No es gran cosa relacionado con otros países, pero las 14 mil hectáreas sembradas en las colonias en este invierno, la ubican como la número uno del país. Pese a la falta de lluvias y los surazos, sigue la producción.
Las cosas del agro. El último surazo tumbó los granos del trigo y puso en peligro la producción, pero no las ganas en la región de mayor rendimiento del país. Okinawa tuvo bastantes motivos para celebrar el día nacional del trigo y su noveno festival de la “Buena Cosecha” donde demostró contra la adversidad, que sus más de 14 mil hectáreas sembradas en la campaña de invierno todavía la mantienen en el primer lugar de las regiones productivas del grano.
Si bien las cifras de la producción de trigo en todo el país apenas cubre el 3 por ciento de la demanda nacional, porque lo demás es importado, los productores de Okinawa no se desesperan y cada día se esfuerzan por imponer calidad antes que cantidad.
La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) certifica a Okinawa como la zona de mayor producción de trigo; después está la zona de expansión, pero entre ambas suman 38,000 hectáreas. El promedio de rendimiento es del orden de dos toneladas por hectárea.
Las colonias Okinawa I, II, y III están ubicadas
a 95 kilómetros de Santa Cruz. Hasta ese lugar llegaron los primeros inmigrantes allá por el año 1945. Hoy, 51 años después la segunda generación que heredó la agricultura e introdujo tecnología de punta, prácticamente ha confirmado una proyección de gran alcance nacional en el caso del trigo y un horizonte internacional para la soya y sus derivados, un cultivo de gran producción.
Mitsuo Higa, por ejemplo, tiene 300 hectáreas de trigo de la variedad “Wenda” y está en plena cosecha de grano ya que la falta de lluvia le obligó a levantarlo a los 100 días, veinte antes de lo establecido. “El surazo y la falta de agua nos obliga a cosecharlo para no seguir perdiendo granos. A pesar de todo, espero conseguir dos toneladas por hectárea”, dijo el descendiente japonés con el mismo ánimo que sembró.
Si algo tranquiliza a los productores de trigo es que, más allá de la inversión y de todas las adversidades, por lo menos tienen cautivo el mercado nacional: las molineras Famosa y Modelo, compran todo el trigo que se produce en la región.
Bajo la misma línea, pero con otro tipo de horizontes más empresarial está Susumu Nakada, padre de cuatro hijos y propietario de la empresa Prograno, dedicada al almacenamiento, procesamiento y comercialización
de la soya y sus derivados. “Tengo 100 hectáreas sembradas de trigo y utilizo el servicio de maquinarias cosechadores ya que me es más barato pagar $us 30 por hectárea y en una semana tengo todo el grano”.
Nakada, además, decidió romper el esquema de los cultivos tradicionales: soya, sorgo, maíz, trigo, ahora incursionó en la caña de azúcar con una buena proporción de hectáreas para lograr la rotación de cultivo. Su próximo paso es abrir el mercado de sus ancestros con la harina integral de soya. “Creo que con ello estaré realizado”, dijo Nakata.
En la misma zona, Yukitaka Sho Mija es copropietario de la planta molinera Agrícola Industrial Okinawa (Aioki), que compra parte del grano que se produce allí y lo convierte en harina para luego comercializarlo.
El “boom” del trigo fue en 2004 con un 2,09 TM/Ha. Ahora llegar a dos, es haber salvado el año.
“La importación de trigo opaca la producción local”
CAICO
Para el presidente de la Cooperativa Agroindustrial Integral de Colonias Okinawa Ltda.
(Caico), Dionisio Sato, lamenta que los recientes ventarrones hayan perjudicado considerablemente la producción de trigo este año en la zona. “ Hasta el momento existe una disminución del casi cincuenta
por ciento por hectárea. Se espera según los productores conseguir 1,5 toneladas por hectárea”.
Sato además sostiene que es muy poca la producción local en relación a la importación de la harina de trigo, ocasionando que las molineras paguen menor precio por la tonelada. “ Nos perjudica la importación con un valor agregado del 20%”.
A futuro Caico está pensando en la siembra de trigo transgénico reemplazando la convencional, lo que permitirá combatir la maleza.
IBCE
Las importaciones de trigo hasta mayo de este año, según datos que maneja el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) refleja claramente que dicho artículo se ha convertido en un artículo de primera necesidad en el país durante muchos años.
“Basta apuntar que durante el 2004, el país ha importado por un valor de $us 48 millones, seis menos en relación al 2003” sostuvo Gary Rodríguez, gerente general del IBCE
En lo que va de este 2005, los datos hasta el quinto mes de este año que maneja el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) como fuente oficial y elaborados por el IBCE, dicen que se tiene importado el trigo duro y la harina de trigo, por un valor de 8 millones 180 mil dólares, para un volumen en kilogramos brutos de 47.536.664.
