Denuncian que en Cochabamba, la clefa se vende "como pan caliente"

Jueves, 08 / Ago / 2002
 
(Cochabamba - Opinión)
Bolivia.com
En las calles hay cada vez más niños dedicados al consumo de la clefa, un producto prohibido por el Reglamento de Sustancias Controladas pero imposible de controlar.

Ahora por la avenida Heroínas, la Plaza Colón o El Prado, pasean niños, niñas y adolescentes, cuyas narices están pegadas a un frasco de clefa. Inhalan la droga hasta los recién nacidos. Entonces surge la pregunta ¿de dónde consiguen la maldita droga que muestra estas escenas de tanto dolor?. La respuesta es cruel, pero sencilla: en cualquier ferretería y como pan caliente y sin ningún control. A diferencia de la marihuana y la cocaína, la clefa es una droga que se consume con total libertad en las calles y plazas de Cochabamba. La población e instituciones del departamento están conscientes del delicado problema, pero nadie se atreve -como en la fábula de Esopo- a ponerle el cascabel al gato. Para el cochabambino es ya casi "rutina" ver a niños y adolescentes caminando por las calles inhalando clefa sin inmutarse por la presencia de gente extraña que pasa junto a ellos. Los niños y adolescentes dicen que consumen droga porque es una forma de olvidar el hambre y los motivos que les indujeron a estar en la calle, además de vencer el sueño. Hasta hace un par de años los "cleferos", como se les conoce a los que inhalan clefa, permanecían un poco alejados del casco viejo de la ciudad, especialmente en la plazuela de San Sebastián y la Coronilla. Pero ahora se los puede ver en la Plaza Colón, El Prado, la avenida Ayacucho, Heroínas y otras calles céntricas.
Falta control
Conseguir clefa para inhalar es relativamente fácil para estos niños y adolescentes. En el sector de la avenida Aroma y cercanías de la Ayacucho aparecen los comerciantes que venden clefa en frascos pequeños, medianos y grandes de plástico que valen entre cinco, diez a quince bolivianos. Para conseguir este dinero, los niños delinquen. Un frasquito puede durar varios días al consumidor. Pese a que la ley de sustancias controladas exige que las ferreterías, donde se vende la clefa, registren a quienes compran en grandes cantidades esta sustancia, en su mayoría no lo hacen. Si las ferreterías registrasen correctamente los datos de los clientes que adquieren clefa en sus tiendas representaría un gran avance para la lucha contra el abuso de esta sustancia, precisó el fiscal de sustancias controladas, Erick Pérez.
La ley
La sanción se aplica de acuerdo a la tipificación del delito. Si una persona es acusada de suministro (venta o comercialización) la sanción va desde los ocho a doce años. Pero si la proveedora es una mayorista, entonces la sanción es de diez a 25 años de presidio.
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