Llorenti jura como nuevo embajador boliviano ante la ONU

El nuevo embajador boliviano en Naciones Unidas, el exministro de Gobierno Sacha Llorenti, juró hoy su cargo en medio de críticas de sectores indígenas

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El nuevo embajador boliviano en Naciones Unidas, el exministro de Gobierno Sacha Llorenti, juró hoy su cargo en medio de críticas de sectores indígenas

Llorenti, que juró ante el ministro de Exteriores, David Choquehuanca, dijo en su discurso que su designación se da "en medio de una batalla política que enfrenta dos ideologías, dos formas de entender la política y entender al país".

Choquehuanca encargó al nuevo embajador avanzar en Naciones Unidas en las iniciativas de Bolivia sobre temas indígenas, la despenalización de la hoja de coca en el mundo y la defensa de los derechos bolivianos en su reclamo a Chile de una salida al Pacífico.

El exministro defendió que es un revolucionario que acepta la "trinchera" que le ha encomendado el presidente Morales para seguir trabajando, pero sus detractores le acusan de haber buscado el cargo de embajador para no asumir su culpa por una violenta represión de indígenas producida en 2011.

Llorenti era ministro de Gobierno cuando el 25 de septiembre de ese año la policía atacó con porras a nativos contrarios a Morales que acampaban en medio de una marcha que se dirigía de la Amazonía a La Paz para exigir que no se construya una carretera que dividirá el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).

Los indígenas también fueron amordazados con cintas adhesivas y trasladados por la fuerza a varias comunidades, pero ninguna autoridad política se responsabilizó por lo sucedido y el exministro fue excluido del proceso de investigación sobre el caso.

Lo sucedido originó una crisis de gabinete con la renuncia de la entonces ministra de Defensa Cecilia Chacón, y de Llorenti, luego de que Morales pidiera perdón por la operación policial, tras una condena generalizada, aunque tampoco asumió responsabilidad.

Durante la gestión de Llorenti también se produjeron choques entre campesinos y policías durante el desbloqueo en 2010 de una carretera que conecta a La Paz con el norte amazónico, en un operativo policial que se saldó con dos jóvenes civiles fallecidos.

Llorenti, cuya designación fue avalada por el Senado controlado por el oficialismo, dijo hoy que está dispuesto a estar en medio del campo de batalla y recibir "los ataques más duros" de la derecha que, a su juicio, son mentiras.

En las últimas horas, la exministra Chacón criticó en una carta pública que la designación de Llorenti "no solo significa impunidad para él o los responsables, sino que es una afirmación tácita de que lo que sucedió el año pasado es considerado válido y justificable".

Las fuerza opositoras Movimiento Sin Miedo y Convergencia Nacional creen que esos actos quedarán en la impunidad tras la designación de Llorenti y pidieron que la fiscalía convoque a Chacón para que informe detalladamente sobre lo sucedido hace once meses.

La organización privada Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, que tiempo atrás dirigió Llorenti, dijo, a través de su presidenta Yolanda Herrera, que el exministro fue declarado hoy "persona no grata" para la institución porque "tiene cuentas pendientes con el pueblo boliviano".

El dirigente aimara Rafael Quispe, que fue uno de los que dirigió la marcha reprimida en 2011, declaró que las asociaciones indígenas críticas con Morales harán conocer en Naciones Unidas, en Nueva York, y en otros foros internacionales la situación de Llorenti, cuyo nombramiento calificó de "funesto". EFE