Los amores que nos son prohibidos, pero tentadores

Hay amores que tenemos que esconder, que no podemos compartir y lucir con los demás son los amores prohibidos. Esos amores se viven apasionadamente, pero que al final con lágrimas.

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Hay amores que tenemos que esconder, que no podemos compartir y lucir con los demás son los amores prohibidos. Esos amores se viven apasionadamente, pero que al final con lágrimas.

Te asaltan las dudas, preguntas sin respuestas, ¿vale la pena sufrir por aquel amor que no nos pertenece? ¿Vale la pena tanta pena?

Conoces a esa persona y ya no paras, te sientes tan llena de alegría y felicidad que no piensas en las consecuencias que puede traer a tu vida tener una relación con él y es normal que te sientas así, porque el amor hace sacar lo mejor de nosotras, el enamoramiento nos hace sentir emociones y sensaciones que creíamos que ya no volveríamos a sentir.

Pero cuidado con esos amores, hay una delgada línea entre lo que es tu familia y lo prohibido, al cruzarla puede que nada salga bien y se pierda todo lo que ya tienes, un hombre, una familia, hijos, amigos y puestos de trabajo. Los amores prohibidos son amores que suponen peligro. Toda acción tiene consecuencias y puede que no te guste el final de esa relación prohibida.

Te sientes enamorada, ilusionada y te preguntas:
“¿Por qué debo renunciar? ¿Ahora que encontré el amor, no puedo vivirlo como quisiera?” Y por supuesto que no puedes, ya sea porque tú ya estás comprometida o porque él ya tiene una vida.

Nadie puede ser completamente feliz provocando la infelicidad de otras personas, y no hablamos sólo de a una mujer u hombre, hablamos de los hijos que son los que más sufren con nuestras decisiones de vivir nuestros amores prohibidos. Y no es una crítica porque nadie manda en el corazón, siempre hace lo que quiere, ama, sufre, llora aun sin que nosotras podamos hacer nada. Y es que el amor nos vuelve locas irracionales.

Es ante esta difícil situación que tiene que salir esa mujer que llevas dentro, debes saber escoger, decidir qué vas hacer al respecto, hacerte preguntas y considerar qué ganas y qué pierdes.

Pero no olvides que muchas veces nos atrae la peor opción, lo prohibido nos seduce y nos dejamos llevar por la pasión. Considera que él podría defraudarte, pues si realmente quisiera estar contigo no le costaría cambiar de mujer, lo haría y no se andaría con promesas de futuro. La mujer que ama lo hace con todo, dispuesto a todo, pero los hombres no aman de la misma manera y tú podrías ser la sacrificada.
Como mujer mereces una persona te amé sólo a ti.

Como mujer no mereces estar recluida a fijarte en lo ajeno. Si lo piensas bien te ahorrarás muchas lágrimas y malos momentos. Cuida tu corazón, no lo expongas a ser herido por algo inferior a lo que mereces: tú mereces alguien que sea sólo para ti.

Cuando un hombre casado busca amoríos es porque el hombre es un eterno cazador y siempre lo será. Tú no serás la única, mira a tu alrededor y pregúntate si realmente vale la pena perderlo todo por un amor clandestino.

Es mejor llorar un día que llorar toda la vida, nadie merece tus lágrimas y mucho menos alguien que no está completamente contigo. Sólo un amor sano y libre te evitará sufrir.