El llanto de las imágenes confunde y conmueve

Cultura - Lunes, 14 / Jun / 2004
 
(La Paz - La Razón)
Bolivia.com
Nueve años después de que el Señor de Limpias exudó por primera vez, la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción lo hizo también en Cochabamba. 11 días después, otra estatua lloró en la ciudad de La Paz.

Científicos y religiosos, creyentes e incrédulos tratan de explicar un fenómeno que va más allá de la comprensión humana. Unos dicen que se trata de un milagro. Otros buscan una explicación científica para comprender cómo una estatua de yeso, madera, hierro o cualquier material inorgánico desprende lágrimas o sangre.

El 9 de marzo de 1995, en la ciudad de Cochabamba, la familia Arévalo, propietaria de una imagen de yeso del Jesús de Limpias, fue testigo de un suceso inexplicable. Los ojos de la estatua derramaron lágrimas cristalinas, con un peculiar e intenso aroma a rosas. Las transparentes gotas que resbalaron de sus ojos se convirtieron en sangre.

Cientos de personas se congregaron en la casa de Silvia Arévalo, dueña de la imagen, para presenciar el suceso. La gente rezaba y suplicaba perdón al Señor de las Lágrimas, como se lo conoce desde entonces.

Ricardo Castañón, neuropsicólogo especializado en el comportamiento humano, decidió investigar el hecho. Tomó muestras de la sangre y las hizo examinar en siete oportunidades. Los resultados de las pruebas coincidieron. Se trataba de sangre con rastros de hemoglobina y código genético humano.

Castañón continúo con los estudios de la imagen durante cinco años, período en el que la estatua exudó más de 300 veces.

En una ocasión, el investigador se aisló varios días en una habitación junto a la imagen del Cristo de Limpias. Finalmente, una lágrima de sangre rodó por el rostro de yeso. “Yo sólo puedo convalidar un estudio cuando veo el brote”, dijo en una entrevista concedida a la red ATB.

Algunas personas afirmaron que la exudación fue provocada por ciertos poderes mentales. Castañón les invitó a demostrarlo, porque aun con la ayuda de un grupo de investigadores australianos, él no pudo hacerlo.

El busto fue separado en una habitación para que nadie tenga influencia en el experimento. Una cámara captó el instante en que una gota cristalina cayó por la mejilla de la imagen.

Para descartar la posibilidad de que al interior de la escultura de yeso exista algún mecanismo que provoque la efusión de sangre y lágrimas, decidió hacerle una tomografía positrón. Una vez más, la sorpresa del investigador no pudo esconderse. La estatua era hueca, no tenía nada en su interior.

Con los ojos elevados al cielo, en una aparente muestra de sufrimiento, la imagen del Señor de Limpias volvió a derramar lágrimas de sangre aproximadamente a las 15.00 del jueves 20 de mayo de 2004. El hecho no fue extraño para los Arévalo, pues permanentemente limpiaban las gotas que caían de los ojos del Señor de las Lágrimas.

Lo inexplicable ocurrió cuatro horas después, cuando de los ojos de la Virgen de la Inmaculada Concepción —adquirida por la familia en México, en 1998— cayeron dos gotas de sangre.

La capilla que los propietarios construyeron para las imágenes, ubicada en la calle Belzu, en la zona de San Pedro, se llenó de feligreses que llegaron a orar y pedir perdón por sus pecados. El arzobispo de Cochabamba, monseñor Tito Solari, acudió al lugar y al ver las estatuas se postró en sus rodillas para rezar.

Sergio Moreno, bioquímico, informó que un primer examen de laboratorio estableció que se trata de sangre humana del tipo RH, pero no se sabe el grupo.

En un informe oficial, el Arzobispado de Cochabamba estableció que el Vaticano dará la última palabra en torno a las lágrimas de sangre y el líquido que derramó la imagen de la Virgen.

Ante la imposibilidad de dar una respuesta, Castañón dijo que “la ciencia sólo puede decir que hay brote, hay sangre y que es inexplicable que una imagen de yeso produzca sangre con código genético humano. Una vez que científicamente se descarta un posible fraude, la Iglesia dice sí se trata de un milagro. El científico demuestra la veracidad del hecho, pero definitivamente no puede explicar el porqué”.

11 días después de que la Virgen de la Inmaculada Concepción y el Señor de Limpias “lloraban” en Cochabamba, el 31 de mayo, en la zona Villa Victoria de la ciudad de La Paz, la familia de Germán Castellón López, dueña de las imágenes del Señor del Espíritu Santo y del Niño Jesús, presenció el brote de lágrimas de sangre que bajaban por los rostros de las estatuas.

Durante tres días seguidos, los rostros del Cristo del Espíritu Santo y del Niño Jesús se mojaron con lágrimas. Al conocer la noticia, más de 600 personas se reunieron en el hogar de los Castellón López a partir del viernes 4 de junio, para presenciar el fenómeno, a pesar de que las estatuas ya no exudaban.

A diferencia de la familia Arévalo, que dejó que se examine a sus imágenes para determinar la veracidad del hecho, la familia paceña dijo que no permitirá que se analicen sus esculturas.

Germán Castellón aseguró que la escultura lleva con su familia más de 140 años, “pasó de una generación a otra. Desde la abuela de mi esposa hasta nuestras manos”. Durante 48 años la estatua fue digna de veneración por la familia, que ahora rechaza los análisis, porque teme a que éstas sufran daños irreparables.

Castellón dijo que no hay mejor prueba que la fe para saber que se trata de un mensaje enviado desde los cielos. “Si uno tiene fe y ve llorar a la imagen, entonces la prueba es más que suficiente”.

Ninguna autoridad de la Iglesia Católica visitó a los Castellón López para presenciar el fenómeno, pese al pedido de la familia. “Solicitamos que el padre de mi parroquia venga a dar una misa a casa, pero se negó. Dice que los cánones de la Iglesia lamentablemente no se lo permiten”.

Y aunque es la misma Iglesia Católica la que establece —luego de que la ciencia no puede explicar el fenómeno— si se trata de un milagro o no, la última palabra la tienen las personas que observaron el suceso y que con fe elevaron plegarias al cielo.

Al menos, eso asegura Germán Castañón, quien sin duda alguna confiesa que su vida ha cambiado para siempre desde el momento en que vio llorar a la imagen de Cristo.

La Iglesia trata con “pinzas” los fenómenos inexplicables

Ante las apariciones de la Virgen frente a miles de personas, el derramamiento de lágrimas cristalinas y lágrimas de sangre de imágenes de materiales inorgánicos, estigmas en el cuerpo de personas que dicen padecer el sufrimiento de las heridas de Jesús en la cruz y otros hechos inexplicables, la Iglesia Católica es muy reservada y cautelosa en el momento de declararlos como milagros.

El obispo auxiliar de La Paz, Óscar Aparicio, dijo que la Iglesia debe verificar los fenómenos y estudiarlos exhaustivamente antes de declararlos hechos extraordinarios.

Aparicio aclara que antes de afirmar si el hecho es un milagro, se debe seguir cuatro pasos. El primero consiste en el estudio científico. Es decir, se determina si el fenómeno puede explicarse o no a través de la ciencia. Se debe descartar la posibilidad de “una explicación natural”, relacionada al material de la imagen o a otros factores que podrían causar la exudación. En caso de que la ciencia compruebe de que se trata de sangre humana, se procede a la segunda etapa: se conforma una comisión temporal con miembros de la iglesia local y científicos.

La experiencia del Cristo de Limpias en Cochabamba se encuentra en este momento en investigación. El Arzobispado de la ciudad del valle dijo que se constituyó una comisión interdisciplinaria que estudiará el fenómeno de la imagen que llora sangre desde el año 1995.

El tercer procedimiento, señaló Aparicio, consiste en enviar los resultados al Vaticano, donde se continuará con la investigación.
El paso final se da cuando el Vaticano declara el suceso como un hecho extraordinario.

Aparicio también comenta que en ocasiones no se trataba de sangre. “Estos hechos deben tratarse con prudencia y calma”. El obispo asegura que se tiene que abordar este tema con sumo cuidado porque es muy peligroso jugar con la fe de la Iglesia.

Los cristianos descartan que las lágrimas sean un mensaje

Los profesantes de la religión cristiana protestante no creen en las imágenes que lloran sangre, en apariciones de la Virgen y otros fenómenos como éstos. Ellos consideran que no tienen respaldo bíblico.

El pastor de Ekklesía José Luis de los Santos aseguró que no existen evidencias claras que demuestren que los fenómenos que se presentaron en Cochabamba, La Paz y otros lugares del mundo sean hechos sobrenaturales.

En opinión del pastor, estos sucesos, lejos de ratificar la devoción de los creyentes, pueden crear confusión “en la fe genuina sobre la palabra de Dios”. Sin embargo, dijo que no están en contra de los eventos, sino que el hecho de que no existan pruebas fehacientes hacen dudar de la veracidad de los sucesos.

Algo queda muy claro para los cristianos protestantes y es que “toda manifestación hacia los ídolos no es bíblica”. Esta religión no comparte la veneración de imágenes, porque consideran esta práctica contraria a la palabra de Dios.

Y aunque no está en contra de esos eventos —considerados por muchos creyentes de la fe católica como signos o mensajes de Dios—, De los Santos asegura que podrían tratarse de “manifestaciones del diablo, a fin de que la fe genuina en Cristo sea totalmente distorsionada”.

La palabra de Dios —sostuvo el pastor— no está de acuerdo con el culto a las estatuas ni otras formas de adoración de imágenes y símbolos religiosos.

Por eso, frente a los resultados científicos que demuestran que el líquido que proviene de la imagen del Señor de Limpias es sangre humana con código genético, el pastor responde que “la sangre que derramó el Señor en la Cruz fue la sangre del Padre y no sangre humana”. Éste, dice, es un hecho más que lleva a dudar de los fenómenos de exudación.
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