Bolivia en jaque: Arce llama a retomar el orden ante prolongados bloqueos

Con 22 policías heridos y bloqueadores lesionados, las carreteras de Bolivia son ahora epicentro de un conflicto que enfrenta a seguidores de Arce y Evo Morales.

La situación en Bolivia se agrava debido a los prolongados bloqueos en carreteras que, según el presidente Luis Arce, están generando “grave conflictividad” y ponen en riesgo el orden público, la economía y la seguridad ciudadana.

Durante la posesión del nuevo Alto Mando Militar, Arce subrayó que el Gobierno y las Fuerzas Armadas tienen el deber de garantizar la seguridad y el libre tránsito en el país. Señaló que, si bien el derecho a la protesta pacífica es válido, el uso de armas y la violencia en los bloqueos violan derechos fundamentales como el de libre circulación y ponen en riesgo la vida de los bolivianos.

La situación empeoró cuando la Cancillería boliviana acusó al expresidente Evo Morales de liderar acciones desestabilizadoras en contra del gobierno de Arce, lo que representaría una amenaza no solo para Bolivia sino también para la estabilidad regional.

Según el comunicado de la Cancillería, los bloqueos, especialmente en el tramo entre Oriente y Occidente, están afectando gravemente el suministro de alimentos, combustibles y medicamentos, afectando la economía de las familias más vulnerables. El gobierno asegura estar dispuesto a dialogar, pero destaca la presencia de “intereses personales” que buscan la impunidad.

Tras más de dos semanas de bloqueos, la violencia ha dejado 22 policías heridos en las regiones de Cochabamba, Oruro y La Paz, además de seis bloqueadores lesionados. La ministra de Salud, María Renée Castro, visitó a algunos de los policías heridos, que continúan hospitalizados por lesiones graves.

Castro calificó de “inaudito” el comportamiento de los bloqueadores, quienes impiden el paso de ambulancias y retienen al personal médico, poniendo en riesgo la salud de la población. Los vehículos de emergencia han sufrido daños y sus ocupantes han sido retenidos e intimidados por los manifestantes, dificultando así la asistencia médica y el traslado de medicamentos.

A medida que la violencia escala, el gobierno de Arce reafirma su intención de proteger el aparato productivo y mantener las rutas abiertas, en medio de crecientes tensiones políticas y sociales en el país.