(Santa Cruz- El Nuevo Día)
El corso cruceño en su faceta de espectáculo provisto de danzas sincronizadas comenzó con matiz nacional. Unos 50 bailarines de los Caporales Santa Cruz le pusieron ritmo y energía a la entrada de la fiesta. A muchos les pareció raro que no sea la comparsa Tauras la que abra -como tradicionalmente- el desfile y carrozas, sin embargo, el público aplaudió la destreza y el corazón con que bailó el conjunto, como lo realiza desde hace nueve años. El ballet Universitario “Cupesí” de la UAGRM siguió el turno de las coreografías con ropa sencilla, estilizada, muy colorida y bailando ritmos orientales. Este segmento destacó por su colorido. El Ballet “26 de Enero” de Vallegrande hizo su paso con una demostración de la diversidad de música y pasos de baile que tienen los valles. Con un atuendo sencillo, sujeto fielmente al original de la zona, unas 25 parejas brillaron por su alegría. El ballet “Kerembas” vino luego con cuadros diferentes alusivos a las mosas cruceñas usando un urupé -llamativo por su gran tamaño- y a la cultura guaraní con detalles en la indumentaria provista de máscaras propias de los personajes que protagonizan el carnaval del chaco, el arete guazú. Las danzas en el corso, si bien son celebradas por el público aún no logran el efecto de espectáculo.
La Policía logró imponer la seguridad
La Policía hizo una buena labor. El recorrido del corso carnavalero no tuvo incidentes que lamentar y el despliegue policial a la cabeza del comandante de la Policía, Freddy Soruco contribuyó a que no ocurran actos de vandalismo de gran magnitud.
“Recomendamos que en los próximos años el corso se los realice en este lugar porque permite mejor control para la Policía. Se hace necesario colocar mayor cantidad de vallas de protección”, señaló Soruco.
Mientras las comparsas se desplazaban, algunos antisociales aprovecharon la aglomeración para robar las pertenencias de los asistentes, situación que no pudo ser controlada porque los ladrones se camuflaban con los presentes.
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La Policía logró imponer la seguridad
La Policía hizo una buena labor. El recorrido del corso carnavalero no tuvo incidentes que lamentar y el despliegue policial a la cabeza del comandante de la Policía, Freddy Soruco contribuyó a que no ocurran actos de vandalismo de gran magnitud.
“Recomendamos que en los próximos años el corso se los realice en este lugar porque permite mejor control para la Policía. Se hace necesario colocar mayor cantidad de vallas de protección”, señaló Soruco.
Mientras las comparsas se desplazaban, algunos antisociales aprovecharon la aglomeración para robar las pertenencias de los asistentes, situación que no pudo ser controlada porque los ladrones se camuflaban con los presentes.
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