Empresario Julio León da una receta para mejorar

Economía - Lunes, 24 / Nov / 2003
 
(La Paz - La Razón)
Bolivia.com
Julio león prado es nuevamente presidente del directorio del banco Bisa. Aclara que la banca boliviana facilita, pero no es responsable de la reactivación económica. Esta es una tarea difícil para el Gobierno.

Julio León Prado es un banquero y empresario que invierte en el país y sostiene que la banca tradicional no es conservadora, quiere prestar, pero debe mantener la estabilidad del sistema financiero. Dice que depende del Gobierno recuperar la seguridad jurídica y ciudadana nacional.

¿Cuáles son los objetivos de su gestión en el banco Bisa?

Estamos decididos a continuar invirtiendo y generando recursos para el país. En este marco, la próxima gestión nos impone cinco desafíos: consolidar al banco Bisa como el mejor referente en el sistema financiero nacional; ejecutar nuestro plan estratégico 2004-2006 que se encuentra en su fase de revisión; incrementar tanto nuestros ingresos financieros como no financieros; incorporar nuevos servicios bancarios, y generar mayores y más rentables sinergias entre todas las empresas del Grupo Bisa.

La banca en general tiene recursos, ¿cree usted que debe seguir siendo conservadora en la otorgación de préstamos?

La primera premisa que no se puede perder de vista cuando se analiza la situación de la banca nacional es que su primera y mayor responsabilidad es la de preservar y proteger el dinero que los depositantes le han confiado. Por lo tanto, el concepto de “conservador” es relativo en tanto los bancos deben preocuparse, y lo están haciendo, en administrar apropiadamente el riesgo. Los acontecimientos sociales que ha vivido el país han demostrado la solidez del sistema y la respuesta oportuna de los diferentes bancos a los requerimientos del público. El país está atravesando por una profunda crisis económica que requiere de la participación y compromiso de todos. Sin embargo, este esfuerzo sectorial es sólo un importante complemento a la acción gubernamental que es la responsable de revertir esta difícil situación.

Pero no están prestando, ¿a qué se teme?

La banca es el sector más fiscalizado y normado por parte del Estado, justamente para preservar el dinero del público. Dada la crisis que vive el país, prestar dinero involucra riesgos altos; una muestra de ello es la elevada morosidad del sistema. Entonces, debe tenerse cuidado cuando se le exige a la banca acciones que están más allá de sus funciones y responsabilidades. La reactivación económica es una tarea del Gobierno; la banca es un actor que facilita en este proceso, pero no el responsable. Pienso que hoy su principal rol es preservar la solidez del sistema.



Pienso que estamos atravesando una crisis de confianza en la institucionalidad nacional sin precedentes. En este sentido, recuperar la confianza y la seguridad jurídica nacional es una tarea imprescindible. Necesitamos que el país se recupere en todo sentido, pero sobre todo a este nivel.

Los inversionistas y financiadores internacionales deben recuperar su fe en el país; el público debe restablecer su confianza en el sistema; todos debemos ser capaces de apostar a favor del otro. Adicionalmente, el Gobierno tiene la difícil tarea de tomar medidas que estimulen la recuperación de la demanda interna, desti- nando la inversión pública a sectores de alta sensibilidad: vivienda social, caminos, educación, salud, entre otros sectores. La tarea es titánica, pero no tenemos otra opción que hacerla.

¿Existen posibilidades de crear nuevos servicios y productos para llegar a nuevos emprendimientos?

Definitivamente. Esto tiene que ver con la capacidad de innovación y creatividad de cada banco, en su búsqueda de nuevas oportunidades. En el Bisa, por ejemplo, durante este año desarrollamos cuatro nuevos productos y servicios destinados al sector empresarial y en los siguientes días lanzaremos uno singular.

¿Qué tipo de apoyo necesitarían de parte del Estado?

En las actuales condiciones, pienso que el principal apoyo que pueden recibir el conjunto de actores económicos nacionales es la recuperación de la seguridad jurídica y ciudadana nacional, pues de ello depende en gran medida la rehabilitación económica y moral del país.

La mediana y pequeña empresa tienen potencial, ¿es posible que el banco Bisa dedique una línea de crédito especial a este sector?, ¿de qué depende?

En el Bisa estamos convencidos de que la promoción de la pequeña y microempresa constituye una prioridad nacional, en tanto se trata de iniciativas económicas que generan empleo, son altamente creativas e innovadoras, flexibles y que promueven la generación de cadenas productivas cuando logran construir relaciones armoniosas con otras similares. Creemos que una de las salidas reales a la crisis es generar las condiciones necesarias para que este sector se desarrolle. El Grupo Bisa hace varios años apoya a la mediana empresa. Con Bisa Leasing y la promoción de maquicentros ingresamos al seg- mento de la pequeña empresa a la que se asignó más de un cuarto de millón de dólares en los últimos dos meses.

¿Cómo evalúa el rol de las grandes empresas en Bolivia?

Pienso que, como en todo, existen empresarios buenos y consecuentes y que en Bolivia hay muchos de ellos que generan empleos y desarrollan sus actividades sin la ayuda del Estado. La experiencia de los países desarrollados señala que en los que se ha promovido la industria y el consumo nacional son prósperos y cuentan con seguridad laboral, empleo sostenible y aportan importantes recursos a sus economías. El problema en Bolivia es que no se tiene conciencia de que la empresa privada constituye un bien social, en el sentido de que es generadora de empleo y recursos al fisco. En Bolivia no se promueve la industria nacional; todo lo contrario, se la somete a un mercado abierto, contaminado por el contrabando y la competencia desleal. La gente cree que el contrabando es un generador de empleo y no lo es, es un generador de pobreza y corrupción.

ee que la banca denominada tradicional puede acercarse más al área rural?

De hecho, hemos trabajado con mucho énfasis en el sector soyero, por ejemplo. Estamos completamente conscientes de que esta es un área en la que hay mucho por hacer, pues nuestra industria y desarrollo agropecuario es todavía débil. Soy un convencido de que los pueblos tienen que ser capaces de producir su propio alimento y este es un desafío que el país tiene pendiente.

En Bolivia no se promueve la industria nacional, se la somete a un mercado abierto contaminado.
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