La catarsis literaria de Ruber Carvalho se llama "Versario"

Cultura - Viernes, 03 / Ene / 2003
 
(Santa Cruz - El Nuevo Día)
Bolivia.com
“Los ríos que me faltan”, “Teoremas suburbanos” y “Memoria de las simples cosas” son segmentos en que el autor se revela íntimo. La nueva obra del escritor nacional tiene una edición reducida.

Ruber Carvalho Urey produjo los poemas de “Versario” “como una catarsis” y lo hizo para sus amigos porque considera que se debe a ellos.

¿Este libro tiene destinatarios especiales, quiénes son?

Escribo para los amigos y lo digo con toda sinceridad, por eso es que este poemario no es comercial, es una edición privada sólo para los amigos. Yo comencé a escribir un poco tarde cuando aprendí a usar la computadora, porque soy, era, indisciplinado, recién a mis 50 años produje y fue porque los amigos, me daban ánimo”.

¿Qué papel tiene el amor en su producción literaria?

Soy un enamorado del lenguaje, de las palabras y cuando utilizo el lenguaje poético, es para expresar a través de esa palabra que yo amo, el amor que yo siento. No es una pose, sólo soy un enamorado del lenguaje y lo utilizo en algo que aparentemente es poesía, pero declaro que no soy poeta, porque el ser poeta significa un modo de vida que no tengo. Aspiraría a serlo. Un hombre como yo, romántico, por eso digo que soy apenas un jardinero del amor, eso sí creo que soy, porque siempre lo he practicado, lo vivo aún a mis años, es por eso que el amor sale en todo lo que escribo.

Divide el poemario en tres. ¿“Los ríos que me faltan” es el segmento de las ausencias?

Dividí estas partes no con un fin premeditado. En la última (“Memoria de las simples cosas”) están esas cosas personales, donde hablo por la patria, lo que me disgusta, lo que soy ideológicamente. La primera (“Los ríos que me faltan”) es de mis ansiedades y soledades. La parte matemática (“Teoremas suburbanos”) la hice con un poco de picardía en el sentido de que fui un fracaso en los números.

¿Es una reconciliación con las matemáticas?

Nunca estuve peleado, sino ellas conmigo. Siempre estuve enamorado de ellas, pero siempre me rechazaron. Es una forma de aplicar las matemáticas.

En “Memoria de las simples cosas” percibo que quiere despojarse de muchas cosas y valorar y conservar otras tantas de la vida...

Sí y qué mejor forma que decirlo en un libro de versos. A veces uno no tiene ni espacio para hacerse escuchar y en una poesía que es más amable, que un artículo o un ensayo, un verso dicho así suena más fácil.

Una obra es producto de un momento particular ¿Qué contexto personal, creativo es el que tuvo “Versario”?

Fue escrito en dos años, versos que se iban haciendo poquito a poco mientras escribía otras cosas. Termina con un verso que define a un Ruber Carvalho a estas alturas de la vida donde ya nada me causa dolor y no me arrepiento de lo que fui, de lo que soñé y sigo soñando en mis utopías. Uno ve a estas alturas que tiene que ser tolerante, tiene que comprarse otros lentes con más visión. Uno al final es un ser humano de gustos, sentimientos y libertades, más que ideologías.

¿Qué viene en su trabajo?

Editorial El País está haciendo una selección de mis artículos de prensa. Se llama “Vasculario”. También preparo otra novela. Aún no tiene nombre, porque cuando escribo termino con un cuaderno con 40 ó 50 nombres, de ahí sale el definitivo. “La mitad de la sangre” tuvo cerca de 30.

Breve perfil del escritor

Ruber Carvalho (Santa Ana de Yacuma, Beni). Realizó su formación escolar en Santa Ana de Yacuma, Santa Cruz y Sucre. inició estudios de Arquitectura en Brasil, “sin pensar que las matemáticas no iban a poder conmigo y yo con ellas”, cuenta Carvalho. “Estudié Derecho sin pena ni gloria y fui un buen alumno, pero nunca creí en la ley, ni en la Constitución”, agrega. Carvalho fue investigador, ejerció el periodismo y después de varios años regresó el 2002 a este rubro como director de El Nuevo Día. Fue Oficial Mayor de Cultura en la Alcaldía de Santa Cruz e hizo gestión nacional desde el Viceministerio de Cultura en La Paz.

Produjo “Septiembre de hojas amarillas”, “Por tu modo de andar y mi forma de soñarte”, “Canto, cantum, cantorum”, “Ahí te dejo el mar... con otras cosas”, “Del tiempo y los exilios”, “Las cartas que escribí mientras dormías”, “Cuando la luna se baja para bañarse en el mar”, “Improperia” y “La mitad de la sangre”, su novela más exitosa.

Triángulo equilátero

a)
Sólo quiero que me nombres,
que me llames,
que me pronuncies,
que te arrodilles
un instante
y me recojas
del mar.

b)
Lluéveme,
para que seamos
dos gotas
que rodando se hagan río
y vayan hasta el mar,
para ser otra vez lluvia,
y gotas,
y ríos...
y mar.

c)
Cómo serás, amor,
vestida?
con anillos de oro,
con collares de perlas,
con gasas transparentes
de sales marineras,
Cómo se verán tus piernas
y tus pechos
debajo de los pétalos?
Aún no logro imaginarte
vestida
sobre la sábana azul
de mis deseos.
SÍGUENOS EN:
Google News