Akakor encuentra en el Titicaca lo que pudo ser un templo sagrado

Turismo - Martes, 24 / Ago / 2004
 
(La Paz - La Razón)

Bolivia.com
La misión obtuvo imágenes que sustentan la teoría de que hace miles de años la altura del lago era menor. Piezas de cerámica, un ídolo de oro y un muro de contención hacen creer que allí se encontraba la isla ceremonial Wilacota.

Un capítulo más sobre los misterios del lago Titicaca y la cultura Inca comenzará a desentrañarse a partir de los hallazgos que captaron las cámaras y robots subacuáticos de la misión Akakor. Vasijas de cerámica, un ídolo de oro, estructuras y muros de contención fueron encontrados a más de 50 metros de profundidad.

La expedición —denominada Tiwanaku 2004, pese a su distancia con el incario— fue emprendida por el grupo Akakor Geographical Exploring, con la colaboración de la Unidad Nacional de Arqueología (Unar) y la Fuerza Naval Boliviana.

El 3 de agosto, el grupo Akakor Geographical Exploring anunció a los medios que, a través de un equipo de robótica y alta tecnología en filmación y fotografía subacuática, emprendería una investigación para hallar nuevos reservorios arqueológicos y geológicos en las profundidades del lago Titicaca.
En dos ocasiones —con las misiones Atahuallpa 2000 y Titicaca 2002— Akakor se sumergió para desarrollar la teoría que plantea que hace miles de años la altura del lago sagrado era menor.

Fueron 20 días de intenso trabajo en los cuales el equipo estuvo expuesto a peligros. Pero la labor valió la pena, ya que se encontraron piezas de ofrenda, vasijas, ánforas e incluso un ídolo presumiblemente hecho en oro, que permanece sumergido por su gran peso: de 20 a 30 kilos.
El arqueólogo Eduardo Parejas, director de la Unar, explicó que estos elementos permitieron identificar el lugar donde se desarrolló la misión como la isla Wilacota (lago de sangre), donde los incas practicaban sacrificios. "La información existente sobre este periodo prehispánico es dispersa, por ello fue difícil ubicar este centro ceremonial religioso".

El hallazgo de una vasija que presenta características amazónicas dio lugar al rescate de una teoría extraída de las crónicas escritas durante la Colonia. Parejas señala que cuando los incas ocuparon el lago, trajeron consigo a 42 grupos étnicos, entre los cuales podría haberse encontrado el grupo que entregó la vasija.

Pero esto no es todo. A 96 metros de profundidad se encontró un muro de contención y algunas estructuras. Los investigadores se manejan cautos y prefieren no formular afirmaciones antes de contar con los resultados finales, pues el año 2000 fueron duramente criticados y la veracidad de sus investigaciones, puesta en duda. No obstante, el jefe de la misión, Lorenzo Epis, adelantó que la piedra de las estructuras está trabajada.

En las indagaciones previas se había logrado descender a 50 metros. En esta ocasión se llegó a más de 120 metros, para captar imágenes gracias a la tecnología proporcionada por el instituto brasileño Cempra.

Además de los hallazgos, el equipo observó el comportamiento de peces y moluscos que habitan a 70 metros de la superficie. El equipo Akakor concluyó la presentación de los hallazgos preliminares con el anuncio de que el resultado final estará listo dentro de dos o tres meses.

Los resultados son fruto de un trabajo en equipo

Tres mil quinientos kilos en equipos, 30 horas de filmación y 3.000 fotografías digitales, de las cuales 2.000 se tomaron bajo el agua, son algunas de las cifras que reflejan el esfuerzo realizado para encaminar la expedición de Akakor, Tiwanaku 2004, en el Titicaca.

El italiano Lorenzo Epis, jefe de la misión, aseguró ayer que el éxito de la misma se logró gracias al trabajo conjunto de la gente del grupo, la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel), la Unidad Nacional de Arqueología (Unar), la Fuerza Naval Boliviana, representada por el Cuarto Distrito acantonado en la provincia Manco Kápac, y también de la comunidad campesina que habita en el lago.

El equipo estuvo conformado por 20 personas de Bolivia, Italia, Brasil y Alemania. Para facilitar la exploración, la misión se dividió en tres áreas: geología y arqueología terrestre, robótica de alta profundidad y buceo.
El equipo de cada buzo incluía un micrófono para comunicarse con sus compañeros y con la superficie, además de una telecámara para registrar imágenes.
La maquinaria de filmación llegó a los 50 metros de profundidad con los buzos y a los 120 metros con los robots. La revisión de las construcciones en la superficie de la isla estuvo a cargo de los arqueólogos.

El último día se batió el récord mundial de inmersión en aguas de altura, puesto que los buzos llegaron a los 70 metros de profundidad, dejando atrás la investigación efectuada en 1968 por el francés Jacques Cousteau que alcanzó los 60 metros.
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