Una imagen de la Virgen causa asombro en Cochabamba

Sociedad - Viernes, 21 / May / 2004
 
(La Razón)
Bolivia.com
La imagen del Cristo de Limpias volvió a llorar sangre ayer por la tarde en la ciudad de Cochabamba y cuatro horas después hizo lo mismo su madre, la Virgen María —cuyas imágenes fueron captadas por la Red ATB—, en medio de la sorpresa de los feligreses, en la pequeña capilla ubicada en la zona de San Pedro de la capital valluna.

La señal se registró inicialmente a las 15.00 en la imagen de Cristo, con tres gotas de sangre, la más visible se presentó en su mentón. Una gruesa gota apareció de la boca de la escultura y chorreó hacia ese sector.

Las otras gotas aparecieron en uno de sus ojos. La imagen había sido limpiada el pasado fin de semana por un representante del Arzobispado de la Iglesia Católica que ayer comprobó con sorpresa las nuevas muestras del misterio en el rostro de Cristo.

La primera vez que lloró la imagen del Cristo de Limpias en Cochabamba se registró el 9 de marzo de 1995. Desde esa época no sólo derramó en varias oportunidades sangre, sino también lágrimas de los ojos. Su propietaria, Silvia Arévalo, construyó en su misma casa una pequeña capilla donde se encuentra junto a la Virgen María.

Desde esa época se realizaron varios estudios, no sólo en Bolivia, sino en el exterior, principalmente en Italia y se estableció que la sangre es humana, igual que las lágrimas. También se comprobó que la corona de espinas es de una planta que no existe en el continente, sino sólo en los países árabes.

La imagen fue adquirida por Arévalo de una tienda ubicada en la avenida Heroínas esquina España. El propietario de la misma dijo que la adquirió de un escultor peruano que siempre se dedica a la venta de imágenes de los santos. Desde que el Cristo lloró, se registró varios milagros.

Sin embargo, por primera vez y ante varios feligreses que estaban en el lugar orando, cuatro horas después de que llorara la imagen de Cristo, también lo hizo su madre, la Virgen María. De sus grandes ojos brotaron dos gotas de sangre.

El hecho no sólo alarmó a la misma Iglesia Católica, sino a decenas de cristianos que se trasladaron a la pequeña capilla para orar, preocupados de que la señal no sólo signifique la tristeza de Dios, sino el desvío de la fe y la devoción de las personas.

Una mezcla de todo tipo de sentimientos se apoderó de los feligreses que al ver la sangre en los ojos de la Virgen María, no sólo rezaron, sino también lloraron, clamaron y pidieron perdón a Dios por los pecados que se cometen en el mundo.

A la capilla no sólo se trasladaron creyentes, sino también algunas monjas y sacerdotes, entre ellos el arzobispo de Cochabamba, monseñor Tito Solari.

El cochabambino estaba acostumbrado de vez en cuando a recibir la noticia de la caída de lágrimas de Cristo, pero nunca de la imagen de la Virgen María, ubicada en la misma capilla. Redacción Cochabamba
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