“Hay que aceptar las preguntas así, como están”

Miércoles, 14 / Jul / 2004
 
(La Paz - La Razón)El presidente de la Corte Nacional Electoral, Óscar Hassenteuffel, considera que ya habrá tiempo para hacer mejores interrogantes en el futuro y que, por ahora, se debe participar en el referéndum. No entiende por qué los que pedían la consulta ahora se oponen. Dice que a aquellos que demandaron a la Corte les faltó madurez.

El Presidente de la Corte Nacional Electoral reconoció que la institución pudo no haber llegado a todos los rincones del país.

Óscar Hassenteuffel es el presidente de la Corte Nacional Electoral, la máxima autoridad de la entidad que comandará el referéndum del gas, que se llevará a cabo este domingo 18 de julio. El lunes por la tarde abrió un espacio en su apretada agenda para recibir a La Razón y hablar de lo que por ahora ocupa el 100 por ciento de su tiempo: la consulta del gas.

Tenso al principio, distendido al final; Hassenteuffel detalló que todo está listo para la realización del referéndum. Habló de las dificultades que enfrentó la Corte por la tardanza en el desembolso del presupuesto. Luego dijo no comprender por qué los actores que tanto pidieron el referéndum, ahora se oponen a él. Consideró que la oposición, sin embargo, es en contra de las preguntas y que, pese a eso, hay que participar de la consulta. Se refirió a la falta de madurez de algunos sectores, entre los que citó a los que presentaron demandas en contra de la Corte.

¿Todo está listo y garantizado para el referéndum del domingo?
En la parte técnica, operativa, administrativa, creo que no tenemos nada pendiente, ningún conflicto. Todos los materiales que se van a utilizar el 18 de julio fueron enviados oportunamente a las cortes departamentales y éstas, a su vez, lo están distribuyendo a los diversos asientos electorales. De manera que estamos tranquilos porque está todo preparado para que el día 18 de julio se realice el referéndum del gas.

¿La Corte logró llegar hasta los últimos rincones del país con información del proceso?
Yo creo que siempre hay una expectativa mayor a la que uno puede cubrir. Nuestro país es bastante grande, hay una falta de comunicaciones que se nota. La Corte Nacional y las cortes departamentales trabajaron en un programa de capacitación que fue oportunamente concebido y ejecutado dentro de lo que fue posible. Por las informaciones que tengo del área encargada de la educación, se ha llegado a la mayor parte del país. Probablemente haya algunos lugares donde la presencia de algunos capacitadores no se ha hecho efectiva de manera directa o personal, pero con seguridad, por lo menos a través de algún medio de comunicación, con seguridad, que algo ha debido llegar a todos los rincones del país. También es posible que en algunos lugares muy recónditos, si bien pudo haber llegado el programa, tal vez llegó en el idioma que no es el propio de ese lugar. Nosotros hemos hecho una campaña en cuatro idiomas (castellano, quechua, aymara, guaraní), hay otras lenguas nativas que no hemos podido atender.

¿Qué ha sido lo más difícil de este proceso: el tiempo, la oposición, las preguntas?
No se trata de encontrarle dificultades, pero un proceso electoral como el referéndum tiene sus pequeñas complejidades. Los temas difíciles son los del presupuesto; si bien éste es aprobado, no es desembolsado inmediatamente. Entonces, no podemos hacer ningún gasto mientras no tengamos la certificación presupuestaria. El referéndum si bien fue convocado el 13 de abril, el presupuesto fue asignado a mediados de mayo. Ha habido un poco más de un mes de demora en la disponibilidad del presupuesto. En elecciones, había un proceso diferente porque con dinero propio fuimos atendiendo los gastos y cuando se recibieron los desembolsos pudimos hacer la compensación; sin embargo, ahora no, porque el Ministerio de Hacienda ha establecido un sistema a través del cual se paga directamente al proveedor, pero no se puede contratar si es que todavía no se ha desembolsado.

Sin embargo, ese problema fue superado
Llegamos a tiempo con todo. Por suerte, teníamos libros de gestiones anteriores con los que hicimos la inscripción de ciudadanos y no tuvimos problemas, pero si hubiésemos tenido que contratar la impresión de nuevos libros ahora, no lo hubiésemos podido hacer.

¿Cree que los actores políticos, sociales, cívicos y empresariales del país estuvieron a la altura del desafío del referéndum?
El referéndum es una institución nueva en el país. Si bien todos hemos clamado por referéndum en algún momento —unos más que otros—, pero a la hora de la llegada y de la convocatoria del referéndum han habido reacciones que, en algunos casos, al menos en lo personal, me han resultado inexplicables. En octubre del año pasado, todos pedían referéndum, pero ahora, algunos sectores que pedían referéndum ya no lo quieren. Tenemos que aprender en Bolivia a actuar con la suficiente madurez, con el suficiente equilibrio. Es probable que no haya una oposición al referéndum como tal, que las mayores críticas y oposiciones sean a las preguntas. Pues bien, hay que aceptarlo así como está, hay que participar del referéndum, las opciones del voto son Sí, No, nulo, blanco, hay varias opciones, lo importante es que la gente participe. Tal vez no hemos mostrado todos la suficiente madurez, pero las cosas han marchado bien en líneas generales, aquel sentido de oposición que se manifestó a través de algunos recursos legales interpuestos ante el Tribunal Constitucional o aquellas críticas que se hicieron al órgano electoral porque supuestamente estaba llevando adelante un proceso de manera ilegal o sin tener competencia fueron una demostración de esa falta de madurez. Por suerte, todo eso ha quedado superado, ya pertenece al pasado, ahora debemos mirar hacia adelante, esperar el 18 de julio, una masiva participación. Si ahora las preguntas no fueron las mejores, se puede plantear en los próximos meses o años las cosas de mejor manera.

¿Ahora usted cree que el referéndum y la Corte están protegidos legalmente?
Yo creo que en lo que hace a la parte legal o constitucional, no puede quedar duda a nadie, el Tribunal Constitucional, con el fallo emitido el día viernes 9 de julio, donde reconoce expresamente la competencia del organismo electoral para administrar este proceso de referéndum, ha sido muy claro y terminante. A partir de eso, no pueden quedar dudas, como no pueden quedar dudas respecto a la obligatoriedad de participar en el referéndum. Eso, el Tribunal Constitucional lo ha definido con absoluta precisión y con apego a la Constitución vigente. Puede ser que hayan todavía algunas opiniones de algunas personas, de algunos grupos, que aún no aceptan esta realidad, pero espero que ellos entren en razón y que el día domingo todos tengamos la posibilidad de participar sin ningún impedimento, sin ninguna limitación y con absoluta libertad.

Según las previsiones de la Corte, en este proceso que es parecido a una elección, pero que a la vez es diferente, ¿se presentará más abstencionismo que una elección municipal o nacional?
No lo sabemos, no hemos hecho un estudio, ni mucho menos un intento de hacer futurología, pero en nuestro país, en los procesos electorales ha habido una participación de más del 72 por ciento hacia adelante. El 2002, supuestamente el margen de abstención o no participación llegó casi al 28 por ciento. Yo digo supuestamente, porque también nos parece, lo hemos dicho alguna vez, que el Padrón Electoral no ha sido debidamente depurado. Tal como está, contempla el nombre de muchas personas que han fallecido o que ya no están en el país y que no han podido ser depurados por una limitación legal contenida en el artículo 70 del Código Electoral. Pero, creo que ese índice de abstención —aunque los datos oficiales me parecen exagerados— no va a sobrepasar ese mismo nivel.

Según los informes que tiene, ¿cree que existan algunos lugares donde habrá problemas el día de la elección? ¿Sus funcionarios han sido recibidos en todo el país sin ningún problema?
Lo que se nos ha informado por las cortes departamentales electorales, el día de ayer (el domingo), es que se han conformado las mesas de jurados. En algún lugar ha habido algún pequeño problema, pero todas las mesas han sido debidamente conformadas. Los problemas han sido superados.

¿Incluso en el altiplano paceño y en El Alto?
Sí, por lo menos ese fue el reporte que recibí del Presidente de la Corte de La Paz, aunque él no tenía los datos completos de la Sala Provincias. Pero, en la parte que había recogido estaba todo en orden.

¿Dónde se presentó el problema que describe?
No sé si en El Alto o en la propia ciudad de La Paz, que en principio hubo oposición a que se pudiera utilizar ese recinto, pero después eso se superó.

Lo previsible es que después del referéndum surjan diferentes interpretaciones de las respuestas. ¿No cree que esto podría debilitar la institucionalidad del referéndum o de la Corte?
No creo que se vea afectada la institucionalidad, la imparcialidad, la transparencia del organismo electoral porque éste sólo administra el proceso y da un informe con los resultados objetivos que resultan de este evento. La Corte no va a hacer ningún análisis, estudio ni interpretación de esos resultados. Eso tendrá que hacerlo el Poder Ejecutivo, el Legislativo y los analistas.

¿Cuánto cree que gana el proceso democrático con el referéndum, más allá de la definición de una política energética?
Yo creo que es importante. Nosotros hemos tenido un referéndum el año 1931, pero fue realizado en circunstancias diferentes a las que se van a tener ahora. En aquel evento participaron 90 mil personas y no había voto universal. Pero, ahora vamos a tener un universo de votantes entre 3 y 4 millones. Pero, más allá de ese nivel, creo que este referéndum, que para todo efecto es el primero porque por primera vez se realiza un referéndum en el marco de la Constitución, es importante porque es la primera vez que se da lugar a un ejercicio democrático directo, participativo. El referéndum tiene esa cualidad, que permite que la ciudadanía por sí y ante sí, asuma conocimiento y decida sobre algún tema, superando aquel sistema que nos regía hasta ahora, el representativo, donde nosotros elegíamos senadores y diputados y eran ellos los que tenían la decisión, muchas veces sin consultar la opinión de quienes los habían elegido.
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