La Tricolor Nacional es el reflejo de nuestra historia

Viernes, 17 / Ago / 2001
 
(La Paz - Bolivia.com)
Bolivia.com
  Rojo, por la sangre derramada en los campos de batalla. Amarillo, por la riqueza mineral que el cerro rico dejó al país. Verde, por la riqueza vegetal que está impregnada por todo el territorio nacional. Estos es Bolivia y ésta es la enseña patria.

Un día como hoy hace 176 años se instituyó la primera bandera nacional con los colores verde, rojo y verde, acompañados por cinco laureles e igual número de estrellas que representaban a los cinco departamentos que tenía el país en aquel entonces: La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Santa Cruz y Potosí.

Bolivia.com conversó sobre la Tricolor Nacional con el historiador de la Facultad de Historia de la Universidad Mayor de San Andrés, Marcelo Fernández, para quien la primera bandera creada en 1825 conjuntamente con el surgimiento de la República no representaba la expresión de lo que era el país en ese entonces.

“Creo que representaba más que todo una identidad europea. La forma de los colores y las figuras expresaba una identidad europea. El laurel y el olivo son típicamente romanos, son parte de la civilización de Grecia que enarbola ciertos derechos o una gratificación a los esfuerzos en las olimpiadas. La inteligencia y la sabiduría también estaban contempladas en una forma de identidad en función a paradigmas europes, por eso es que el 25 de julio de 1826 se hace un cambio de la bandera con el fin de tener una identidad propia”, señaló Fernández.

Manuel Isidoro Belzu y su ocurrencia

La segunda bandera nacional contaba con los colores amarillo, rojo y verde, colores que a juicio de Fernández representaron la identidad de un pueblo que tenía riqueza gracias al mineral y al cerro rico de Potosí, un pueblo que derramó sangre en los movimientos insurgentes de 1809 y que dispone de un vasto territorio.

Un escudo sobresalía en medio de la enseña patria con iconografías como el gorro de la libertad que, a juicio de Fernández, representa una emulación a la revolución francesa, dejando como símbolos propios la vicuña y el cerro de Potosí. “Me parece que el árbol del pan es de tipo oceánico por lo que queda demostrada la fuerte influencia exterior”.

Sin embargo, fue el presidente Manuel Isidoro Belzu quien reglamentó la tercera bandera nacional el 6 de noviembre de 1851 con los colores rojo, amarillo y verde que se exponen en la actualidad

“Se dice que Belzu estaba yendo de La Paz a Oruro a asistir a una convención y que cerca de la Comunidad de Pasto Grande le apareció un arco iris, el cual le impresionó de tal forma que los escogió como los colores que debe llevar el país. Es así que la bandera nace de manera circunstancial y creo que de cierta forma el surgimiento de las banderas ha sido voluntad de individuos y no de una colectividad. Belzu lo impuso inspirado en este fenómeno que tenía precisamente los colores en ese orden”, explicó Fernández.

Según el historiador, Belzu también fue el que le dio cierto ordenamiento al uso de los símbolos nacionales el año 1854 a través de medidas que daban cuenta de la obligatoriedad de izar las banderas los días domingos en todas las casas del Gobierno para, posteriormente, rendirle honores al amanecer con la detonación de cañonazos ante el pabellón en los cuarteles.

El sentido que se le dio

Sin especificar años ni orígenes, Fernandez manifestó que no existe un dato concreto que indique cuándo y dónde surgió la primera bandera. De lo que sí está convencido es que este símbolo surgió a raíz de la necesidad de contar con una representación que diferencie a los pueblos entre sí, donde se ejerza derecho sobre los territorios y donde se muestre la identidad de las culturas.

Asimismo, hizo alusión a la ambiguedad que existe en el caso del surgimiento de las banderas departamentales debido a que cada departamento siguió un proceso histórico basado en una guía de política administrativa francesa, donde no se tenía muy bien demarcado cuáles eran los hitos fronterizos.

Sin embargo, reconoció que cada pueblo instituyó sus propios simbolos en función a la imagen de “estado-nación” que tenían en sus mentes y que, conforme fue pasando el tiempo, hizo más marcadas las diferencias de razas y etnias en el país.

“Es por eso que definir el ser boliviano todavía está en discusión ya que, como dice el artículo primero de la constitución, somos un país multicultural y multietnico. Ahí radica el problema de la crisis de identidad que tenemos. La bandera nacional representa la memoria histórica pero de corta data, en cambio la whipala representa la identidad profunda de los pueblos indígenas”, acotó Fernández para quien no basta con inculcarle al joven sobre la importancia de lo que son los símbolos patrios en la escuela. Se debe mostrar que representan una conciencia histórica profunda donde se resume lo que es el ser boliviano, pero de una manera positiva.

En todo caso, y a pesar de las heterogeneidad de culturas con las que cuenta el país, la rojo, amarillo y verde seguirá flameando altiva como fiel reflejo de lo que es Bolivia, un país rico en cultura, en minerales, en territorio y, sobre todo, en la calidad de su gente.
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