Doria Medina, el candidato que busca la presidencia por tercera vez

El candidato opositor boliviano Samuel Doria Medina, de 55 años, afronta por tercera vez el reto de transformar su éxito empresarial en un atractivo político en las elecciones de Bolivia, país que no le eligió presidente en 2005 ni 2009.  

Samuel Dorida Medina. Foto: EFE
Samuel Dorida Medina. Foto: EFE

El candidato opositor boliviano Samuel Doria Medina, de 55 años, afronta por tercera vez el reto de transformar su éxito empresarial en un atractivo político en las elecciones de Bolivia, país que no le eligió presidente en 2005 ni 2009.  

Candidato del frente conservador Unidad Demócrata (UD), este administrador de empresas nació en La Paz el 4 de diciembre de 1958 y está casado con Nidia Monje, con quién tiene cinco hijos. Doria Medina se ha propuesto capitalizar en la elección de este domingo el voto opositor para forzar una segunda vuelta con el presidente Evo Morales, que buscará su tercer mandato consecutivo.

Aunque en los sondeos de intención de voto aparece como segundo en la preferencia con un apoyo de entre el 13% y el 18 % y está al menos 40 puntos por debajo de Morales, Doria Medina sostiene que esos datos son falibles y no hay nada escrito hasta el domingo. En la votación del 2005 cosechó un 7,8 % de respaldo en las urnas y en la de 2009 un 5,6%, porcentajes que dieron a su propio partido, Unidad Nacional (UN), un relativo protagonismo opositor en medio de la hegemónica presencia que ha tenido el partido de Morales.

Este año, tras haber fracasado en su intento de aglutinar a toda la oposición bajo una sola candidatura, Doria Medina se alió con líderes de la derecha como el gobernador de la región de Santa Cruz, Ruben Costas, para formar el frente UD, lo que le ha valido perder el apoyo inicial de dirigentes del centro y de izquierda. Como sus mayores fortalezas, ha proclamado en la campaña su talento de administrador, su experiencia en el manejo económico y la generación de miles de empleos y de oportunidades económicas.

Doria Medina ha llegado a afirmar que el valor de algunas de sus empresas ha aumentado "unas 500 veces" bajo su liderazgo. Esa carrera comenzó en 1987 al hacerse cargo de la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce), que hoy es la principal productora del sector, pero en la que Doria Medina ahora solo es accionista.

En medio de la campaña, el ministerio de Economía y Finanzas ha afirmado que la fortuna de Doria Medina creció de 7 a 85 millones de dólares entre 2006 y 2014, gracias a la bonanza económica del país.

Él ha replicado que esas cifras sobre su riqueza son "incorrectas" y solo revelará las válidas en cumplimiento de la normativa nacional si asume la Presidencia del país.

Su vida política comenzó en la universidad y en 1992 asumió como ministro de Planeamiento y Coordinación en el gobierno de Jaime Paz Zamora (1989-1993), pero con la ambición puesta en la Presidencia. No obstante, su vida ha estado marcada por dos sucesos: su secuestro durante 45 días de 1995 por el peruano Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), al que pagó un millón de dólares como rescate para su liberación, y la caída en 2005 en el altiplano de la avioneta que usaba, accidente del que salió ileso.

Pese a haber sobrevivido a esas tragedias, lo que ha sido interpretado por sus seguidores como una suerte de predestinación, su campaña no ha logrado borrar por completo el lastre que supone su imagen de político sin magnetismo. Para contrarrestar esa falta de espontaneidad, el candidato salpimentó su campaña con gestos que buscaban la complicidad de los electores, como cuando recordó con vehemencia que el día de su accidente aéreo, mientras la avioneta se precipitaba, espetó un "¡Carajo, no me puedo morir!".

Aunque Doria Medina logró que la frase se hiciera viral, el exabrupto se volvió en su contra y el candidato fue ridiculizado sin piedad en las redes sociales. El empresario también sorprendió al unirse a la campaña solidaria por la esclerosis, por la que miles de personas se tiraban un cubo de agua helada por encima. A raíz de un traspié al hablar de los tributos que deben cobrarse a las petroleras, Doria Medina se vio obligado a aclarar que no reducirá los ingresos estatales procedentes de los tributos cobrados a esas empresas, ni venderá las empresas nacionalizadas ni dejará de pagar los subsidios que hoy entrega el Gobierno a ancianos, escolares y mujeres embarazadas

También ha tenido que salir al paso de acusaciones de encubrir el machismo de uno de sus brazos derechos en su partido, el candidato a diputado Jaime Navarro, que finalmente renunció a su postulación. Según ha afirmado, su condición de opositor le ha valido demandas del Gobierno por acusaciones como "terrorismo financiero" por hacer críticas contra Morales y que derivaron en decenas de audiencias sin resultados y prohibiciones de salir del país durante dos años.

Aún así el empresario no ha abandonado su pelea como opositor y está seguro de que esta vez la tercera será la vencida. "Tengo fe en que voy a ser presidente, tengo fe en que voy a ganar por la propia concepción de la vida que tengo", ha afirmado el pertinaz candidato. EFE  

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