Soledad Arrien a 67 años de su reinado

Carnaval 2004 - Martes, 03 / Feb / 2004
 
(El Nuevo Día)

Bolivia.com
“Antes sólo había una reina: la elegida por el pueblo”

Mil novecientos treinta y siete. Un año importante en la historia del carnaval cruceño. 1 de febrero; fecha en la que se conoció el resultado de los votos realizados por el pueblo que mediante un cupón, proporcionado por un medio de prensa escrita de aquella época, podía elegir a una de las cinco candidatas al reinado carnavalero. La elegida por el pueblo cruceño fue una joven de 16 años: Soledad Arrien Gutiérrez, la soberana del carnaval de Santa Cruz.

A sesenta y siete años de su reinado, Soledad aún recuerda los detalles de aquel carnaval, cuando a quince días de festejar la fiesta del Dios Mono recibió la noticia de que era la elegida por el pueblo. Una vez aceptado el título y con el consentimiento de su padre se puso a preparar los detalles para su coronación, ocasión en la cual lució un vestido “de reina”: tenía perlas en la parte de las caderas y el cuello, el traje era sencillo y cómodo, confeccionado en tela crepé, elaborado por su propia hermana. El tocado, muy original, llevaba foquitos, los cuales, según recuerda Soledad, podía encender presionando un botón que llevaba detrás de la oreja. “La noche de mi coronación recibí el homenaje poético de Raúl Otero Reiche, Agustín Landívar Zambrana, Ovidio Ortiz Taborga, Leonor Ribera Arteaga y Hernando Sanabria Fernández”, cuenta Soledad. Ese acto se realizó en el Club Social 24 de Septiembre en presencia de las comparsas Milongueros, Plus Ultra, Paileros, King Kong y Ku Kux Klan, las cuales, a su vez, tenían una madrina de comparsa pero no reina, pues la única soberana era Soledad. “Realmente te sentías una reina y lo mejor de todo es que te elegía el pueblo”, agrega.

La primera soberana de las carnestolendas sigue conservando esa alegría y amor por el carnaval, tal es así que durante estos años, mientras ha estado en la ciudad, siempre estuvo presente en las precarnavaleras y en el corso. Por otra parte, los tres días de mojazón son sagrados para su familia, pues sus cuatro hijos, siete nietos, diez bisnietos y su tataranieta se reúnen en su casa para divertirse sana y alegremente, pues la soberana considera que lo bonito del carnaval es la sana diversión; característica que lamentablemente pareciera que se está perdiendo año a año. “Da pena ver a la juventud borracha. Esa es la parte mala del carnaval”, dice Soledad y recuerda que antes la diversión no tenía los excesos que tiene ahora.
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