Julio Tumiri Javier, el fundador de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB) durante la dictadura de Hugo Banzer Suárez en 1976, falleció hoy en Cochabamba. La muerte puso fin a una vida que tuvo en la solidaridad, la defensa de los derechos de los desposeídos y la lucha por las libertades democráticas a su principal fuente de inspiración.
"Soy un viejo sacerdote que ha dedicado lo mejor de sus fuerzas a favor de los derechos humanos, sobre todo de los más pobres, de los explotados y perseguidos. Llevo en mi cuerpo los estigmas de la persecución y de la prisión, pero me siento feliz, inmensamente feliz de haber sufrido un poco por mi pueblo, por nuestros mineros, por nuestros indígenas, por nuestros campesinos".
"La defensa constante e intransigente de los derechos humanos ha sido el gran ideal de mi vida. Como sacerdote católico he buscado el compromiso con el ministerio de la justicia, la defensa y la promoción de los derechos humanos: ambos compromisos, los derechos humanos y el sacerdocio, se amalgamaron en mi espíritu formando una síntesis".
"En el servicio al hermano oprimido y perseguido, he encontrado la mejor expresión de servicio a Jesús de Nazareth, cuyo ideal se concretaba en el anuncio del Reino: Reino de Justicia, de fraternidad y de paz",
Estos fragmentos fueron tomados del discurso preparado por el padre Tumiri en la entrega del Premio Derechos Humanos de 1993, en Nueva York, Estados Unidos, y que no hubo la oportunidad de hacerlo público por razones de los organizadores del evento.
UNA VIDA DEDICADA AL PRÓJIMO
Este excepcional hombre falleció hoy a la edad de 97 años. Tumiri pasó su vida trabajando por su prójimo. Comenzó en octubre de 1976 cuando en compañía de personas solidarias y ligadas a la Iglesia Católica fundó la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia ante la sistemática e impune violación de los derechos humanos durante la dictadura de Hugo Banzer Suárez.
Habiendo
organizando el movimiento nacional por la defensa y promoción de los derechos humanos estableció como principio de participación la misión y el compromiso desinteresado en defensa de la vida.
A pesar de estar sometido a graves torturas y persecuciones de las dictaduras militares, Tumiri continúo fielmente luchando porque se respeten los derechos fundamentales de los bolivianos y bolivianas.
El padre Tumiri fue reconocido en vida por su incansable trabajo, a través de premios como el Cóndor de los Andes en Grado de Oficial otorgado por el Congreso Nacional en 1980, el Premio Derechos humanos de las Naciones Unidas el año 1993 y Condecoración Parlamentaria Nacional en Grado "Bandera de Oro" por su tarea que fue un compromiso de vida.
El precursor y promotor de la defensa de los derechos humanos deja una norma de vida y una tarea pendiente "el procurar el respeto y el goce pleno de los derechos humanos, para todas y todos los bolivianos, en especial para los desafortunados y desamparados".
La APDHB rescata que Tumiri mostró defender los derechos humanos "que es una tarea que la realizamos por convicción y sin esperar retribución".
El presidente de la Asamblea, Guillermo Vilela, dijo, acongojado, que se pierde a una de las personas comprometidas con la lucha en defensa de la vida.
"Lamentamos la pérdida del padre Julio Tumiri incansable luchador de los derechos humanos, victima de las intolerancias de las dictaduras fue encarcelado y perseguido durante toda su vida por defender los derechos humanos", señaló Vilela
Añadió que todos debemos aprender del ejemplo que nos deja porque los derechos humanos es para todos.
GOBIERNO DECLARA DUELO
El presidente Evo Morales, mediante decreto supremo, declaró duelo nacional este viernes por la muerte del padre Tumiri.
"Interpretando el sentimiento de los bolivianos se decreta duelo nacional por el fallecimiento del Padre Julio Tumiri Javier en todo el territorio
nacional el día 4 de mayo del presente año, sin suspensión de actividades pública y privadas. La bandera nacional en los edificios públicos deberá ser izada hasta media asta", señala el decreto.
También da cuenta que el Presidente de la República, en representación del Estado y del pueblo boliviano, expresa su más hondo pesar y consternación por este sensible fallecimiento.
En ese contexto, el Gobierno lamenta profundamente esta pérdida no sólo para los defensores de los derechos humanos sino para todo el pueblo boliviano que lucha por liberación nacional, por la dignidad y la autodeterminación.
Durante los sangrientos regímenes dictatoriales presididos por Hugo Banzer, Alberto Natusch Busch y Luís García Meza, fue perseguido, detenido y torturado por su intransigente lucha en la recuperación y vigencia de las libertades democráticas, especialmente la libertad de expresión.
Además estuvo acompañando al movimiento popular boliviano, se opuso a la ejecución de políticas neoliberales y antinacionales en las dos últimas décadas.
En una situación de clandestinidad comenzó la organización junto a otras personas de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Bolivia. Además, su participación fue importante para la recuperación de la democracia porque fue impulsor de la huelga de hambre de las mujeres mineras.
Según recuerda la ministra de Salud, Nila Heredia, durante la dictadura de García Meza estuvo preso y fue muy maltratado a tal punto que le hicieron comer un libro que se había editado sobre la masacre de Todos Santos.
COCO MANTO
Desde México, el embajador boliviano Jorge Mansilla Torres, activista social y conocido bajo el seudónimo de Coco Manto, señaló que "con la muerte del padre Pedro Julio Tumiri Javier, los bolivianos hemos perdido una fuente de poder político y espiritual que, sin duda, sentiremos en la diaria lucha por los derechos humanos".
Mansilla hizo hincapié en que el padre Julio
fue su asesor de prudencia y esperanza durante varias décadas, desde su adolescencia en Llallagua.
"A él me acercó mi padre -de filiación anarquista- quien, sin embargo, tenía la mejor relación de amistad y compromiso social con el sacerdote. El Padre Julio fue cura en Uncía y Chayanta, capitales de la provincia Bustillos", agregó.
Recordó que en 1982, lo llamó a México para contarle, llorando, la tragedia del norte potosino por la sequía que, como se sabe, duró mil días.
Con sus amigos músicos del conjunto Calicanto produjo un disco testimonial llamado "Sequía" y envió 85 por ciento de la producción discográfica a la APDHB, al padre Tumiri, para que se vendiera cada disco a precios no comerciales sino políticos, de solidaridad, en apoyo a los millares de indígenas afectados por la falta de lluvias.
Ese disco, un clásico en México, fue ignorado por los poderes fácticos del país y por la gran prensa boliviana. Sin embargo, el padre Tumiri logró vender casi todos los discos, especialmente a las embajadas y misiones extranjeras en La Paz.
Coco Manto solicitó a la APDHB, que en el acto de homenaje póstumo que se rinda a don Julio, le hagan el favor de leer el Soneto que para él escribió hace algunos años y que publicó en un libro de homenajes a los constructores y sostenedores de su patria Bolivia.
El libro de poesía se llama "Son Estos" (sonetos de la memoria) y el soneto para él está en la página 76.
SOMETO A JULIO TUMIRI
Más antes que los otros, con el alba, sale Julio Tumiri, el misionero, obsesionado por llegar primero hasta la población que nadie salva.
Lo que no ven los ojos terrenales, la geometría del derecho humano y el remolino del amor cristiano, lo ve Tumiri y deja sus señales.
El piensa que el dolor y la alegría son materia fugaz, mitología elemental y fútil del Arcano.
Que lo que marca al hombre entre los hombres es la justicia y los demás pronombres que dan honor y paz al boliviano.
