“Esta es la semana para dar a luz, espero que la luz sea el referéndum”

(La Paz - La Razón)De esa manera, el presidente Carlos Mesa hace referencia a los nueve meses que cumplirá en el mando del país el 17 de julio. Su meta es la Constituyente.

El presidente Carlos Mesa dice que gobernar, para él, fue un aprendizaje y una experiencia estimulante.

Usted dice que escucha al pueblo y responde a lo que el pueblo demanda, ¿no es esa una definición de populista?
No, en absoluto. Yo he hecho compromisos sobre la base de cosas que puedo cumplir, yo no he hecho compromisos que impliquen demagogia, promesas falsas. Si yo hubiera trabajado sobre la lógica de la demagogia, fácil habría planteado la pregunta de la nacionalización como expropiación o confiscación.

Gonzalo Chávez hacía una comparación opuesta de su gestión con la de Hernán Siles Suazo. Decía que entonces la economía estaba mal y que la política estaba bien, pero que ahora ocurre lo contrario y que no hay una luz al final del túnel. ¿Cuál cree que es la luz al final del túnel?
Por supuesto que no hay solución política para los aislados ultra radicales que quieren destruir la democracia. Para el pueblo boliviano hay solución política, que se traduce en la culminación del mandato hasta el 6 de agosto del 2007 y el cumplimiento de una meta: la Constituyente.

Los pesimistas dicen que estamos muy polarizados como para encarar la Constituyente.
Cuando convoqué el referéndum el 13 de abril, probablemente mi nivel de apuestas habría sido el mismo de Grecia cuando comenzó la Copa de Europa. Nadie hubiera apostado porque el referéndum se pudiera realizar, estamos en el umbral y yo confío en que se hará y esto demuestra que más que optimista, soy realista.

Como historiador seguramente le va a corresponder actualizar su libro “Presidentes, entre urnas y fusiles”. ¿Cómo le gustaría a usted registrarse en su propio libro de historia?
Objetivos fundamentales que marcarán el éxito o el fracaso de nuestro gobierno, primero el referéndum y la Ley de Hidrocarburos. Segundo, el lograr que este momento económico positivo para Bolivia se traduzca en empleo y mejores condiciones de vida para la gente. Tercero, aprobar una nueva Constitución después de una Asamblea Constituyente que permita recuperar el pacto social entre los bolivianos. Cuarto, llegar al 6 de agosto del 2007 con una línea de paz y el diálogo.

Y, por supuesto, debe abrigar la esperanza de que en el paréntesis coloque 17 de octubre 2003 - 6 de agosto 2007.
Sí y más que una aspiración personal debiera ser de Bolivia.

¿Qué opciones tiene su gobierno para enfrentar las autonomías?
El debate sobre las autonomías es absolutamente inexcusable, el país ya no puede pretender pasarse. Hay algunas condiciones básicas fundamentales que deben garantizar que esas autonomías no sean un remedio peor que la enfermedad. En lo que estoy absolutamente claro es que las autonomías son un tema de la Asamblea Constituyente, no coincido con la idea de que hay que trabajar referéndums en función de las autonomías.

En esta semana cumple nueve meses, buen número…
La semana exacta para dar a luz, espero que el referéndum sea esa luz.

¿Cómo ve estos nueve meses?
Es un desafío en proceso, pero los primeros nueve meses han marcado la conciencia de lo que fue mi decisión cuando acepté ser candidato vicepresidencial. Recién el 17 de octubre entendí lo que representaba mi compromiso. Ha sido un aprendizaje muy duro, muy, muy duro. Pero, a la vez, ha sido una experiencia muy estimulante por el apoyo de la gente.