Murió la poetiza Blanca Weithüchter

Cultura - Sábado, 16 / Oct / 2004
 
(La Paz - La Razón)
Bolivia.com
La próxima semana las cenizas de Blanca Wiethüchter serán esparcidas en el lago Titicaca. La escritora paceña murió anoche víctima del cáncer.

Además de la poesía, dos eran las pasiones de la escritora Blanca Wiethüchter: la ciudad de La Paz, donde nació el año 1947, y la obra del escritor Jaime Saenz, su inseparable amigo y cómplice en las letras y la bohemia.

Anoche, la autora de Asistir al tiempo y La piedra que labra otra piedra falleció a la edad de 57 años en su casa de Cochabamba, víctima del cáncer.

Wiethüchter, que temía al atardecer, y que "habitaba un jardín de palabras que han dejado de nombrarme", pidió antes de morir que su cuerpo sea incinerado y que sus cenizas sean esparcidas a lo largo del lago Titicaca. La ceremonia, según anunció anoche la familia de la escritora, se realizará la próxima semana con la presencia de amistades y personalidades del ámbito cultural del país.

La autora paceña representó a Bolivia en varios encuentros de poesía en Latinoamérica.

Ya con la enfermedad a cuestas, Blanca Wiethüchter fue parte del medio centenar de poetas latinoamericanos que, desde Chile, unieron su voz para llamar a los artistas del mundo entero a aunar esfuerzos en favor de la paz.

Casada con el compositor nacional Alberto Villalpando, con quien tuvo tres hijas, fue distinguida con varios premios y es considerada una de las poetisas contemporáneas más completas de las letras bolivianas.
Sus primeras poesías comenzaron a publicarse en numerosas revistas y suplementos literarios.

Desde sus inicios, la crítica literaria destacó el trabajo poético de Wiethüchter, quien obtuvo, en Francia, una maestría en Literatura Latinoamericana.
Participó, junto a varios escritores nacionales, en el proyecto del Hombrecito sentado, colección que reúne el trabajo poético de escritores nacionales.

Como un presagio de su partida, la poetisa nacional escribió en su libro de poesías De madera viva y árbol difunto: "Me he muerto a mí misma y eso me conmueve de sobremanera".

Una vida dedicada al arte

Poetisa y ensayista, Blanca Wiethüchter nació en La Paz el año 1947. Egresó de la Facultad de Literatura de la Universidad Mayor de San Andrés, donde después fue docente y directora. Se graduó en Ciencias de la Educación en La Sorbona y en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de París, Francia.
Participó en varios encuentros literarios en Sudamérica.
Entre sus principales libros de poemas se encuentran las obras: Asistir al tiempo (1975), Travesía (1978), Noviembre 79 (1979), Madera viva y árbol difunto (1982), Territorial (1983), El verde no es un color: A la luz de una provincia tropical (1992), Los negros labios encantados (1992), Memoria solicitada (1992), El rigor de la llama (1994), La lagarta (1995). Su antología La Piedra que labra otra piedra (1999) incluye el poema en primera edición: Qantatai (Iluminado).

Puntos de vista

“Diosa importante de lo poético”
CARLOS ROSSO. Músico y director del área de Cultura (UCB).


“Considero que de poetas bolivianos del último tiempo, ella es una de las más destacadas. Diosa importante de lo poético en Bolivia. Su gran aporte ha sido, sobre todo, educativo. Ella ha enseñado poesía en la Universidad de San Andrés y en la Universidad Católica Boliviana. Afirmo que la mayoría de los poetas y literatos jóvenes de este momento han sido alumnos de ella. Blanca era especialmente sensible, con una personalidad fascinante, de inmensa nobleza. Era una mujer bondadosa”.

“Su enseñanza fue determinante”
CERGIO PRUDENCIO. Compositor.

“Estoy muy consternado con la partida de Blanca. Su enseñanza fue determinante en mi formación universitaria. Gracias a ello he tomado ciertos rumbos en mi vida. Creo que como figura literaria del país ocupaba desde hace muchos años un lugar predominante por su influencia, por su capacidad de radiación en el campo de la educación, del desarrollo de las nuevas corrientes éticas, es una pérdida muy grande y significativa para el país”.

“Hoy (ayer) es un día muy triste”
RAQUEL MONTENEGRO. Directora de Literatura (UMSA).

“Hoy (ayer) es un día muy triste porque su deceso es una gran pérdida para la literatura boliviana. Es difícil pensar el quehacer literario sin recordar con mucho cariño y adoración a Blanca. Ella aportó de una manera extraordinaria, primero en la poesía; en la crítica, porque su último trabajo —que hizo con un equipo— es un gran aporte para la comprensión de la literatura boliviana de una manera crítica. Era una excelente educadora”.

“Seguimos una tradición”
JORGE CAMPERO. Poeta

“Dicen que cuando un poeta muere se mueren muchas voces, pero también se amplifican. Blanca ha dado mucho, ha dado toda su vida por la literatura. Creo que es una inmensa pérdida, siento su partida y sólo nos queda honrarla leyendo su obra. Yo creo que como ser humano ha dado todo. Ella era un ser muy sensible, un ser muy noble, un ser muy elegante. Tengo los mejores recuerdos de ella. Ha sido un ser muy bondadoso”.

“Blanca era muy amable, atenta”
MANUEL VARGAS. Escritor.

“El principal aporte que ella deja es su poesía, pero también se la recordará como difusora de la cultura literaria boliviana. Ella ha publicado muchas obras de otros escritores, poetas especialmente. Ha tenido también un gran trabajo crítico. Yo la conocí desde hace mucho tiempo, desde 1970 ó 1971, aunque no fuimos compañeros de curso en la universidad. Blanca era muy amable, atenta; ella hablaba con toda la gente”.


“La noticia me ha dejado muy mal”
GERMÁN ARAÚZ. Periodista.

“La noticia me ha dejado muy mal porque ella no sólo era una gran poeta, sino que su creatividad no se había agotado. Blanca podía habernos dado mucho más. Ella ha dado mucha poesía a esta urbe. La Ciudad se llama el poema que ha dedicado a La Paz. También ha inspirado a Cergio Prudencio en esas creaciones que admira todo el mundo. En Santa Cruz fue donde comencé a conocer no sólo sus palabras sino lo que era ella”.
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