El más firme cronista de la Escuela-Ayllu partió ayer en la madrugada a sus 87 años. El poeta, artista, maestro, novelista, fotógrafo y ensayista dejó un enorme legado cultural en sus escritos.
Llamó Atenas aymara a su obra. Carlos Salazar Mostajo, uno de los principales gestores del proyecto de la escuela ayllu Warisata y Premio a la Gestión Cultural “Gunnar Mendoza” 2001, dejó este mundo durante las primeras horas del viernes, a los 87 años.
Inspirado profesor, ensayista, periodista, poeta, fotógrafo, artista, novelista y agudo crítico de artes plásticas, don Carlos dejó de respirar a las 5.30 de ayer en su casa del barrio de Bolognia, aquejado
de la enfermedad de Parkinson tras una dura batalla que lo dejó postrado en su cama desde hace ya dos meses, según cuenta su hija, Laura Salazar. “Nos está dejando un legado muy importante, no solamente en lo que respecta a artes plásticas, sino también en cuanto se refiere a política, educación y cultura. Ha trabajado mucho tiempo en Warisata. Ha sido su mayor inspiración y su máximo defensor hasta el último momento. Sobre todo ha amado mucho a su país, ha tenido siempre la fortaleza de seguir escribiendo y ese es su mayor legado para nosotros”.
Carlos Salazar Mostajo nació el 18 de mayo de 1916 en la población de Italaque, provincia Bautista Saavedra,
del departamento de La Paz. Estudió en el colegio Ayacucho. Se alistó a la Guerra del Chaco en plena juventud y a los 19 años, ya de retorno del frente de batalla, viajó a la región de Warisata.
Con una marcada vocación artística, dedicó gran parte de sus escritos a reflexionar sobre el arte como actividad humana con contenido filosófico, religioso, político y cultural.
El maestro tuvo un importante rol en la creación de la Escuela-Ayllu de Warisata, donde fue profesor y director. Llegó a Warisata a los 19 años, acompañando a Elizardo Pérez en su lucha por la educación del campesino. Brindó más de 80 conferencias sobre Warisata, convirtiéndose en
su más grande cronista.
También realizó un importante registro fotográfico que presentó en la muestra Warisata Mía, testimonio fotográfico 1931-1940, donde reflejó este período de la historia de la educación indígena boliviana. “Su figura tiene que pasar a la historia por su contribución a la educación y cultura boliviana”, dijo Donato Ayma, ministro de Educación.
Los restos mortales del artista y educador son velados en el Salón de Exposiciones del ANBA (Rosendo Gutiérrez Nº 323, entre 6 de Agosto y 20 de Octubre), donde se realizó un emotivo homenaje póstumo a las 20.00. El sepelio se llevará a cabo hoy a las 16.00 en el Cementerio General.
