El actor estadounidense se hizo famoso en el film "Los siete magníficos".
La muerte de James Coburn ha dejado a Hollywood sin uno de los mejores "tipos duros" de la pantalla, un gigante en el cine, pero víctima de la artritis en la vida real.
La industria del cine le ofreció muchas formas de morir, en su mayoría violentas, a lo largo de una carrera de más de 80 películas, pero su última hora le llegó el pasado lunes en los brazos de su esposa, Hillard Elkins, víctima de un ataque al corazón mientras escuchaba música en su casa de Beverly Hills.
Como recordó Elkins a la prensa, llevada por la emoción
ante la pérdida de su marido a los 74 años, "es una muerte demasiado temprana".
"Se trata de alguien generoso como persona y admirado como persona y actor. Alguien que personifica todo aquello en lo que te gustaría convertirte", declaró recientemente a EFE Andy García.
El actor cubano tuvo la oportunidad de trabajar con Coburn, uno de sus ídolos de infancia, en The Man From Elyssian Fields, el último estreno del fallecido actor. En ella, irónicamente, Coburn interpreta a un premio Pulitzer que se está muriendo de una enfermedad incurable, pero es capaz de escribir un último libro gracias a la ayuda de
un autor novel, papel encarnado por García.
"El era el tipo, el mejor, mi héroe, en especial desde Los siete magníficos donde tiene una de las mejores escenas de arranque de la historia del cine", recordó García al presentar este estreno a la prensa. Los Ángeles, EFE
40 años en la gran pantalla
El actor estadounidense James Coburn era conocido por los papeles de tipo duro. Nacido en 1928 en Laurel, Nebraska, ganó en 1999 un Oscar como mejor actor secundario por su papel de padre despótico en el drama Affliction. Durante sus más de 40 años de trayectoria artística, fue un actor solicitado especialmente
para interpretar a tipos malvados en westerns y películas policíacas. Tras estudiar en la escuela de Stella Adler en Nueva York, se trasladó a Hollywood en los 50 y tuvo su gran oportunidad en Los siete magníficos (1960) y La gran evasión (1963), de John Sturges. En Charada, de Stanley Donen, Coburn encarnó en 1963 a un gángster, y en ¡Agáchate, maldito! de Sergio Leone a un revolucionario irlandés en 1971. El actor mostró su veta cómica, entre otras, en las parodias de las películas de James Bond Flint, agente secreto (1966 y F de Flint (1967) y recientemente en la comedia familiar Snowdogs (2002). DPA