Las diferencias generacionales entre los artistas cruceños son tan grandes que lo convierten en un ser solitario en medio de la nada. La falta de escuelas y medios de difusión causan estos vacíos.
aSi bien hablar de generaciones puede llegar a encasillar, los especialistas recurren a este método para el estudio de diferentes áreas. El arte plástico no es la excepción y al tratar de agrupar a los artistas locales se puede ver diferencias y semejanzas propias de los años en los cuales comenzaron a darse a conocer e incluso al hacer un borrador de estas agrupaciones salta a la vista el vacío generacional entre cada una.
Para María René Canelas, directora del Museo de Arte Contemporáneo, los plásticos cruceños están divididos por generaciones claramente marcadas. Por ejemplo está la generación de Lorgio Vaca, Callaú, Kuramotto y Pedraza; después la de Stih y Valcárcel, más adelante la de Padilla, Bustillos y Flores, entre otros; luego viene Valia Carvalho, Raquel Schwartz, Vivian Salinas, etc; y por último Rodrigo Bellot, Luis Gutiérrez y Sergio Antelo. “Todos diferentes entre sí pero similares si los agrupamos de esta manera”. A la hora de preguntar a los artistas sobre estas divisiones son más reacios. Según Roberto Valcárcel en Santa Cruz hay tan poco material que no vale la pena hacer esta división, “los artistas como individuos quedan perfectamente catalogados y divididos”, asegura, sin embargo está de acuerdo con el vacío que hay entre cada generación. “Esto se da porque somos una provincia, nos damos ínfulas de metrópolis pero en general el movimiento es muy pobre y además no tenemos escuelas de arte, por generación espontánea no hay material humano que salga de escuelas, la carrera de arte de La Paz tampoco logra crear a generaciones de artistas con una continuidad, sale uno que otro egresadito y sólo algunos después de un postgrado en el extranjero logran destacar”, reflexiona.
Para Lorgio Vaca el problema es también la poca difusión de la cultura, sin embargo el muralista piensa que dentro de estos vacíos hay artistas que si bien poco o nada se sabe de ellos son buenos. Para Luis Esteban Gutiérrez, un artista nuevo en el medio, medir distancias en un “campo supremo” donde las superposiciones están latentes, no es un tema de preocupación; siendo que inter-generacional es hoy la perpetua actividad artística. “No veo un intervalo de tiempo amplio”, explica. Sin embargo los especialistas sí identifican vacíos entre las generaciones. El curador Pedro Querejazu, por ejemplo, caracteriza grupos de artistas cruceños desde principios
del siglo XX. Agrupa a los hermanos Jordán, el padre y los hermanos Román, Vaca Pereira, Payno Ribera y otros que produjeron un arte culterano y costumbrista. Después recién en los 40 sobre sale José María Payno, de estilo realista quien influyó mucho a generaciones de jóvenes. El curador clasifica luego a la generación del 52 como “los nuevos valores de la plástica cruceña”, cuya fuente era un fuerte sentido regionalista por los momentos históricos y políticos. Los protagonistas más destacados -según Querejazu- son Lorgio Vaca y Herminio Pedraza. Después de más de 20 años identifica a la generación del 75, que nace a la par de la Casa de la Cultura y de la escuela de Bellas Artes. Sus protagonistas son Marcelo Callaú, Tito Kuramotto, Herminio Pedraza, Carmen Villazón, Heberth Román y Roberto Valcárcel. “Con ellos el tema de la identidad es recurrente y notorio, con un lenguaje simbólico y con la actitud de protesta política, crítica a la sociedad establecida y reivindicación de los derechos humanos y de los intereses regionales”. Aquí también aparece Ejti Stih, eslovena de nacimiento afincada en Santa Cruz desde 1982.
En el libro “Santa Cruz tiempo y espacio”, el curador indica que después en forma tardía se les incorporaron a esta generación numerosos artistas como Leticia Straube, Mirtha Cwirko, Angel Blanco, entre otros. Recién en el 90 Querejazu identifica otra generación, un grupo de artistas que se caracteriza por la estética de lo grotesco, “ por la apertura de las fronteras entre las distintas disciplinas artísticas y la elaboración frecuente de instalaciones como lenguaje artístico, lo que no excluye las propuestas y los temas tradicionales”. Utilizan un lenguaje más universal y temas como la identidad individual artistas como Charo Liendo y Laura Limpias, entre otros. Por otra parte hay un grupo “muy interesante, no tradicionales y de arte más avanzado” como Sol Mateo, Carlos Nadal (español de nacimiento, que vive en Santa Cruz desde 1994), Alfredo Müller, Jorge Padilla, Raquel Schwartz, Valia Carvalho, Juan Bustillos, Viviane Salinas, Wilson Tapia y Guido Bravo.
Además de esto hay una naciente generación, la de Rodrigo Bellot, Luis Gutiérrez y Sergio Antelo, que están haciendo sus primeras exposiciones y tiene características -técnicas y temáticas- diferentes. Un grupo de artistas que nacen también después de un vacío generacional, un vacío que está identificando un perfil del artista cruceño, como dice Valcárcel “el de un ser solitario en medio de la nada sin antecesores ni predecesores inmediatos, ni escuela
inmediata tampoco”.
La tecnología, el pop y MTV
Rodrigo Bellot, Luis Esteban Gutiérrez y Segio Antelo componen un grupo de jóvenes artistas ventiañeros que poco a poco están dando qué hablar. Sin embargo hay dudas si no es muy prematuro llamarlos “generación”. Según Valcárcel aunque le parece muy interesante la labor de estos jóvenes cree que un par de exposiciones no son suficientes, ‘todavía no está cuajada una novísima generación”. Pero, entre los demás artistas y entre ellos mismos, reconocen sus diferencias.
“Hay un manejo y conciencia, simplemente por nuestra época, de las nuevas tecnologías. También creo que somos más conscientes de nuestros procesos artísticos como producto y respuesta a MTV, una sociedad POP; por la cantidad de fuentes simultáneas de consumo visual, auditivo, textual, binario, digital, no-lineal y virtual con lo que crecimos y por tanto nuestra respuesta a esos estímulos es también: multilineal, análogo-digital, multiestructural y contradictoria”, explica Bellot. Sea o no ya una generación tiene sus diferencias grupales y como en las demás generaciones hay un vacío antes de su aparición.
Instalaciones y performance • Son tendencias que vienen desde Valcárcel, la generación del 90 y también se ve en los artistas más jóvenes. En la foto Luis Esteban Gutiérrez.
¿Qué caracteriza a su generación?
Lorgio Vaca • Mi generación está muy impresionada con el acontecer nacional, hemos sido testigos de grandes cambios sociales. Somos figurativos, nos interesa que la gente entienda el mensaje, trabajamos en grandes formatos y buscamos de mayor visibilidad. Las generaciones de los más jóvenes buscan una cultura más internacional, esa es la diferencia ellos tienen más influencia internacional, otra diferencia es que tienen un mejor manejo de la tecnología y la mezclan con el arte.
Roberto Valcárcel • Mi generación es Gastón Ugalde y yo. En términos artísticos hemos consumado una total ruptura con todo lo que estaba sucediendo en ese momento, no hay mucho de común con las generaciones anteriores y las subsiguientes, pues estos retomaron la idea de la pintura y la expresión, donde la idea de la posmodernidad- en el sentido de que todo vale incluido técnicas antiguas- hace que el acercamiento de ellos sea más ecléctico y reaccionario.
Raquel Schwartz • Desde el punto de vista histórico, es una generación con un muy amplio espectro de posibilidades y alternativas por la velocidad a la que la información es transmitida, prácticamente sin límites, lo cual unifica el pensamiento. La diferencia de generación
en generación se refleja en la capacidad de asimilar nuevas ideas y conceptos.
Luis Esteban Gutiérrez • En mi generación estamos los
hijos de la cultura del miedo, fuimos niños en la década perdida, testigos televisivos de istmos y ahijados de
MTV propensos a apropiarnos de la red y la cibernética, cual latidos de lo que será nuestra época.
Etelvina Peña • Es una de las primeras pintoras mujeres, como en su época los paisajes costumbristas predominan.
Alfredo Müller • Pertenece a la generación de los 90, donde proponen temas nuevos y mezclan diversas técnicas.
Entrevista
‘La ingenuidad define al artista cruceño’
Valia Carvalho, artista plástica
¿La plástica cruceña está dividida por generaciones?
Sí, aunque hay que aclarar que Roberto Valcárcel no entra en ninguna generación, él solo tiene características especiales y diferentes.
¿Por qué la distancia generacional es tan amplia?
Creo que todo está relacionado con la situación de Bolivia y por supuesto del arte boliviano, no hay escuelas que formen artistas con propuestas concretas, es así que pasa mucho tiempo hasta que se da una generación de recambio.
¿La generación a la cual pertenece qué características tiene?
En mi generación dimos el salto hacia propuestas más contemporánea y nos desenvolvimos en un lenguaje más internacional, creo que una característica de esta generación es que nos planteamos tener proyección internacional y por lo tanto nuestro lenguaje artístico responde a este propósito. Otra característica es el habernos salido de la pintura para trabajar con lenguajes donde los límites técnicos no están definidos.
¿Qué semejanzas y diferencias puede tener su generación con respecto a las otras?
A las generaciones anteriores las veo más encauzadas en una cuestión técnica, se es pintor o escultor o grabador, etc, en la obra se ve claramente la disciplina a la que pertenece. Noto una visión más arquetípica del arte y del artista. En la generación de los más jóvenes veo un desenfado y un desapego que les permite tener total libertad a la hora de experimentar, mi generación está al medio, porque rompimos con esta idea de disciplinas artísticas para experimentar otros lenguajes pero aún estamos arrastrando la preocupación por la forma.
¿Cómo definiría el perfil del artista cruceño?
Es difícil porque cada generación ha tenido un perfil particular, y actualmente hay muchos tipos de artistas, en este caso no me gustaría generalizar pero creo que la ingenuidad definiría un poco ese perfil general del artista cruceño (y me incluyo).