Mauricio Bayro, un hacedor del arte diverso

Lunes, 17 / Jun / 2002
 
(Bolivia.com)
Bolivia.com
Escribe: Juan Manuel Miranda.

Multifacético, emprendedor, creativo y apasionado. Así se puede describir a Mauricio Bayro, un artista que, desde su mesa de diseño, su taller de pintura o su estudio de fotografía, da rienda suelta a su imaginación.

Bayro es de aquellas personas que creen que la casa es el taller y el taller es la casa. Por eso es que no resulta raro verlo trabajar en el taller que él mismo construyó en el tercer piso de su casa ubicada en la avenida Ballivián en la ciudad de La Paz.

Al entrar en el ambiente se puede percibir la presencia de una especie de buhardilla, lugar donde se gestan las más hermosas creaciones de la arquitectura, la pintura, el diseño gráfico y la fotografía, cuatro especialidades que el artista maneja de la misma manera y que tienen, precisamente en el diseño, el hilo conductor que las fusiona.

Bayro confiesa que la arquitectura es una área en la que necesita apoyo, por lo que en ocasiones su taller se llena de otros especialistas para trabajar. Algo parecido sucede con la fotografía, pero en lo que se refiere a la pintura, este artista cochabambino indica que su trabajo es más individual.

Bolivia.com: ¿Cómo podría definir las áreas en las que trabaja?

Mauricio Bayro: Soy un arquitecto independiente que se dedica al diseño y a la construcción. Dentro de la fotografía, me gusta realizar un trabajo estilo documental en el que retrato mis viajes.

En la pintura abarco distintas técnicas como el dibujo, el óleo, la acuarela. Antes practicaba el grabado pero por falta de infraestructura no lo hago ahora. Todas estas áreas tienen que ver con la gráfica.

Bolivia.com: ¿todas tienen la misma importancia o se inclina por alguna en especial?

M.B.: Todas son importantes para mí, es como una forma de vida. Empecé a pintar desde niño como una distracción, pero profesionalmente empecé a pintar cuando terminaba mis estudios de arquitectura en México. Desarrollé estas actividades de forma paralela ya que la pintura me permitía cierta independencia económica.

Parte de mis estudios los he financiado de esta forma, aunque al principio era una actividad muy personal, hasta que me animé a entrar a un campo más profesional con la exposición de mis obras. Cuando terminé de estudiar arquitectura era más pintor que arquitecto.

Ahora bien, a la arquitectura hay que verla como un universo de diseño. Uno puede diseñar desde una silla, un mueble o un accesorio, hasta una gran casa.

Por eso practico mucho el diseño gráfico, en un momento dado he hecho muebles y ahora diseño viviendas para cierto tipo de público. En realidad lo que hago es decirle a un cliente cómo hacer su vivienda, le doy alternativas a una persona que quiere construir una vivienda con elementos de diseño.

Bolivia.com: ¿Trabaja individualmente?

M.B.: Sí, tengo un grupo de clientes y colegas a los que siempre recurro para ciertas especialidades. La pintura la realizó de una forma más solitaria, pero en algún momento hay coordinación con pintores. Siento que los artistas, en este tiempo, están como islas. En ese marco, yo ejerzo un trabajo individual, lo que me da cierta autonomía, pero claro, las cosas no son fáciles. Sin embargo, esto me permite hacer arquitectura y pintura, de otra forma sería más complicado.

Bolivia.com: ¿Y la fotografía?

M.B.: En un tiempo dado he intentado hacer una fotografía profesional pero es un campo bastante competitivo en el que hay que darse enteramente. Yo viajo bastante, entonces estoy haciendo fotografía y trato de experimentar.

Hace un tiempo estaba fotografiando rayos, lo que me ha permitido pintar rayos, son temas que a veces uno tiene. Tengo un laboratorio en blanco y negro que mucha gente me dice que lo venda. En la actualidad muy poca gente practica este tipo de fotografía por falta de medios técnicos y químicos. El arte tiene ciclos y en el caso de la fotografía en blanco y negro a mí me gusta practicarla porque es una forma de crear con la gama de grises.

Antes practicaba diseño gráfico, pero en la actualidad los diseñadores hemos sido reemplazados por las computadoras, lo que se ha convertido en una competencia muy desleal e injusta.

Las cosas en común

Bolivia.com: En estas cuatro áreas en las que ha trabajado ¿hay algún hilo conductor que las una?

M.B.: Básicamente es el diseño, los conceptos. Como arquitecto, soy un geómetra, por eso creo que lo que las une son aspectos como la geometría, las formas y las proporciones.

Bolivia.com: ¿Y la temática?

M.B.: Es un poco difícil definir esto. En la fotografía lo que me interesa a mí es componer a través de la cámara y al ser pintor tengo una gran facilidad para hacer esto. Al ser pintor manejo la proporción, la forma de composición de una obra que, si se traduce a la fotografía, es buscar la composición dentro de la fotografía.

Con tanto tiempo de realizar estas actividades es difícil encontrar una temática común, pero siempre he tenido muchas temáticas. Siempre hay una intención de expresar una serie de cosas que sean sorprendentes, sea para el usuario en arquitectura o sea para el espectador en la pintura y fotografía. Es buscar elementos de sorpresa.

En la arquitectura es buscar un espacio que no sólo sea agradable, sino sorprendente por algún detalle en la ventana o por un determinado tipo de escalera. Es jugar con el espacio, que tenga cierta sutileza, que sorprenda a la persona sin decirle de qué se está sorprendiendo y ahí entramos en la parte sensorial.

También intervienen elementos como la luz, que es una de las formas que me gusta explotar para crear sensaciones. Para mí es una satisfacción comprobar que esos elementos funcionan cuando se construye la casa, pero para el usuario es una sorpresa, no sabe qué sucede. Sin embargo, algo siente y eso tiene que ver con la parte de la iluminación.

La pintura es luz y la fotografía también es luz. Por eso hay un común denominador, pero al ser la arquitectura la madre de la plástica, esto nos permite a los arquitectos ser multifacéticos

Temática social

Bolivia.com: ¿Sobre qué aspectos de la vida ha pintado sus cuadros?

M.B.: Mi pintura ha estado dirigida, a veces por encargo o por cuestión personal. Siempre ha tenido que ver con temáticas sociales, soy una persona que se ha formado dentro de un ambiente familiar con mucha sensibilidad social, siempre he tratado de mostrar mi inconformidad sobre algunas cosas que para mí son injustas, por ejemplo, las dictaduras exigían cierto tipo de expresión que las denuncie.

Al vivir en México he conocido las facetas del exilio. Este aspecto, en un momento dado, hizo ver a mi pintura como política, pero en realidad no es política, es mas una posición humana frente a la realidad. He trabajado con temas de medio ambiente. Mi esposa está muy comprometida con esta temática y eso me permite estar muy informado sobre este ámbito.

También me gusta el montañismo. Tengo un grupo de amigos con los que hago montaña, viajamos por el camino del Inca y otros recorridos. Contemplar la cordillera real desde arriba para un pintor es maravilloso, pero eso es muy difícil de transmitir en una obra de arte. Veo un impresionismo salvaje y a mí me da la satisfacción de que estos paisajes se vean precisamente como paisajes. En este tiempo en el que hay una cultura urbana muy desarrollada, de pronto un paisaje puede resultar muy sorprendente.

El diario vivir

Bolivia.com: ¿Cómo es un día en la vida de Mauricio Bayro?

M.B.: Una vez que mis hijas se van al colegio, yo tengo a disposición cierto momento para empezar el día de forma tranquila. Mi actividad se desarrolla de acuerdo a lo que esté realizando. Si estoy haciendo arquitectura entonces organizo mi día para hacer el diseño y el cálculo, mientras que para la noche dejo los aspectos teóricos.

Tengo la suerte de tener mi taller en la casa, la cual se convierte en un espacio de exhibición de obras. El taller lo construí yo, con un microclima donde hay mucha iluminación y buena vista.

Reparto en el día lo que voy a hacer. Hay días que sólo me dedico a leer o a pintar, y eso responde a cómo el taller funciona. Cuando uno pinta toma el espacio, hay pinturas, hay pinceles y químicos que no tienen que ver con los planos o el diseño.

Trato de programarme en ciertos días hacer cierto tipo de actividad, pero llega un momento que todo se junta y debe responder a las necesidades de afuera, entonces la cosa se convierte más interesante. Viene gente a ayudarme y el trabajo se vuelve colectivo. El taller tiene todo lo necesario, herramientas instrumentos y materiales. Una jornada de trabajo para mí es de 16 a 18 horas en las que puedo hacer muchas actividades al mismo tiempo.

Mauricio Bayro se siente agradecido ya que sus tres hijas, Catalina, Mariana y Alejandra, también han sacado los dotes del padre para el arte. El apoyo de ellas y de su esposa, Jenny Gruenberger, se constituye en la roca sólida sobre la cual este artista cochabambino realiza sus trabajos.

Con 44 años en su haber, 130 exposiciones colectivas, 20 individuales y 10 bipersonales, Mauricio Bayro es una muestra clara de que los dones hay que explotarlos al máximo y que la dedicación, la perseverancia y la creatividad, son elementos que a uno lo ayudan a crecer como ser humano y como artista.
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