A 443 años de la fundación de Santa Cruz de la Sierra

Jueves, 26 / Feb / 2004
 
(Santa Cruz - El Nuevo Día)
Bolivia.com
La conquista fue una grandiosa hazaña. El impulso fue la búsqueda de “tierras ricas”. Sufrió varios traslados hasta quedar establecida en las llanuras del Grigotá.

A partir de 1539 una serie de expediciones partieron desde Charcas hacia el este y sureste impulsadas por el deseo de hallar y conquistar un reino, que suponían más rico aún que el del Perú y, poder alcanzar el Océano Atlántico para ir directamente a España.

En 1557 salió desde Charcas, Andrés Manso, hacia el sureste fundando a orillas del río Condorillo, hoy Parapetí, Santo Domingo de la Nueva Rioja. Toda la zona descubierta por Manso se la conoce como Llanos de Manso, que corresponde al actual Chaco. La penetración paralela de Chaves y Manso a la misma zona trajo una serie de conflictos entre los dos conquistadores que finalizaron en 1564, con la muerte de Manso y destrucción de la ciudad fundada por los temibles chiriguanos.

La búsqueda de “tierras ricas” y pobladas era más una ilusión que una realidad. El 26 de febrero de 1561 Ñuflo de Chaves fundó, a orillas del Sutós, al pie de las colinas Riquió y Turubó una nueva población, Santa Cruz de la Sierra. Esta nueva ciudad se convirtió en la nueva base para las expediciones que buscaban una quimera que huía cada vez más lejos.

La conquista de todo este territorio fue una grandiosa hazaña, solamente comprensible por la esperanza de encontrar El Dorado, que se había convertido en el motor principal de los conquistadores. En el Oriente boliviano no había metales que satisfagan el esfuerzo y compensen el sacrificio, tampoco se encontraron imperios organizados, estaba la selva, un sinnúmero de naciones indígenas belicosas, enemigas entre sí; la derrota de una no significaba el sometimiento de las otras.

Santa Cruz estaba rodeada de tribus que no permitían su normal desenvolvimiento, al este los itatines, al norte los chiquitos, al oeste los chiriguanos y yuracarés y, al sur los morotocos. De todas ellas los chiriguanos eran los más indómitos y belicosos, sus acciones impedían el desarrollo de las actividades comerciales y de las comunicaciones.

La fundación de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra coincidió con la erección de la Audiencia de Charcas, en 1561, de la que pasó a depender administrativamente. En 1568 murió Ñuflo de Chaves a manos de los itatines, los gobernadores que le sucedieron continuaron con la empresa descubridora.

El nuevo gobernador Lorenzo Suárez de Figueroa fundó el 13 de septiembre de 1590 la ciudad de San Lorenzo de la Frontera, en la margen derecha del río Guapay. Un año después, en 1591, la trasladó a la otra banda del Guapay, a un lugar conocido como Cotoca y en el año 1595 fue trasladada a su lugar definitivo, la punta de San Bartolomé, en la margen derecha del río Piraí, en los llanos del cacique Grigotá. Desde San Lorenzo el mismo gobernador inició una serie de expediciones al norte con el fin de encontrar el deseado Dorado.

Santa Cruz de la Sierra se encontraba cada vez más alejada de los centros de poder, su marginalidad, aislamiento y dedicación a la guerra la habían empobrecido.

La sequía, las malas cosechas diezmaban cada vez más a la población, por lo que se trasladó entre 1601 y 1604 a Cotoca, donde supuestamente encontraría mejores perspectivas y alicientes de vida. Y en 1621, por una decisión del Cabildo, se trasladó a la Punta de San Bartolomé y se unificó a San Lorenzo. En 1622 las dos ciudades constituían una sola.

En 1561 se fundó la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y en 1621 se fusionó a la de San Lorenzo. Ambas tuvieron un mismo recorrido. Las dos fueron trasladadas dos veces, la primera vez a Cotoca y la segunda y definitiva a su lugar actual.

Además de estas dos poblaciones se fundaron otras ciudades que no lograron sobrevivir.

El único núcleo que se mantuvo a pesar de todos los embates fue el de Santa Cruz de la Sierra - San Lorenzo y, a partir de su unificación Santa Cruz de la Sierra fue la única ciudad en toda la gobernación o provincia del mismo nombre.

En 1605 el Papa Paulo V erigió el Obispado de Santa Cruz de la Sierra, por lo que la gobernación no sólo representaba un espacio administrativo y militar independiente, sino también religioso.

Santa Cruz de la Sierra quedó desde su fundación desligada de su enlace troncal con el Río de la Plata, y a su vez se convirtió en la frontera más avanzada de Charcas.

Desvinculada de los centros de poder político y económico tuvo que enfrentar varios problemas que fueron a su vez definiendo los destinos de la ciudad y de sus moradores.

Texto de Paula Peña Hasbún, historiadora y docente.

Una ciudad asediada

Durante la época de la dominación española Santa Cruz de la Sierra fue una ciudad cuya población la constituían los mestizos, lo que hizo de la sociedad cruceña homogénea en términos étnicos y socioeconómicos. Pero las diferencias eran mínimas, pues la pobreza era generalizada.

Desarrolló las características de una ciudad de frontera, debiendo enfrentarse a los chiriguanos, quienes asediaban la ciudad para quedarse con el posible botín y para cansar a los pobladores y finalmente expulsarlos. El camino a Charcas estaba plagado de ataques, lo que acrecentaba más el aislamiento y perjudicaban el incipiente comercio del azúcar y los tejidos. Este carácter de sociedad de frontera se fortaleció cuando comenzaron a aparecer las primeras bandeiras, venidas desde Brasil con el afán de llevar mano de obra indígena. Fueron los cruceños quienes defendieron solos la Gobernación y la Audiencia. También lucharon contra el aislamiento y la marginalidad, debieron enfrentarse a la pobreza causada por la falta de metales preciosos y la distancia de mercados para llevar sus productos. A pesar de ello, desde Santa Cruz de la Sierra se realizaron expediciones colonizadoras, se fundaron ciudades y se pobló el Oriente para la Patria.
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