Helga Bauer pone su sello a la agenda del Alcalde

(Santa Cruz - El Nuevo Día) En poco tiempo la ex reina de belleza, Helga Catherine Bauer, de 26 años, se ha convertido en la mano derecha del alcalde municipal de Santa Cruz, Roberto Fernández.

Todos los días, desde temprano organiza la agenda de la autoridad en forma conjunta, si es necesario asiste a los actos protocolares, e incluso visita los barrios, dedicándole a su actividad un promedio de 10 horas diarias.

Helga es la encargada de protocolo de la Alcaldía y aunque no se considera indispensable, se ha metido de pleno a su trabajo. Eso sí, dice ella, por ahora no le interesa “para nada” ninguna propuesta política de las que ha recibido.

Sin duda, su figura alta, rubia y de amplia sonrisa llama la atención de quienes visitan el municipio. Pero más allá de su belleza física, ella se ha empeñado en su formación profesional.

Actualmente estudia Arquitectura y su dominio del idioma inglés le ha permitido optimizar su trabajo, especialmente en eventos internacionales como el Primer Congreso Latinoamericano de Ciudades y Gobiernos Municipales que se desarrolló en abril de este año en el hotel Los Tajibos de Santa Cruz, al que asistieron 1.020 participantes, entre ellos 80 alcaldes extranjeros.

La encargada de protocolo, incluso ha visitado otros países como parte de su labor, el último de ellos fue Francia (París), donde viajó acompañando la comitiva del Alcalde, a quien considera una “excelente persona”. “Este año, el municipio se internacionalizó más que nunca, porque está intercambiando experiencias con todo el mundo”, asegura.

Helga se considera una mujer humilde, sencilla, hogareña y con muchas ganas de triunfar. Su carácter perseverante le ha permitido bajar en poco tiempo los 45 kilos que aumentó durante su embarazo. “Al ser una figura pública, la gente me juzgaba por no lucir bien”, relata al admitir que le costó mucho volver a su figura de antes, aunque lo consiguió con el apoyo de sus padres que le esperan a diario en su hogar con una dieta alimenticia sana.

Ahora, al verse delgada, se arregla más y ha replanteado su vida a partir de su divorcio, hace siete meses.

Enamoró con su ex marido, Marcelo Paz, durante cinco años. Una vez casados, vivieron en Estados Unidos dos años, pero su relación acabó en divorcio. La pareja tiene un hijo, Marcelo Paz Bauer, de dos años y medio.

“He vivido momentos muy difíciles con mi divorcio -admite-, y mi trabajo no tiene nada que ver con la relación sentimental que tuve con mi ex marido. Estoy tranquila y tomo todas las cosas negativas como positivas, creo en lo que se dice: “no hay mal que por bien no venga”.

Ella se ha propuesto iniciar una nueva etapa en su vida. Por ahora, su principal interés es apoyar a su pequeño hijo y continuar creciendo profesionalmente.

No tiene un perfil de su hombre ideal, pero espera que sea una persona que la considere parte de su vida. Por lo tanto, no ha cerrado su corazón al amor y reconoce que volvería a casarse.

Después de haber sido modelo, Miss Litoral en el Miss Santa Cruz y Miss Bolivia, ambos en 1996, año en que participó en el Miss Universo en Miami, Estados Unidos, Helga se ha alejado del mundo de la belleza, haciendo una excepción en eventos sociales por trabajo y en el Primer Encuentro de ex Miss Bolivia, que se realizó esta semana en el hotel Yotaú. “Los reinados fueron una experiencia maravillosa -señala-, porque conocí otras costumbres e imágenes de todo el mundo”.