante el prefecto de Tarija, Paúl Castellanos, pidiendo que se asuman medidas si se consideran pertinentes. La nota califica la actitud de Raffino como una "flagrante falta de ética", aunque en realidad "el hecho debería ser tipificado como de robo de propiedad intelectual".

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Lo que dijo la misión argentina • Al atribuirse el descubrimiento, Rodolfo Raffino habló de un puente inca.

Los datos precisos • El informe preliminar dado a conocer en Bolivia el 25 de marzo por Lilo y Carlos Methfessel, miembros de la Sociedad de Investigación de Arte Rupestre de Bolivia, indica que al evaluar el impacto de un futuro asfaltado de la carretera Tarija-Iscayachi-El Puente "nos encontraron con una incomprable obra de un camino precolonial-colonial, como no hay otro en Sudamérica (¿!!!). La carretera de Iscayachi está construida sobre la misma ruta precolonial, pero por suerte el camino antiguo tuvo muchas variantes paralelas y la actual carretera no afectó a varios tramos y otros fueron destruidos sólo parcialmente... El ancho del camino varía entre 2 y 12 metros. En largos trayectos está intacto el empedrado, gradas y sistema de alcantarillado para el drenaje del agua de lluvia...".

"El agua de estos canales es desviada a otros valles o recolectada y juntada con pequeñas quebradas naturales, para luego cruzar por debajo del camino por un puente con una o dos luces. Son puentes similares al puente precolonial de Ñoquera y ya no existe probablemente ninguno similar en Sudamérica. Los españoles usaron parte de estos caminos...".
Matías Strecker aclara incluso que "esta obra antigua fue reutilizada en el periodo de los inkas, asimismo en la Colonia".
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