Los Wistus popularizaron el Tinku entre la juventud

Jueves, 31 / Ene / 2002
 
(La Paz - Bolivia.com)

Bolivia.com
Escribe: Juan Manuel Miranda

El 20 de septiembre de 1992 un grupo de jóvenes decidió formar una fraternidad que refleje la danza del Tinku, baile que hasta ese momento era interpretado por los comensales del Café de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).

Aquel grupo de fundadores estuvo integrado por Nelson Fernández, Mauricio Fernández, los hermanos Yuri y Guery Mendoza, Indira Mendoza, Ilsen García, Claudia Jara, José San Román y uno de los gemelos Fuentes, que actualmente conforma el conjunto de música folclórica K´achas.

Al principio, este grupo de amigos se reunían con el fin de bailar con los universitarios del comedor en la Entrada Folclórica Universitaria. “A partir de eso nos dijimos a nosotros mismos que deberíamos ser Tinkus ya que es una danza muy linda”, cuenta el actual presidente de la fraternidad, Luis Ticona, más conocido como “Pruslas”.

Decidieron llamarse Wistus ya que esta palabra aymara significa “chueco” o “torcido”, y los pasos que practicaban precisamente tenían esas características. Un campesino de la comunidad de los Laymes en el norte de Potosí fue quien les enseñó los pasos básicos de este baile.

El objetivo de la fraternidad en el inicio era el de popularizar esta danza ancestral entre los jóvenes y en los diferentes estratos sociales, aspecto que costó un poco al principio ya que a los mismos bailarines les fue difícil superar la incomodidad que sentían al vestirse con abarcas, chalinas, monteras y prendas hechas de lanas altiplánicas, acota Ticona.

Su primer logro

A dos años de su fundación, el Taller Cultural Tinkus Wistus alcanzó gran popularidad entre la juventud y la música Tinku se puso de moda en las discotecas, fiestas y matrimonios. El año 1994 ganaron el primer lugar de la Entrada Universitaria de la UMSA logrando popularizar más esta danza.

El éxito alcanzado en la referida entrada logró incluso que un periódico titulara: “El Tinku derrotó al Caporal”, recuerda Ticona. Los grupos folcóricos comenzaron a componer más Tinkus en honor a los Wistus.

El primer Carnaval

La primera presentación de los Wistus en el Carnaval de Oruro se produjo el año 1996, oportunidad en la participaron como una filial del grupo Tolkas de la capital del Pagador, ya que los estatutos de la Asociación de Conjuntos Folclóricos de Oruro impide que grupos nuevos entren con sus propios nombres.

A pesar de esa situación, Ticona explica que el grupo no perdió su identidad y que a partir de ese momento empezaron a reconocerlos como los Wistus ya que causaron una grata impresión entre los espectadores.

Después de Oruro el siguiente desafío fue el Corso de Corsos en Cochabamba, las Entradas Universitarias de Oruro y Cochabamba, al margen de la tradicional fiesta de los Chutillo en Potosí. Tras un recorrido de ocho años, los Wistus cruzaron las fronteras del país para mostrar todas la fuerza de esta danza guerrera en Puno, Perú, ocasión en la que obtuvieron el primer lugar de la Entrada Folclórica de esa población el año 1997.

Un año después, los estados de Ontario y Quebec en Canadá fueron testigos de la hermosura de esta danza interpretada en oportunidad del Congreso Mundial del Folclore en el que la agrupación boliviana fue en representación de Sudamerica.

El Festival Internacional de la Cultura en Potosí y Sucre, además de la Fiesta de Guadalupe también en Sucre, forman parte del extenso curriculum de este conjunto.

Ganas y fe

Las ganas de bailar y la devoción a la Vírgen del Socavón son los principales requisitos que la directiva de la fraternidad solicita a los postulantes para ingresar al grupo que, dicho sea de paso, cuenta con cerca de 400 fraternos, entre activos e inactivos.

A este requisito se suma un examen teórico cobre el significado de ciertas palabras conscernientes a este baile y su historia. Asimismo, un examen práctico completa la faena para seleccionar a los próximos fraternos.

“Queremos que todo el mundo baile tinkus, sin importar su estrato social. Eso es lo que se puede percibir en nuestros ensayos. Tratamos de rescatar la originalidad de la danza y no queremos tergiversarla. Hemos tenido fraternos de diferentes nacionalidades entre los que se destacan franceses, alemanes y búlgaros”, añade Ticona.

Un ritual que se volvió danza

La palabra Tinku significa “encuentro” y el baile, señala Ticona, surge a raíz de un ritual que las comunidades del norte de Potosí acostumbran realizar con el fin de agradar a la Pachamama. De la pelea entre los comunarios es imprescindible que se produzca la muerte de uno o varios de ellos con el fin de que la sangre derramada fertilice la tierra para la cosecha.

“Si hay más muertos es más fertilidad para la tierra. Además, es una lucha por el territorio y sus delimitaciones, antiguamente este ritual representaba a los guerreros que querían tener más tierras”, explica el líder de la fraternidad a tiempo se señalar que existen varias formas de representar esta tradición ya que hay el Tinku en el agua, con el látigo, la honda y el puño. Este último es que el actualmente se practica.

Los Wistus aseguran que los pasos que han creado no son estilizados ya que muestran la fuerza y el trabajo del comunario potosino, al margen de que tratan de rescatar los movimientos de las aves, los animales y del hombre cuando trabaja en la chacra o en el periodo de cosecha.

Otra dos características le dan el toque distintivo a esta agrupación: El golpe de las monteras (especie de casco hecho de cuero de oveja) en el suelo hasta llegar a destruirlas y los pasos de pelea que derivan en enfrentamientos entre los fraternos en pleno baile.

Una danza barata

Para Ticona, esta danza es una de las más baratas que se presentan en el Carnaval ya que no usa tanta ornamentación como los caporales o los morenos. En todo caso, los cálculos para este año indican que cada fraterno deberá erogar entre 100 y 150 dólares para el traje, los pasajes a Oruro y la estadía. Y si existen fraternos nuevos deberán adicionar la suma de 300 bolivianos más.

A parte de estas cuotas, los miembros más antiguos acostumbran pagar la suma de cinco dólares por cada baile que se realiza en el año. Para los nuevos la situación es más complicada ya que deben aportar con una suma equivalente a dos bailes anuales por cada año de participación desde la creación del grupo, vale decir ocho años. En ese marco, el monto ronda los 80 dólares.
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