En La Paz, sólo cuatro hospitales tienen terapia intensiva neonatal

Actualidad - Domingo, 22 / Ago / 2004
 
(La Paz - La Razón)
Bolivia.com

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Los únicos centros de tercer nivel con esta especialidad son el Hospital de la Mujer, el del Niño, el Arco Iris y el Materno Infantil. Los dos primeros requieren mayor espacio y personal. Desde octubre, el Hospital Juan XXIII ofrecerá este servicio.

“Cada niño grave debe tener a una licenciada y una auxiliar. Esto no sucede en ningún hospital de Bolivia”, puntualizó el doctor Luis Bedregal.

“Por favor, lávese las manos antes de tocarme”, era la leyenda que colgaba de una incubadora en el Hospital Juan XXIII, en Munaypata. Este cartel representa la vulnerabilidad de un neonato que, además de no saber hablar, caminar, mucho menos defenderse, debe luchar para poder sobrevivir porque nació con poco peso, porque se infectó o porque tuvo un nacimiento prematuro.

Al menos un 10 por ciento de los recién nacidos requiere de cuidados intensivos. Si bien en la sede de Gobierno existen clínicas privadas y centros de salud —entre policlínicos, maternológicos, postas y hospitales para entidades específicas— que brindan terapia intensiva neonatal, los únicos establecimientos de tercer nivel que atienden a beneficiarias con el Seguro Universal Materno Infantil (Sumi) y que tienen este servicio son cuatro.

Uno de los más completos es el hospital Materno Infantil, ubicado en Miraflores y dependiente de la Caja Nacional de Salud (CNS). El cuidado de recién nacidos se distribuye en dos plantas del edificio. En el primer piso se encuentra la sala de terapia intensiva, donde están los bebés que requieren de atención más minuciosa. En el segundo nivel está el área de cuidados intermedios, para los casos que no son tan complicados, como los problemas respiratorios.

El hospital Materno Infantil maneja un sistema abierto, es decir, brinda atención a niños que nacen dentro del mismo y a aquellos que son transferidos desde otros establecimientos o que nacieron en domicilios.

El siguiente centro apto para atender neonatos que requieren de cuidados intensivos es el hospital Arco Iris, dependiente de la fundación del mismo nombre.

Arco Iris cuenta con 12 unidades, dos de ellas están habilitadas para terapia intensiva. La sala neonatal se divide en tres ambientes: uno para la recuperación nutricional de los menores con poco peso, una sala intermedia para los bebés que nacieron dentro del hospital y una sala C para los niños derivados de otros hospitales.

El director del área de neonatología, Luis Bedregal, indica que se cuenta con dos terapistas encargados del manejo de los neonatos que precisan cuidados intensivos. Además, hay un pediatra de turno que vigila el progreso de los pacientes y una enfermera licenciada.

Bedregal explica que uno de los principales problemas con que se topan todos los hospitales es la falta de personal especializado en cuidados intensivos.

“La norma internacional plantea que cada niño grave debe tener una licenciada y una auxiliar que lo atiendan. Y esto no sucede en ningún hospital de Bolivia porque no existen recursos y porque no hay suficientes licenciadas con entrenamiento en terapia intensiva”.

El problema planteado por el doctor Bedregal se evidencia en el hospital del Niño, otro de los establecimientos que brinda el servicio intensivo de neonatología. Este nosocomio cuenta con espacio para 16 recién nacidos.

La atención de la sala de neonatología está a cargo de dos neonatólogos y una enfermera licenciada para cada turno. El doctor Álvaro Muñoz Reyes, director de dicho centro, afirma que al menos serían necesarias ocho licenciadas para que la atención se efectivice.

El Hospital de la Mujer es otro de los centros con terapia intensiva. Aparte del déficit de personal, este centro hospitalario se topa con un problema más grave aún, que es la falta de espacio. El doctor David Asturizaga, director del Hospital de la Mujer, precisa que dicho nosocomio tiene capacidad para 25 unidades de cuidados intensivos, no obstante actualmente hay 32 niños.

De los cuatro hospitales, este último es el que mayor demanda de atención presenta. A este problema, llegará una solución en octubre, puesto que se dará inicio a las obras de ampliación del Hospital de la Mujer.

A estos cuatro establecimientos pronto se unirá el hospital Juan XXIII, que dentro de dos meses estrenará el área de terapia intensiva para recién nacidos.

El doctor Jorge Ortiz, director del hospital, indica que se vio la necesidad de implementar esta especialidad a partir de la experiencia del nosocomio en la atención de terapia intermedia neonatal. La sala está en el cuarto piso del hospital, contempla la división por áreas para evitar procesos infecciosos. La infraestructura y el equipamiento están listos, en lo que se trabaja es en la capacitación del personal que se hará cargo de la sala.

El director nacional de Salud, Eduardo Chávez, confirma que tanto el hospital Arco Iris como el Materno Infantil están en plenas condiciones para brindar una atención intensiva de calidad y enfatiza en la importancia que se debe dar al problema que enfrentan los hospitales de la Mujer y del Niño. Concluye puntualizando que una vez superadas estas deficiencias, el desafío será disminuir la mortalidad neonatal, que constituye la tercera parte de la mortalidad infantil.

Las normas de aseo deben seguirse al pie de la letra

Una atención neonatal adecuada no se limita a los equipos, infraestructura y personal, pues de nada servirá contar con estos tres elementos si no se sigue al pie de la letra los reglamentos para manipular a los recién nacidos y las normas de aseo.

El doctor Eduardo Chávez, director nacional de Salud, enfatiza el estado vulnerable a la mínima enfermedad de los bebés prematuros. “Hay niños que pesan 600 gramos. Hay que tener cuidado hasta con la luz que se les pone”.

El director del hospital Juan XXIII, Jorge Ortiz, señala que el descuido en las leyes antisépticas puede ser fatal. “Basta con omitir una de las reglas, evitar uno de los pasos, para que pase un germen o una bacteria”.

Los cuidados comienzan desde el correcto lavado de manos. Los estándares internacionales recomiendan el uso de jabón líquido y de toallas desechables, puesto que el jabón en pastilla y las telas podrían ser focos de infección. Existe también una técnica de lavado de manos con un chorro de agua, en forma rotatoria y hasta arriba de los codos. Esta técnica debe emplearse cada vez que el personal manipule a un recién nacido.

No cualquiera puede ingresar al área de neonatología. Para poder entrar a las salas del hospital Materno Infantil, médicos, enfermeras e internos deben cumplir ciertas normas, como el uso del uniforme de mangas cortas, tener las uñas cortas y limpias y las manos libres de alhajas y usar cabello corto o recogido.

Estas normas son básicas en el área de terapia intermedia y comunes en todos los hospitales. En terapia intensiva neonatal además se exige el uso de gorro, guantes, barbijo y botas. Las visitas de personas ajenas, incluso de otras áreas del hospital, están prohibidas. Sólo los padres del neonato pueden entrar a visitarlo, pero deben hacerlo uno por uno y cumpliendo con las normas antes mencionadas.

El aseo no debe ser exclusivo del personal, puesto que los equipos podrían albergar gérmenes resistentes a los antibióticos. Por ejemplo, el lavado de las incubadoras debe seguir un proceso normado para una esterilización efectiva. En el hospital Arco Iris se realizan controles microbiológicos al servicio —personal y equipos— cada dos meses.

El director del área de neonatología del hospital Arco Iris, Luis Bedregal, explica que en la manipulación de neonatos es importante evitar los procesos de infección cruzados, ya que cualquier sala de terapia intensiva es susceptible a esta situación. “Por este motivo, todos los hospitales cuentan con un Comité de Infección Intrahospitalaria”.
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