Récord Guinness insólito: El pedo más largo de la historia con 40 segundos de duración

Como Nicolás Mature fue identificado el joven que se viralizó en redes sociales como el autor del pedo "más largo de la historia" documentado en el programa argentino BRG Talent. La insólita hazaña ha sido lo más comentado en redes sociales por los usuarios incrédulos. 

"¿Qué se comió este hombre?", "No te puedo creer, eso requiere mucha técnica y entrenamiento, ¿Qué color de calzones usará?", "Bendito sea Dios, ¿Es en serio? Pobres jueces que evalúan esas vainas", "Se ha de sentir bien orgulloso, 'mira má' rompí el récord", fueron parte de los comentarios que se viralizaron tras la oír el pedo "más largo". 

Aunque se desconoce cuándo ocurrió este evento, la última edición del programa BRG Talent se registró a mediados del año y se desconoce sí Nicolás obtuvo algún reconocimiento por su polémico pedo. Lo cierto es que se viralizó recientemente en redes. 

¿Récord Guinness inválido? 

Aunque Guinness World Récords no reconoce oficialmente un récord para el "pedo más largo", el caso más citado y persistente en la cultura popular como el más insólito es el de Bernard Clemmens, un británico que aseguró tirarse una flatulencia de 2 minutos y 42 segundos. 

Ocurrió en Londres, Reino Unido, en la década de 1970, la fecha exacta no está documentada, pero se asocia con la edición de 1976 del Guinness Book. En el caso de Nicolás Matute, solo fue una exhibición en un programa televisivo que no alcanzó a llegar a un verdadero reconocimiento. 

El verdadero pedorro de la historia

Si buscamos un récord oficial y verificado de Guinness relacionado con flatulencias que sea verdaderamente insólito, el ganador es Joseph Pujol, conocido como Le Pétomane ("el maníaco del gas"). 

Tiene el récord de carrera más larga como pedorro con 27 años, desde 1887 hasta 1914. Este francés, panadero de profesión, se convirtió en una estrella del Moulin Rouge en París, donde realizaba shows de "fart art" ante audiencias de élite, incluyendo en el público a personalidades como Sigmund Freud y Enrique de Habsburgo.

Sus rutinas incluían imitar sonidos de animales (como un burro o un cañón), tocar melodías (como "La Marsellesa" con el trasero) y disparar chorros de agua o tabaco desde su trasero. No usaba gas real siempre; inhalaba aire por el recto para un control preciso, gracias a los músculos pélvicos fuertes que tenía. Se retiró en 1914, abrió una tienda de dulces en Marsella y murió el 8 de abril de 1945 a los 87 años.