La festividad de la Alasita inicia con procesión y deseos de abundancia

Con una procesión entre las ciudades vecinas de El Alto y La Paz dedicada a la Illa del Ekeko, ídolo de piedra precolombino recuperado de un museo de Suiza, Bolivia comenzó la Alasita o la feria de los deseos de abundancia.

Con una procesión entre las ciudades vecinas de El Alto y La Paz dedicada a la Illa del Ekeko, ídolo de piedra precolombino recuperado de un museo de Suiza, Bolivia comenzó la Alasita o la feria de los deseos de abundancia.

La inédita romería, que fue protagonizada por decenas de amautas (sabios aimaras) y yatiris (brujos indígenas), comenzó en El Alto, a 4.000 metros de altitud sobre el nivel del mar, y descendió a La Paz (400 metros más abajo) recorriendo calles populosas y laderas hasta llegar al Palacio de Gobierno.

La Illa del Ekeko es una pieza de piedra de 16 centímetros, con 2.000 años de antigüedad, supuestamente de la cultura precolombina de Pucara, que hoy fue paseada en una urna de cristal con custodia policial, despertando el interés de turistas y vecinos.

El presidente boliviano, Evo Morales, y el canciller David Choquehuanca, ambos de la etnia aimara, salieron del Palacio presidencial para saludar el paso de la procesión.
    
Morales dijo en un breve discurso que su canciller le relató que Suiza le debe su riqueza a que mantuvo "secuestrada" a la Illa del Ekeko, ya que la pieza representa al "Dios de la Abundancia".

"Nuestro Dios de la Abundancia, de la energía en abundancia, el Ekeko, estaba secuestrado, estaba como exiliado, como encarcelado en Europa. El hermano David (Choquehuanca) nos decía 'antes de la llegada del Ekeko a Suiza, Suiza no tenía abundancia. El Ekeko llega a Suiza y Suiza vive en abundancia", sostuvo Morales.

"Ahora nuestro Ekeko vuelve a Bolivia y estamos retornando a tener abundancia como nuestros antepasados", agregó el mandatario.

El descenso del ídolo desde El Alto al centro del poder simbolizó la llegada de la espiritualidad de esta "deidad" al Palacio de Gobierno para darle fuerza al gobernante, dijo a los medios el viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, también aimara.

El ídolo fue recuperado en noviembre pasado del Museo de Historia de Berna, 156 años después de haber sido sacado ilegalmente, en 1858, por el explorador suizo Johann Jakob von Tschudi del pueblo de Tiahuanaco, donde están las ruinas arqueológicas del mismo nombre.

En 1929 fue vendida por el nieto de Tschudi al museo de Berna, donde permaneció hasta principios de noviembre pasado.

La romería dedicada al ídolo fue precedida por una polémica entre las autoridades de Bolivia y las de ese museo, debido a que el acuerdo de entrega de la pieza establecía que sería exhibida en el Museo Arqueológico de La Paz.

El Museo de Historia de Berna expresó hace pocos días que estaba "decepcionado" por la decisión de las autoridades bolivianas de sacar en procesión a la estatuilla precolombina porque el acto no se correspondía con los acuerdos firmados.
    
Morales dijo hoy que el Ekeko no debe estar en un museo, sino "en un lugar sagrado" porque es el "Dios de la Abundancia".

En el mismo sentido, las autoridades bolivianas han defendido estos días que al ser una deidad andina la estatuilla es parte de una "cultura viva" y consideraron que las críticas del Museo de Berna reflejan una visión "colonialista y bastante eurocéntrica".

Ese dios de la prosperidad será a partir de hoy y durante dos semanas el centro de un culto en La Paz en la feria de la Alasita, donde se exponen los más diversos objetos en miniatura que reflejan los sueños de la prosperidad y abundancia de los bolivianos.

Hoy, la figura más extendida de ese "Dios de la Abundancia" es la de un pequeño hombre, regordete y bigotudo que carga en sus espaldas la mayor cantidad de bienes posibles para sus devotos, que están convencidos de que les traerá bienestar, abundancia y fortuna.

Para los practicantes del culto, el Ekeko representa el "ajayu" o la "energía" de los pueblos andinos y la Alasita (cómprame) es el lugar de la acumulación de los bienes.

En la feria, que también se practica en barriadas de emigrantes bolivianos en ciudades de Argentina, Brasil o Perú, las personas pueden convertirse en "millonarios" al comprar maletas de dólares y euros, casas y coches en miniaturas, sin ningún límite.

Pero no solo ese tipo de bienes, sino también certificados de matrimonio y de nacimiento para tener nuevos hijos, pero también resoluciones judiciales para un divorcio y los más diversos títulos profesionales, con la fe en que se harán realidad este 2015. EFE