Un hombre de bien se fue sufriendo. Adiós Jefferson Gottardi

Fútbol - Jueves, 04 / Sep / 2003
 
(La Paz - La Razón)

Bolivia.com
El ex futbolista falleció ayer en una clínica de La Paz luego de soportar una enfermedad de dos años. Un paro cardiaco terminó con la vida del jugador que será recordado por sus dotes de goleador y carácter alegre.

Sólo llegó a jugar el primer tiempo. En el periodo de convalecencia habló de su convicción en volver algún momento a las canchas. "Tengo fe en Dios y sé que voy a jugar en algún momento", dijo hace una semana con voz pausada y cortada por la dificultad para expresarse.

A los 27 años, Jefferson Gottardi falleció ayer en la Clínica Virgen de Asunción producto de un paro cardiaco y luego de una prolongada enfermedad que lo tuvo inactivo dos años.

La esperanza de volver a jugar, el inquebrantable apoyo de su esposa, y el permanente recuerdo de sus compañeros, fueron su mejor bastón en los momentos en que necesitaba sentirse un hombre sano.

El ex futbolista tenía una enfermedad degenerativa que fue minando sus defensas orgánicas. Hace cuatro meses, cuando Marcas tuvo oportunidad de hablar con él, en su domicilio del barrio de Calacoto, se refirió a los problemas que tenía con la vista, el habla y la motricidad.

Entonces abrigaba la esperanza de su gradual recuperación.

En plena entrevista levantó la mano y mostró tres dedos y luego balbuceó "al Tigre". Recordaba los tres goles que anotó en un clásico, en aquellas tardes en las que con su tranco largo llegaba al balón antes que los defensores. Los aficionados al fútbol lo recuerdan así, con la melena rubia ondeando al viento y la sonrisa generosa en sus festejos.

El club de sus amores fue siempre Oriente, que también fue el club de su padre Antonio Gottardi. Recordaba con felicidad su paso por Bolívar, el cariño de la hinchada y la vez que fue convocado a la Selección.

La larga noche para Jefferson empezó con unos mareos en los entrenamientos y luego una tendencia a perder la verticalidad. De pronto empezó la romería a los médicos, para encontrar una respuesta a este sorpresivo mal.

La familia Gottardi apeló a aproximadamente 40 médicos en Bolivia, Estados Unidos y Cuba. Fue en La Paz donde conocieron al doctor Bernardo de Ferrari. Éste descartó los diagnósticos de Estados Unidos y Cuba y empezó la tarea de estudiar los procesos físicos de subidas y bajadas que experimentaba Jefferson.

"Ahora nuestra vida está entregada a Dios. él nos fortalece y sabemos que por eso pronto se sanará”, afirmaba su esposa Veruschka, una brasileña que nació en Río de Janeiro, habla seis idiomas, y que en los dos últimos años hizo un apostolado de fidelidad consagrándose a la atención de su ser amado.

Ella contaba con ilusión que hubo algunos días en los que el ex futbolista se mostraba recuperado y hasta llegó a manejar algunos minutos su coche, pero luego se sucedían los días del bajón anímico, de los recuerdos de aquellas jornadas de gloria. La depresión parecía restarle las células, pero Jefferson tenía tal estado de ánimo que sabía sacar partido de los momentos más difíciles. "Ahora rezo por mis compañeros, para que les vaya bien. Dios nos cuida a todos", decía, convencido de que su mal era transitorio y que "con la ayuda de Dios", todo volvería a ser como en las jornadas felices.

Aquellos momentos consagrados a la vida espiritual fueron su solaz en los últimos meses. Frente a la pérdida gradual de sus facultades empezó a crecer espiritualmente. Parecía estar más inclinado a dar que recibir.

Ayer, recibió la visita de sus ex compañeros de equipo. Los jugadores de la Selección no pudieron evitar unas lágrimas a la hora de recordar a Jeffe, el espigado jugador que con su larga melena merodeaba el área.

"Un amigo en todos los momentos", dijo Miguel Mercado. "Dios lo ha querido así, lo recordaremos siempre", expresó Julio César Baldivieso. Similares expresiones de aprecio tuvieron en Santa Cruz los amigos que cosechó jugando al fútbol.

El ex delantero de fútbol tuvo sus mejores tardes vistiendo las casacas de Oriente Petrolero y Bolívar.

Los datos

El hombre • El ex delantero Jefferson Gottardi nació el 13 de enero de 1976. Su padre, Antonio Gottardi, es DT de fútbol. Se casó hace seis años con Veruschka Vanderley y deja una hija de cuatro años.

Sus goles • Se destacó por su talento para anotar goles. Sus mejores temporadas en el fútbol boliviano las tuvo vistiendo las casacas de Oriente y Bolívar. En 1998 anotó 12 goles y al año siguiente otros nueve. En la Copa Libertadores, el 18 de abril de 2000 fue el artífice de la victoria sobre Cobreola por 4-1.

Cinco clubes • Jugó en cinco equipos: Oriente Petrolero, Bolívar, Tampa Bay (Estados Unidos), Táchira (Venezuela) y Goias (Brasil). Se inició en el fútbol profesional a los 16 años.

La Selección • En 1995 fue integrante de la Selección Sub-20 que jugó el Sudamericano que Bolivia organizó.

Otros cotejos • En julio de 2002 le diagnosticaron en Estados Unidos que tenía Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). A partir de entonces siguió un largo proceso en las clínicas.

La familia carga el peso del dolor y las deudas

Siempre será mi eterno amor. Tengo en la memoria los seis años felices que vivimos y eso es lo más importante. Me quedo con esta preciosa imagen de Jefferson" . ésa fue la expresión de su esposa Veruschka.
Con la expresión de una mujer que acepta resignada este momento, expresó su confianza en el plan de Dios y dijo que quiere seguir adelante con su hija.

Su padre, Antonio Gottardi, admitió que " si bien Jefferson se fue y descansa en paz, la familia sigue sufriendo". Esta expresión se entiende a la luz de sus anteriores convocatorias a la solidaridad para afrontar las deudas que contrajo la familia para costear los gastos médicos.

"Dios se lo llevó y ésa es su voluntad. Nosotros nos sentimos acongojados", dijo su padre sin poder contener el llanto.
"Esta mañana estuvo sonriendo. No sufrió en el momento de su muerte. Quiero que mi hija se guarde la imagen de su padre en los días felices", dijo su esposa.
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