Hoy se recuerda el Día del Maestro, la profesión con “pega segura”

Sociedad - Viernes, 06 / Jun / 2003
 
(La Razón)
Bolivia.com
Los estudiantes normalistas perciben la profesión de profesor como de menos “status” que otras. Varios entraron “de rebote”, porque la carrera a la que aspiraban estaba cerrada.

“Cuando salí bachiller, sinceramente, no sabía qué estudiar. Yo entré para profesor, primero por lo económico, porque es un trabajo seguro”, confiesa Mónica Tórrez, una de las estudiantes del Instituto Normal Superior Simón Bolívar, de La Paz.

A la hora de decidirse por la profesión de maestro, la vocación es lo de menos. Así lo pudo constatar ayer La Razón, en un recorrido por la normal de Alto Obrajes, donde hubo un homenaje por el Día del Maestro, con la presencia del ministro de Educación, Hugo Carvajal.

A través de una veintena de entrevistas con estudiantes, se evidenció que la principal motivación principal que llevó a quienes hoy estudian allí es el factor económico.

“Muchos entran porque lo ven como algo seguro, no es lo mismo que una profesión libre, cuando un egresado de la normal empieza a trabajar gana unos 600 bolivianos”, cuenta con cierta admiración Gladys Pérez, estudiante de tercer semestre.

Pero también están quienes entraron “de rebote”. Varios estudiantes confesaron su vocación por otra carrera, pero debido a que el período de inscripciones en la universidad estatal estaba cerrado, optaron por no perder el tiempo y ser profesores.

“Estuve en la premilitar hasta mediados de diciembre y tenía la intención de estudiar en la UMSA, pero el período de inscripción terminó y la única opción que me quedó fue la normal, así que me animé a entrar y ahora voy a ser profesor de matemática”, dice sin convicción Ronald.

A Santiago Ajata, estudiante de tercer año, le sucedió lo mismo. “Siempre me han gustado las matemáticas, pero me atrasé en la inscripción para Ciencias Puras, de la UMSA”.

La autopercepción que los estudiantes de la normal tienen sobre el oficio de docente es que éste es de menor status y valoración social que otras profesiones.

“En el colegio siempre tenía la ilusión de ser maestra, pero me parecía muy degradante, porque la sociedad también lo veía de esa manera, pero al final uno tiene que hacer lo que le gusta”, confiesa Mery Flores, quien cursa el segundo año en la Normal Simón Bolívar.

Beatriz Nina se refería con cierto orgullo sobre su intención de seguir la carrera de Medicina. “Bueno, elegí ser profesora porque es una carrera corta... primero estudié para auxiliar de enfermería y estaba esperando a que se abra la carrera de Medicina, pero para no perder tiempo entré a la normal, pero yo quiero ser médico”, asegura.

Félix Murga y Samuel Cortez estudian para ser maestros de Biología, en secundaria. Para el primero, ésta es sólo una profesión de apoyo. “Mi meta era estudiar otra carrera, Psicología, pero le di más prioridad al aspecto económico, claro que siempre es una ayuda ser profesor”.

Su amigo, Samuel, piensa estudiar de forma paralela Medicina. “Voy a ejercer como profe de Biología hasta que salga médico”.
Pero entre los estudiantes de la normal que llegaron de áreas rurales sucede lo contrario. Ser maestro es para ellos una forma de elevar su nivel de vida.

“Desde que estaba en secundaria me gustaba ser docente, yo estudiaba en la provincia Omasuyos... me enamoré de la manera de enseñar de mi profesor de filosofía, Isaac Machicado, era bien jovial... decidí salir adelante en la vida y ser profesor como él”, dice Bernabé Gutiérrez.

Claro, que no faltan los casos de alumnos que aseguran sentir verdadera vocación por enseñar. Varios de ellos confesaron que ésta nació de la admiración por la manera de enseñar de algún maestro de la escuela.

“Desde pequeña siempre he admirado a mi profesora de literatura, Embly Mariaca, del colegio Marcelo Quiroga Santa Cruz... quiero ser igual que ella, sin importar el aspecto económico”, dice la futura maestra Irma Aro.

Homenaje a la primera Normal

Ismael Montes, presidente de Bolivia entre 1904 y 1909, había contratado a pedagogos europeos para mejorar la calidad de la educación en Bolivia. Por iniciativa de uno de ellos, George Rouma, el 6 de junio de 1909 se creó la primera Escuela Normal de Maestros en Sucre.

Ya en el gobierno de Bautista Saavedra, en 1924, se emitió un decreto supremo en el que se dispuso que, en homenaje a la creación de la primera normal y al natalicio del creador de varias escuelas, Modesto Omiste, el 6 de junio debía celebrarse en Bolivia el Día del Maestro.

El liberal Montes fue uno de los principales impulsores de la educación de principios de siglo. Y aunque las letras continuaron siendo para las élites en las dos administraciones de este Mandatario, en su segunda presidencia (1917), se llevaron adelante las reformas que determinaron una educación patrocinada y dirigida por el Estado. Entre las innovaciones puestas en marcha está la sistematización del currículo, distribuyéndolo en grados y ciclos, la creación de centros de educación superiores, principalmente para la formación de docentes y de técnicos.

ASÍ OPINAN LOS ESTUDIANTES

Melvy Flores: “En el colegio siempre tenía la ilusión de ser maestra, pero me parecía muy degradante, porque la sociedad también lo veía de esa manera, pero al final uno tiene que hacer lo que le gusta”.

Ronald: “Yo estuve en la premilitar hasta mediados de diciembre y tenía la intención de estudiar en la UMSA, pero el período de inscripción terminó y la única opción que me quedó fue entrar a la normal”.

Beatriz Casilla: “La mayoría de los maestros son monótonos, yo quiero ser dinámica y práctica, escogí ser profesora porque me gusta enseñar y transmitir lo que aprendo”.

Adela Escóbar: “Yo entré por vocación, todos piensan que ser profesor es la carrera más fácil y que tienen el sueldo seguro, pero estar aquí adentro ya no es fácil, uno también tiene que esforzarse y dar de sí para salir adelante, no hay nada regalado”.
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