Los indígenas rechazan el diálogo, mientras sigue la pelea por las vías

Jueves, 25 / Sep / 2003
 
(La Paz - La Razón)
Bolivia.com
Hasta ahora, el Gobierno sólo ha podido negociar con los campesinos de Río Abajo, pero no obtuvo resultados con los del altiplano. Felipe Quispe asegura que sólo dialogará cuando los militares salgan de los caminos.


Hasta anoche, el Gobierno continuaba pregonando su disposición a dialogar con los campesinos del altiplano, siempre y cuando no hubiera condiciones de por medio. No obstante, los indígenas rechazaron esa posibilidad, mientras los militares y la Policía continúen en las carreteras y se mantenga detenidos a varios bloqueadores.

“El Gobierno sigue reprimiendo. Nosotros hemos pedido que paren de reprimir, que paren de matar gente, pero no nos hacen caso y nosotros tenemos que intensificar también. Cuidado que ellos estén lamentando (bajas) en el Ejército también. De esa manera, no hay ningún diálogo”, declaró Felipe Quispe.

La prioridad para los campesinos es la desmilitarización de las vías y la liberación inmediata de los detenidos. Bajo esas dos condiciones podría, según Quispe, iniciarse una negociación. Incluso, los indígenas dicen que podrían renunciar hasta a la posibilidad de que ese diálogo se haga en Warisata, tal como se había pedido originalmente. “Si quieren podemos ir incluso al Estado Mayor, pero que salgan de los caminos”, dijo a la Red Uno el ejecutivo de Trabajadores Campesinos de La Paz, Rufo Calle. Mientras, los bloqueos se mantienen en el altiplano lacustre y las vías a Oruro, Desaguadero y Viacha tienen tráfico irregular por las piedras.

Una de las demandas de los campesinos ya fue satisfecha por el Ejecutivo. Los abogados del Ministerio de Agricultura, lograron ayer la libertad del dirigente detenido Edwin Huampo —acusado de asesinato— que salió en libertad condicional por determinación de la Sala Penal Tercera de la Corte Superior de Distrito.
La libertad de Huampo fue una de las primeras demandas con las que se originó el conflicto campesino. El vocal Carlos Jaime Villarroel, en su resolución dispuso la libertad y aplicó las medidas sustitutivas, entre ellas, el pago de una fianza de 2.000 bolivianos, el arraigo, la obligación de asistir a firmar el libro ante el Ministerio Público, entre otras.

A pesar de ese hecho, los campesinos se niegan a dialogar y al Gobierno no le quedó otro camino que insistir en que si Felipe Quispe quiere dialogar, no debe poner condiciones. El Viceministro de Régimen Interior pidió al dirigente campesino reflexionar antes de seguir con las medidas de presión, tomando en cuenta que la demanda de la entrega de mil tractores se hará realidad.

Así, las posiciones todavía están encontradas y tampoco funcionó la gestión del Ejecutivo para que la defensora del pueblo, Carmen Beatriz Ruiz, medie en el conflicto y siente a negociar a los campesinos, como forma de resolver el conflicto.
La Iglesia, Derechos Humanos y la Defensora dijeron que esperan la iniciativa del Gobierno y de los dirigentes campesinos para sentarse a dialogar y que sólo después podrían mediar.

Hasta ahora, los únicos que oyeron ese llamado fueron los campesinos de Río Abajo, que ayer iniciaron una negociación con el Ejecutivo, en pos de algunas demandas específicas. Ese diálogo se reanudará hoy y el Gobierno confía en que podrá solucionar el bloqueo de productos.

Habrá rescate en Luquisani

El Defensor del Pueblo, la Iglesia Católica y la Asamblea de Derechos Humanos iniciaron ayer gestiones ante el dirigente campesino Felipe Quispe, para que éste permita el ingreso de una “caravana humanitaria”, que rescate a los viajeros atrapados en Luquisani por el bloqueo.
Hasta el cierre de esta nota (22.00) las tres instituciones todavía no habían recibido una respuesta oficial de parte de Quispe, si bien, monseñor Jesús Juárez aseguraba que el dirigente indígena había “prometido colaboración de varios dirigentes para que la comisión llegue a Luquisani con todas las garantías de parte de los campesinos”.

No obstante, el vicepresidente de Derechos Humanos, Sacha Llorenti, señaló que hasta anoche, no había una “respuesta contundente de parte de Quispe”, para dar todas las facilidades a la caravana de rescate de rehenes.
De todas formas, monseñor Juárez aseguró que esa misión sí se hará, porque su carácter humanitario hace ineludible sacar a los retenidos en Luquisani.
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