"No pensemos que el sol sale el 19 de julio"

Viernes, 09 / Jul / 2004
 
(La Paz - La Razón)El ministro de la Presidencia, José Galindo, admite que será difícil lograr la aprobación de la Ley de Hidrocarburos que el Ejecutivo redactará en base a las respuestas del referéndum. Sin embargo, ve vientos de cambio en la clase política. Cree que las municipales son la clave para eso.

Cuando se le pregunta sobre tráfico de armas y grupos irregulares, el ministro dice que hay movimientos en el altiplano.

José Galindo es el ministro de la Presidencia y, a la vez, la mano derecha del presidente Carlos Mesa. En esta entrevista habla de la situación política del país. Apuesta a que los partidos de siempre pierdan poder hasta diciembre, aunque, incluso, en el accionar del actual esquema ve vientos de cambio. Cree que los sectores sociales, sin quererlo, están sirviendo a los grupos conservadores. Percibe un panorama difícil para después del referéndum porque la aprobación de la Ley de Hidrocarburos depende del Congreso, donde el Presidente no tiene votos. En todo caso, está optimista porque, dice, la recuperación económica comenzará a sentirse en las calles.

En el criterio del Gobierno, ¿qué está pasando con el clima político del país, tomando en cuenta que surgen conflictos por todo lado y que el Congreso no acaba de ponerse del lado del referéndum?
En las últimas semanas se han ido colocando en sus posiciones los actores que quieren cambiar la Ley de Hidrocarburos y aquellos que han definido no hacerlo, que quieren una ley tal como está. Pero, el referéndum se ha posicionado en el país, la gente quiere decidir qué es lo que vamos a hacer, aunque es difícil pasar de una democracia representativa a una participativa, donde las cúpulas de los partidos hacían las leyes, hacían las resoluciones y el ciudadano no participaba.

¿Qué papel juegan los partidos políticos en este proceso? Sus intereses están siendo tocados.
Todos los ciudadanos, incluidos los partidos políticos, tenemos que adecuarnos a una nueva forma de hacer política. Existen temores, saldos de una antigua forma de hacer política que está muriendo. Pero, verá que el día 18 la gente va a ir a votar.

¿Quiénes son los que quieren y los que no quieren cambios?
Algo que sucede es que los extremos tienden a unirse. Tenemos a un lado a aquellos que no quieren cambiar nada, un sector conservador que cree que las cosas deben seguir como están; y en el extremo del otro lado, los que creen que a través de una confiscación puede generarse un mañana mejor. Esa es una falsa forma de ver la realidad. Muchas veces, los sectores más conservadores generan recursos y estos movimientos sociales creen que están trabajando por la nacionalización, pero en realidad están trabajando por aquellos sectores que no quieren que las cosas cambien.

Es decir, ¿no hay una coordinación? ¿Es algo ingenuo?
No está coordinado, pero los recursos fluyen. Llama la atención la cantidad de recursos que mueven los sectores sociales, provienen de algún lado.

Usted debe tener informes. ¿De dónde provienen?
No, no tengo los informes, esto es sólo un análisis de situación.

¿Es cierto que estos recursos son para armas y que estarían surgiendo grupos irregulares?
Creo que este momento tan difícil se da por un entramado de varias cosas. Hay aparentemente un movimiento que se está generando en la zona del altiplano, que es completamente diferente a otros que hay en otros puntos del país. No creo que se pueda hacer un análisis lineal, hay muchos hilos.

¿Dónde apuntan esos movimientos según su análisis?
Por un lado, hay mucha corrupción, que se da por el manejo de los recursos, que no encuentran sus canales para generar riqueza y que son para algunos sectores de poder. Por otro lado, tienes un hilo político que quiere generar el mundo andino. Hay otro hilo que es el de los partidos políticos, que manejaron las elecciones municipales a lo largo del tiempo, cuando nombraban a sus dirigentes para que sean candidatos a alcaldes. La comunidad, ahora, a través de la Ley de Agrupaciones Ciudadanas puede participar, va a poder poner a sus propios candidatos, a sus propios líderes y la situación va a ser diferente.

¿El Gobierno tiene capacidad para controlar los hilos descritos?
Creo que no es sólo de un gobierno, es un tema de Estado, tenemos que encontrar un nuevo contrato social que nos permita mantener a Bolivia unida y con una esperanza.

¿Qué opina de partidos y sectores que se oponen a que este Gobierno haga ese nuevo contrato?
Creo que vamos a tener un nuevo panorama político después del 6 de agosto. Creo que los partidos van a tomar en serio la renovación. Y que en diciembre también vamos a tener un nuevo panorama político con las municipales. Creo que seguimos en el proceso de cambio, pero quienes creen que hoy día tienen cierto poder, veremos qué pasa en diciembre porque el panorama va a cambiar.

¿Qué espera el Gobierno que suceda después del 18 de julio?
Yo estoy buscando un mañana con esperanza, un mañana que traiga luz y sonrisas a mi gente. Creo que después del referéndum deberíamos tener una clara demostración de que el gas es para los bolivianos. Además, las exportaciones han crecido en un 40 por ciento, nos vamos a acercar al crecimiento del PIB en un 4 por ciento. Creo que a partir de agosto se va a empezar a sentir una mejora en la economía de la calle. En lo que respecta a la Ley de Hidrocarburos, inmediatamente después del referéndum, de acuerdo a las respuestas, vamos a elaborar el proyecto de ley. El mundo ha puesto a Bolivia en un paréntesis hasta que nosotros decidamos lo que vamos a hacer con el gas. Hay una responsabilidad con la comunidad internacional.

¿Cree que el Congreso, con los antecedentes conocidos, aprobará el proyecto del Gobierno?
Va a ser una tarea muy difícil, muy complicada. Pero, tomemos en cuenta que ha salido la Ley del Referéndum, la Ley de Agrupaciones Ciudadanas, la Ley del Deporte. Yo empiezo a sentir los vientos de cambio. No va a ser fácil. No tenemos que pensar que sale el sol el 19 (de julio), pero vamos a ir en la dirección correcta.

¿Cree que las respuestas ameritarán una interpretación?
No. Para nosotros está muy claro y en los próximos días (antes del referéndum) vamos a decir qué es lo que interpretamos por cada una de las respuestas, para que la gente sepa que cuando votan SÍ, para nosotros significa algo, cuando vota NO, significa otra cosa.

Esa pregunta tiene su base en un hecho curioso. El líder cívico de Tarija y Evo Morales le dicen SÍ a la pregunta dos porque uno piensa que no se tocarán los contratos y el otro cree que se nacionalizará de inmediato.
Para nosotros, recuperar la propiedad en boca de pozo significa que vamos a controlar los precios, para que no suceda lo que estaba sucediendo. Se estaba exportando más barato de lo que se estaba pagando para el consumo interno. Es recuperar la capacidad de decidir cuánto vamos a pagar los bolivianos por nuestro gas y a cuánto lo vamos a vender afuera.

Evo Morales hace campaña por el NO en la pregunta 5. ¿No cree que eso podría perforar el plan?
Sí. "Evo, tienes que leer la pregunta cinco otra vez". Lo que pasa es que la pregunta cinco plantea con claridad que el gas será para los bolivianos. No podemos industrializar si no exportamos y lo máximo que podemos hacer es llegar al 50 por ciento de ingresos. Y vamos a usar esos recursos en infraestructura para el país.

De pronto, la prioridad para el Gobierno es el referéndum como tal y no el resultado. ¿Por qué?
Porque lo primero es que se consolide este tránsito entre una democracia pactada entre círculos de poder a una democracia participativa horizontal. Lo segundo, obviamente, es conseguir la aprobación para nuestra política energética. Pero, no se equivoquen, hay que ir a votar, no importa que voten por el NO, pero hay que consolidar la participación democrática porque sino van a decir que los bolivianos quieren seguir como antes.

Pero, el riesgo es que el NO le quite legitimidad a Mesa.
Lo importante es que se consolide el proceso democrático.

¿Qué hará el Gobierno para evitar el abstencionismo o la quema de ánforas?
Estamos esperando que el Tribunal Constitucional decida, y creemos que va a determinar que el voto es obligatorio. Yo creo que, respecto a las primeras semanas, cuando había una oposición total al referéndum, se ha pasado a una posición muy puntual: la quema de ánforas se puede dar en algunas provincias de algún departamento. De 20 provincias, probablemente en dos o en tres. Cada día está disminuyendo más el espacio en el cual se quemarían las ánforas. Si hubiese eso, va a ser porcentualmente mínimo.

¿Eso, sumado al abstencionismo, qué mensaje le daría a Mesa?
En general, la abstención en Bolivia es del 28 al 30 por ciento. No hay que asustarse. Y hay que tomar en cuenta que en elecciones hay campañas fuertes.

¿Cuál será el papel de las FFAA y la Policía?
No se trata de represión, sino más bien de permitir que el ciudadano pueda participar.
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