"Es una oportunidad, pero también es un peligro"

Domingo, 18 / Jul / 2004
 
(La Razón)
Bolivia.com
Gonzalo Chávez, analista.

Bolivia vive un proceso de crisis, que incluye una desagregación económica, política y social. El poder está totalmente fragmentado, la sociedad boliviana está atomizada. El referéndum, entendido como un proceso político, podría ayudar a amalgamar las partes de la sociedad y de la política en Bolivia. También podría generar cierto oxígeno político para que Carlos Mesa pueda negociar acuerdos con el Congreso, los movimientos sociales, regionales y las empresas transnacionales de mejor manera.
El referéndum es un avance significativo en el sistema democrático porque le devuelve a la gente su voz, que en los últimos meses ha estado embargada por ciertos activistas políticos que están en los gremios, las corporaciones y organizaciones regionales.
El referéndum es importante porque no sólo le va a servir al Gobierno, sino también va a arrojar ganadores y perdedores en el campo de los sindicatos.
La correlación de fuerzas, después del referéndum, va a cambiar y el signo de la transformación dependerá del porcentaje que obtenga el SÍ, el NO y la abstención.
El referéndum tiene que ser visto como una terapia colectiva para que la política se revalorice, tanto en el Congreso como en las calles, donde va a delinear con más claridad quiénes apuestan a jugar a las reglas de la democracia y quiénes no.
El referéndum, por la relativa ambigüedad de ciertas preguntas, también va a estar sujeto a muchas interpretaciones. El desafío democrático es que se reduzcan los márgenes de interpretación sobre propiedad, nacionalización y se busquen puntos de encuentro que permitan procesos de concertación sobre la política energética. El Parlamento va a jugar un papel fundamental en la revalorización de la política, de las alianzas, la concertación. La explicitación de la voluntad popular va a repercutir en la representatividad. Mucha gente que ahora habla a nombre del pueblo, de las urnas podrá salir o totalmente deslegitimado, o más fortalecida.
En democracia, el número es la forma en la cual la gente legitima posiciones, y del referéndum surgirá un nuevo escenario de actores sociales y políticos.
Es posible que ayude a reducir parcialmente la fragmentación de la sociedad y que ayude a revalorizar la política como forma suprema de buscar alianzas. La res pública, que es el origen latino de la palabra república, está agonizando. Res pública significa cosas en común, bien público. Frente a la sublimación de los particularismos, el referéndum podría ayudar a amalgamar ciertos intereses para la construcción de un nuevo pacto social y económico en el país, pero también existe el peligro de que la fragmentación se acentúe y comprometa la viabilidad del país. En suma, el referéndum es una oportunidad, pero también un peligro. Es de esperar que el referéndum ayude a pasar de las agendas de octubre, junio, julio, a la agenda de Bolivia por los próximos cien años. Es un primer paso, pero deberíamos darlo con conciencia de largo plazo porque de esta manera podríamos estar iniciando un proceso de reenamoramiento colectivo de Bolivia.
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