La ch’alla para la Pachamama se impone en la sociedad cruceña

(Santa Cruz - El Nuevo Día)

El aroma a incienso inundó la ciudad. Este rito andino se va afianzando cada vez más en los hogares de la zona oriental del país. Todos pidieron mayor prosperidad en los negocios y el trabajo. Hubo mucha bebida y comida en los mercados.

Una vez más el humo y el olor a incienso, entre otros productos, matizaron la jornada carnavalera en Santa Cruz. El tradicional martes de “ch’alla” se vivió con mucha devoción, pues la gente pidió bendiciones a la “Pachamama”.

Los comerciantes hicieron un alto en sus ventas para dedicarse a sus creencias populares y llamar a la buena suerte, y la gente en sus hogares también realizó esta práctica. La mayoría pidió tener mejores ingresos y mayor oportunidad laboral, para que se haga realidad sus peticiones compraron confites, incienso, carbón, serpentinas, globos y mucha cerveza, para rendir el mejor homenaje a la “Madre Tierra”.

“Tendremos mejores ventas, por eso hemos traído tres bandas y estamos festejando a lo grande”, aseguraron los integrantes de la Asociación de libreros, “Aquiles Gómez”, quienes no se midieron en gastos para cha'llar con los compadres y amigos en el mercado Mutualista.

Hasta los que buscan empleos diariamente en la calle Libertad se dieron modos para cha'llar sus cajitas donde guardan sus accesorios para hacer trabajos de plomería con el propósito de tener mejores condiciones de trabajo todo el año 2004. “Esto es para llamar más trabajo, ojalá se cumpla nuestro deseo”, señalaron.

Definitivamente los comerciantes fueron los que marcaron el festejo del tradicional martes de cha'lla porque tiraron la casa por la ventana para comprar cerveza y carne para el churrasco. En los mercados el aroma a incienso y a carne cocida se mezclaba. Ni qué decir de los juegos con pintura, espuma y agua.

En las calles las movilidades, especialmente de la gente del interior, estuvo adornada con serpentinas y globos.

Al final todo concluyó en una gran borrachera, pero con mucha alegría porque el objetivo era complacer al máximo a la “Pachamama” para tener mayor prosperidad. Los sahumerios se vendieron desde cinco bolivianos