(Santa Cruz - El Nuevo Día)Óscar Olivera, de la Coordinadora del Gas de Cochabamba, no pudo hacer la marcha que planeó para esta semana. Apuesta a después del 18 de julio, con el respaldo de las firmas recolectadas.
El dirigente de la Coordinadora del Gas dice que habrá una marcha para presentar la propuesta de nacionalización.
Óscar Olivera, dirigente de la Coordinadora del Gas de Cochabamba, entidad que agrupa a organizaciones sindicales, había previsto iniciar el lunes una marcha desde esa ciudad hasta La Paz para rechazar las preguntas del referéndum, pero desistió de la idea y ahora se prepara para después del 18 de julio. Busca la unidad de los sectores para garantizar la aprobación de una Ley de Hidrocarburos nacionalizadora.
¿Votará en el referéndum?
Participaré, pero pondré una X en todo
¿Por qué?
Porque el referéndum es un espacio de participación directa de la ciudadanía, no como un regalo de Mesa, sino como producto de la lucha del pueblo, y pongo la X porque rechazo el referéndum de Mesa, porque en las preguntas no está la fundamental, referida a la recuperación de la propiedad de los hidrocarburos, que significa nacionalización.
¿Cómo calificaría el referéndum de Mesa?
Es un tramparéndum, es engañoso y los propios delegados dijeron que las preguntas buscan hacer aprobar la propuesta de Ley de Hidrocarburos de Mesa, rechazada en abril de este año. Además, un referéndum debe ser transparente, simple e imparcial. Primero, que no es transparente porque los que elaboraron las preguntas y la ley son gente pagada por las transnacionales. Segundo, no es simple, porque las preguntas son confusas y no se entienden. Y tercero, no es imparcial, porque el Presidente amenazó con irse si la gente no contesta SÍ.
¿Por qué insiste con la nacionalización de los hidrocarburos?
Porque todos nuestros recursos fueron entregados de manera ilegal, violando el artículo 139 de la Constitución Política del Estado. Ese argumento de que no se puede nacionalizar porque ponemos en riesgo la seguridad jurídica de las inversiones, es una seguridad de las transnacionales y no de los bolivianos. Nacionalizar también implica la única alternativa para solucionar los graves problemas que tiene el país, pero no exportando el gas, que es lo que quiere Mesa, sino, ante todo, industrializando el gas. Nacionalizar es un acto de soberanía, de dignidad, porque a los bolivianos nunca se nos consultó que nuestros recursos hidrocarburíferos se entreguen, como lo hicieron Sánchez de Lozada, Banzer, Tuto Quiroga y ahora Mesa.
¿Ustedes proponen que todo pase al Estado?
Todo debe pasar al Estado, pero entendiendo que la nacionalización de los hidrocarburos debe estar acompañada de una reforma política a través de la Asamblea Constituyente, porque no permitiremos que las bandas delincuenciales de los partidos políticos se hagan cargo de estos recursos que el pueblo boliviano recupere. La Asamblea debe definir nuevas reglas de juego y debe haber nuevo tipo de Estado con participación y fiscalización de la población.
¿Qué medidas se adoptarán?
Antes del referéndum, vamos a socializar la importancia de los hidrocarburos y su destino, quién decide, queremos que eso se socialice. Segundo, establecer vínculos y comunicaciones entre movimientos sociales. Tercero, estamos en una recolección de firmas antes, durante y después del referéndum, que significa ampliar espacios de información, educación y difusión de la problemática hidrocarburífera. Después del referéndum buscaremos la unidad de todos los sectores, siguiendo con las firmas, una base social que pueda, con este deseo de organizarnos y movilizarnos, para garantizar la nacionalización de los hidrocarburos. Tendremos una propuesta clara, entendible y después de las firmas marcharemos a La Paz para entregar a los gobernantes para que se discuta y apruebe la ley.
¿La consigna es participar y pifiar el voto?
Para nosotros hay dos, una que rechaza el referéndum de Mesa, que significa la abstención, y como dicen los compañeros del altiplano paceño, que es no permitir el ingreso de ánforas y mesas en escuelas y hasta quemar ánforas en algunas zonas donde la indignación es grave, sobre todo El Alto y el altiplano paceño y, segundo, participación en el referéndum como espacio democrático, pero colocando una X o la palabra “nacionalización”, en la papeleta, como una protesta.
El dirigente de la Coordinadora del Gas dice que habrá una marcha para presentar la propuesta de nacionalización.
Óscar Olivera, dirigente de la Coordinadora del Gas de Cochabamba, entidad que agrupa a organizaciones sindicales, había previsto iniciar el lunes una marcha desde esa ciudad hasta La Paz para rechazar las preguntas del referéndum, pero desistió de la idea y ahora se prepara para después del 18 de julio. Busca la unidad de los sectores para garantizar la aprobación de una Ley de Hidrocarburos nacionalizadora.
¿Votará en el referéndum?
Participaré, pero pondré una X en todo
¿Por qué?
Porque el referéndum es un espacio de participación directa de la ciudadanía, no como un regalo de Mesa, sino como producto de la lucha del pueblo, y pongo la X porque rechazo el referéndum de Mesa, porque en las preguntas no está la fundamental, referida a la recuperación de la propiedad de los hidrocarburos, que significa nacionalización.
¿Cómo calificaría el referéndum de Mesa?
Es un tramparéndum, es engañoso y los propios delegados dijeron que las preguntas buscan hacer aprobar la propuesta de Ley de Hidrocarburos de Mesa, rechazada en abril de este año. Además, un referéndum debe ser transparente, simple e imparcial. Primero, que no es transparente porque los que elaboraron las preguntas y la ley son gente pagada por las transnacionales. Segundo, no es simple, porque las preguntas son confusas y no se entienden. Y tercero, no es imparcial, porque el Presidente amenazó con irse si la gente no contesta SÍ.
¿Por qué insiste con la nacionalización de los hidrocarburos?
Porque todos nuestros recursos fueron entregados de manera ilegal, violando el artículo 139 de la Constitución Política del Estado. Ese argumento de que no se puede nacionalizar porque ponemos en riesgo la seguridad jurídica de las inversiones, es una seguridad de las transnacionales y no de los bolivianos. Nacionalizar también implica la única alternativa para solucionar los graves problemas que tiene el país, pero no exportando el gas, que es lo que quiere Mesa, sino, ante todo, industrializando el gas. Nacionalizar es un acto de soberanía, de dignidad, porque a los bolivianos nunca se nos consultó que nuestros recursos hidrocarburíferos se entreguen, como lo hicieron Sánchez de Lozada, Banzer, Tuto Quiroga y ahora Mesa.
¿Ustedes proponen que todo pase al Estado?
Todo debe pasar al Estado, pero entendiendo que la nacionalización de los hidrocarburos debe estar acompañada de una reforma política a través de la Asamblea Constituyente, porque no permitiremos que las bandas delincuenciales de los partidos políticos se hagan cargo de estos recursos que el pueblo boliviano recupere. La Asamblea debe definir nuevas reglas de juego y debe haber nuevo tipo de Estado con participación y fiscalización de la población.
¿Qué medidas se adoptarán?
Antes del referéndum, vamos a socializar la importancia de los hidrocarburos y su destino, quién decide, queremos que eso se socialice. Segundo, establecer vínculos y comunicaciones entre movimientos sociales. Tercero, estamos en una recolección de firmas antes, durante y después del referéndum, que significa ampliar espacios de información, educación y difusión de la problemática hidrocarburífera. Después del referéndum buscaremos la unidad de todos los sectores, siguiendo con las firmas, una base social que pueda, con este deseo de organizarnos y movilizarnos, para garantizar la nacionalización de los hidrocarburos. Tendremos una propuesta clara, entendible y después de las firmas marcharemos a La Paz para entregar a los gobernantes para que se discuta y apruebe la ley.
¿La consigna es participar y pifiar el voto?
Para nosotros hay dos, una que rechaza el referéndum de Mesa, que significa la abstención, y como dicen los compañeros del altiplano paceño, que es no permitir el ingreso de ánforas y mesas en escuelas y hasta quemar ánforas en algunas zonas donde la indignación es grave, sobre todo El Alto y el altiplano paceño y, segundo, participación en el referéndum como espacio democrático, pero colocando una X o la palabra “nacionalización”, en la papeleta, como una protesta.
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